Rubia mala

7 1 0
                                    

Valeria

Había una chica que se sentaba en el rincón del salón de clases; Pilar era su nombre. Sus ojos azules y su cabello rubio a simple vista para los demás podría ser igual al mío, pero no; su cabello era más parecido al oro y el mío a la paja seca. Para el resto ella era fea, pero detrás de la máscara de vellos faciales y las espinillas había una chica hermosa.

Era un día de lluvia cuando la escuela había quedado casi vacía; en la entrada estaba Pilar sosteniendo su mochila con ambas manos, no sabía si esperaba que vinieran a por ella o sólo esperaba que la lluvia cesara para irse. El taxista que mi madre contrató para que viniera por mí y por mi hermana había tardado, Mary Lu se había ido antes a casa ya que su profesora de inglés había enfermado. Pilar me miró y luego volvió la vista a la carretera.

-Hola -la saludé, mientras daba pasos para acercarme.

-Hola...

-¿No han venido por ti?

-No necesito que vengan por mi... Prefiero caminar a casa, solamente espero que termine de llover.

-Puedo darte un aventón.

-Dije que prefiero caminar... -expresó comenzando a adentrarse a la lluvia.

-¿No vas a esperar que termine de llover?

-No te debo explicaciones.

La vi alejarse y perderse en la espesa humedad, no me imaginé que esa sería la última vez que la vería. Al día siguiente su silla estuvo vacía y así siguió durante una semana. Un martes llegó la noticia a la escuela de su desaparición, extrañamente casi nadie le tomó importancia, o al menos eso parecía. Sabía dónde vivía. Pasé muchas veces por su casa, solo conseguí un enorme coraje. ¿Cómo era posible que siguieran con sus vidas como si nada pasara?, algunas veces ví a su madre en las entrega de boletines y siempre noté en ella la misma expresión de mi padre, esa misma que decía: "eres una carga y un estorbo para mí". Esa misma expresión desapareció luego de la desaparición de la chica.

Era extraño ver cómo los demás estudiantes o directivos no hacían mención de algo tan aberrante, ¿Qué tenía esta chica que todo el mundo la ignorase? Pero quién era yo para juzgar, tan solo semanas atrás yo me burlaba de ella, de su estúpido peinado, sus zapatos mugrosos, su camisa amarillenta y su falda remendada. Pero alcancé a disculparme antes de que desapareciera, fué cinco días antes de la última conversación. "Lo siento por portarme mal contigo, dejaré de hacerlo... No soy mala persona". No planeaba tampoco ser su amiga ni mucho menos, pero eso de ser la típica rubia que trata mal a media escuela sintiéndose superior y siendo insoportable no era lo mío. Al momento de oir mi disculpa Pilar pareció como si no me hubiese escuchado, se levantó de su silla y caminó hacia la puerta.

-Solo haces eso porque te sientes culpable de que todo el mundo ahora me trate como tú lo haces. Es tu culpa, antes de que empezaras a fastidiar mi existencia nadie se metía conmigo, simplemente me ignoraban. Ahora soy el mono de circo al que le jalan la cola por diversión... No soportas ser la causante de eso... No toleras el hecho de sentirte como una mala persona. Pero tranquila. Acepto tus disculpas. No seremos amigas y sé que tampoco quieres eso.

Tenía razón en lo que dijo.

Luego de clases pasé por su casa nuevamente. Ahí estaban ellos, sus padres, ¿Felices? ¿Qué clase de padres eran? ¿Y cómo era también posible que ellos llevaran joyas de oro y vestimenta de alta costura y su hija fuera tan mal vestida a la escuela? Tenía rabia pero no era de mi incumbencia, lo dejaría hasta ahí. La policia seguramente se encargaría de todo eso y yo debía seguir cómo todos los demás.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 09, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El Salón De Los SubordinadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora