Me encontraba en ese lugar tan tormentosamente conocido para mí. Todo estaba muy oscuro, sólo escuchaba unos pocos murmullos y mi corazón latiendo a toda prisa.
No sabía nada, sólo que tenía que salir de allí cuanto antes...Antes de que fuera muy tarde.
Con sigilo me fui acercando a una puerta un tanto estrecha, pero, mientras más me acercaba, ella solía alejarse cada vez más y más. Sentía miedo, mucho miedo.
A través de ella sólo veía una luz blanca que irradiaba desde el borde. Por supuesto, estaba cerrada. ¿Qué se encontraría dentro del otro lado?
Y cuando estaba a punto de averiguarlo sentí a alguien detrás de mí y de pronto...
«¡Ring!» —Sonó la alarma y rápidamente proseguí a detenerla. Me encontraba agitada. Esas pesadillas iban a acabar con mi vida algún día. Miré el reloj y eran las 5:30am.
—Cinco minutos más por favor... —susurro abrazando mi almohada.
¿Por qué no puedo despertar tranquilamente y de pronto tener una vida normal? Esto es una pesadilla, o tal vez sólo una de tantas.
Esa es una de las tantas cosas que odio: mis pesadillas; siempre son frecuentes, pero, por lo general siempre suele ser la misma. Aunque ¿saben? Hay algo mucho peor, y es tener que ir a una escuela nueva, no saben que odioso es tener que adaptarme de nuevo a todo. Disfruto de la comodidad ¿saben? Dirán ustedes: "Típico cliché y ¡BAM! una historia predecible con un final feliz." Pero no, ¿De verdad creerían que sería así de fácil? por supuesto que no, ya quisiera, pero, es mi vida, así que no esperen nada bueno. Tampoco esperen algún rollo amoroso... «¿O sí?»
Ya me acostumbré a la desgracia, así como a estar hablando sola como si tuviese público, bueno mejor dicho hablar en el pensamiento. Ay no sé, ustedes entienden ¿no? Después de todo, aquí estoy, hablando sola, debería levantarme pero primero hago una lista mental de cosas que tengo que hacer el día de hoy:
Número 1: Pasar desapercibida.
Me siento en la cama y me coloco las pantuflas. Miro a la nada por cinco minutos.
Número 2: Guardarme los comentarios y ser amable. «¿Really?»
Emprendo camino al armario y busco lo que se supone que es mi uniforme. Paso uno, dos, tres, cuatro ganchos de ropa y no lo consigo...
Número 3: Conocer gente nueva. «Maybe».
Prosigo y recuerdo que sigue en la bolsa desde que lo compramos. Creo que nadie aún se ha despertado, siento mucho silencio en el lugar. Voy hacia la bolsa y me tropiezo con una caja. Genial (nótese el sarcasmo). Tomo todo y lo lanzo a la cama.
Número 4: Soportar profesores nuevos.
Aún me siento dormida, así que busco mi toalla de baño y comienzo a desvestirme.
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Crónicas de Pólux: Los Volhum©
FantasyUna inesperada tragedia transformó la vida de Micalia Bodelere, a la vez que se llevó una vida importante. Tras un repentino cambio, se ve obligada a vivir y pisar un territorio desconocido: Weensaslate, uno de los cuatro reinos pertenecientes al...