Una inesperada tragedia transformó la vida de Micalia Bodelere, a la vez que se llevó una vida importante.
Tras un repentino cambio, se ve obligada a vivir y pisar un territorio desconocido: Weensaslate, uno de los cuatro reinos pertenecientes al...
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Ok, se sentó, «excelente.»
– Hola, disculpa si te molesto. Soy Ash –dijo una chica girándose hacia mí.
– Hola, soy Bodelere – dije sin mirar a la chica.
Cuando decidí girarme me percaté de que su color de cabello era algo peculiar. Era de color azul intenso, supongo que teñido.
– Y... ¿Cómo es la ciudad? –habló retomando la conversación. « ¿De verdad no sabe? ¿O sólo fue lo único que se le ocurrió?»
– Es normal...Una ciudad – no supe qué responder a decir verdad.
– Oh, disculpa si fue un poco incompetente mi pregunta, es sólo que nunca he viajado a un sitio fuera de este. – dice mirando a un punto fijo detrás de mí.
«Qué extraño», pensé.
– No fue nada, tranquila. ¿Pero esto no es una ciudad? – frunzo el ceño.
– ¿Acaso tienes alguna idea de dónde estás? –me mira seria.
– ¿Si? ¿No?... No lo sé, tengo aquí unas semanas y no conozco mucho a decir verdad. –confieso dudosa.
« ¿Por qué mi padre trabaja aquí?»
– Entiendo...Bueno ya que no sabes, yo te ilumino. –no se burla de mí y prosigue: –Estás en el Reino de Weenseslate.
«Esperen, ¿dijo reino?»
– ¿Un reino? ¿Con reyes y todo eso...? –digo más como afirmación que como pregunta.
– Estás en lo correcto. – «vaya.»
Por un momento no quise decir más nada, y sólo me detuve a mirar un poco a los alrededores. No lo había notado antes, pero, la mayoría de los estudiantes tienen el cabello teñido con colores, en su mayoría extravagantes. No sólo chicas, sino también chicos. Al parecer aquí no existen normas contra esa «fiesta de colores.»
Antes de poder siquiera hacer un intento de retomar la conversación, el timbre que indica que las clases se reanudan comienza a sonar.
Me levanto y recojo mis cosas cuando Ash vuelve a hablar:
– Supongo que necesitas que te lleve a nuestra siguiente clase, ¿no es así Bodelere?
– Te lo agradecería mucho. – le di una pequeña sonrisa y sin más que decir empezamos a andar hacia la próxima clase.
(...)
No está de más decir que no tuve más problemas con llegar tarde a las siguientes asignaturas. Tampoco se me dificultó el ponerme al mismo nivel que los demás, no es tan difícil. Si presto atención no me pierdo. Según habló una profesora, debo de ver unas clases particulares para ponerme al corriente de los contenidos, porque al parecer son temas completamente desconocidos para mí y muy claves para poder graduarme.
