IF I FIND YOU [Completa✔️]

Capitulo 35

Pasado unos pocos días las miradas curiosas ya no estaban sobre mi mejor amigo, cosa que agradecí. Wesly era tan constante al decir que no le importaba lo que los demás pensaran que parecía que intentaba auto convencerse.

Mientras tanto yo buscaba el momento para agradecerle a Logan y a sus amigos por callar a los idiotas que nos molestaron. La pelea no había terminado bien para nadie. Los muchachos no dieron el motivo de la pelea y por eso el director los suspendió por tres días. Camine por los pasillos hasta que encontré a Jackson en su casillero. Me pareció raro que estaba solo, ya que siempre estaba acompañados por sus otros dos mejor amigos.

-Hola-se sobresalta a escuchar mi voz-.Solo quería agradecerte por defendernos en la discusión del otro día-me sonrió.

-No fue nada. No podía dejar a Logan solo-asentí en silencio-, tampoco iba a permitir que se metieran contigo y tu amigo.

-Da igual la razón por lo que lo hiciste, simplemente...gracias.

-Cuando una damicela esta en apuros tengo que ir al rescate.

-Entonces serás el príncipe azul muy bueno para alguien algún día.

Espero que mi comentario no le haya sentado mal. No habíamos vuelto a hablar demasiado desde que me había dicho que ya no podía salir conmigo.
―Si...espero. Aunque, yo solo seguí a Logan. Aveces no es tan idiota.

―Te daré el beneficio de la duda, pero también tengo que hablar con él.

―Dijo que iba a desestresarse. Ve al gimnasio.

No dije nada más. Pase por su lado. Me preguntaba que hubiera pasado si el sentimiento que tengo por Logan nunca hubiera surgido. Seguro hubiera continuado saliendo con Jackson todo hubiera sido más fácil.

La campana suena a mis espaldas. No iba a entrar a clase. Me interesaba hablar con Logan antes de desecar una rana.

Entro con sigilo para no desconcentrarlo. El pelinegro estaba al lado de un contenedor lleno de balones de basquet que era lanzados erróneamente.

―¿No era que nunca fallabas un tiro? ―pregunté. Me puse a su lado.

―Solo lo hago cuando no tengo una buena motivacion detras. La otras vez quería salir contigo.

―Logan Walker siendo cursi, ¿Deberia grabar esto? ―dramatice.

―Tal vez si salieras de nuevo conmigo podrías ponerme como tono de llamada por todo lo que te diré.

―Tienes una forma muy particular de invitarme a salir.

Tome entre mis manos uno de los balones e intente encestar. Falle. Como era de esperarse.

―No te estoy invitando a salir. Eres tú la que entendió eso. Así que, como se nota que de verdad lo deseas, te dire que si ―alce la ceja ―. Te propongo algo, cuando volvamos del campamento te deberé una cita.

Con todo lo que había pasado había olvidado por completo el campamento de fin de curso. Esperaba divertirme para distraerme de todo un poco.

―Estaré esperando entonces.
Ambos sonreímos y seguimos lanzando los balones erróneamente. Aunque para este punto Logan ya había recuperado tu puntería.

Asistí al resto de mis clases con normalidad. Volví a casa con una sonrisa, y Wesly no tardo en preguntar el motivo. Hablamos de todo un poco en el trayecto hasta nuestro vecindario. Él se estaba armándose de valor para tener LA CHARLA con su familia.

Le di mi mano en muestra de mi apoyo hasta que cada uno se fue hasta su casa.

Mi madre estaba en la sala leyendo un libro cuando crucé la puerta. Ella levantó la mirada hacia mi con tanta brusquedad que sus lentes se deslizaron hasta la punta de su nariz y me hizo un gesto para que me acerque.

―¿Como te fue hoy?

―Hoy me fue...bien. No sabía que estabas en casa.

―No me sentí muy bien. Además necesito hablar contigo.

Tome asiento en sofá individual. Por un momento mi madre solo me observo.

―Se que cometí un error al tomar decisiones que no eran de mi incumbencia ―frota sus ojos luego de sacarse los lentes de lectura ―, por eso quiero darte la elección que tuviste que tomar hace mucho tiempo.

Busca en el bolsillo de su saco tejido a crochet. Saca un papel y me lo da. Era un número de teléfono.

―¿Qué es esto? ―fruncí el ceño.

―Ese es el...número de tu padre.

Fue mi turno de levantar la mirada con brusquedad. El rostro de mi madre no expresaba nada.

―Es tu elección, cariño ―se levanto y se marcho.

Las manos me temblaron levemente. Tenía su teléfono, solo tenía que llamarlo para oír su voz por primera vez.

Mi madre se había ido a su habitación para darme privacidad. Sabía lo que haría.

Busque mi celular en mi bolso. Apreté los números respirando y exhalando entre cada uno de estos. Por fin termine y el tomo ya estaba sonando. Lleve el aparato a mi oreja y espere.

―¿Hola? ―una voz grave resonó a través del dispositivo.

Tenía que ser él.

―¿Hay alguien ahí? ―volvió hablar. Un escalofrío me recorrió la espalda.

―Hola ―conteste ―. Mi nombre es Jaqueline Miller...soy tu hija.