Capitulo 8: La alfombra.

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Dylan: *escribiendo* Al separarnos de aquel cálido abrazo seguíamos caminando. El cuarto creciente iba iluminándonos el camino ese 15 o 16 de abril—no recuerdo muy bien la fecha—. Hablábamos de cualquier tema en especifico: Los gustos de cada quien, algunas recomendaciones musicales, hasta un poco del espacio. Hubo un punto en el que Tasha bostezó y luego yo también. Ello era un indicio de que ambos estábamos cansados, lo cual tendría sentido, eran las 3 de la mañana en ese entonces. De repente ella sugirió que pasáramos la noche en su casa. Yo, la verdad no estaba consciente de su petición. Quería mas dormir que pensar. Al final acepté su propuesta. Casi no dijimos nada al llegar, principalmente porque el humano de Tasha estaba durmiendo. Caminamos lo más silencioso posible hasta un sofá grande, donde el sueño nos ganó a los dos.

...

Dylan: *escribiendo* Desperté unos minutos antes de las 6 de la mañana, sin alarmas. Aquello me dio a entender que ya no necesitaba ninguna alarma. Al parecer, me había acostumbrado a despertar a estas horas. Había dormido con la máscara puesta, y necesitaba agarrar algo de aire. Como era el único despierto, me quité la máscara. El oxigeno entraba como ariete de batalla en mis pulmones. Volteé a ver a Tasha, y vi que giraba un poco la cabeza a la derecha, y creyendo que iba a despertar, me puse rápidamente la máscara. Retrocedí un paso y maldije en mi mente por haber tirado un bolígrafo por accidente. Tras ver lo que se cayó, me volví rápidamente hacia la Terranova. Me sorprendí al ver que aun estaba dormida. Honestamente yo me hubiera despertado con eso, y quise comprobar algo: Hice unos cuantos chasquidos y comprobé que tiene un sueño MUY pesado. Me hubiera ido ya, pero una parte de mi no se despegaba de la alfombra en la que estaba. Me acerqué a Tasha, quitándome la máscara nuevamente. Tras unos segundos de contemplarla... le entregué un beso. Yo estaba consciente de aquel beso, le esbozaba una sonrisa. Me puse la máscara, activé el modificador de voz, y me fui, dejándole una nota que prácticamente decía que me tuve que ir temprano. Al volver a casa podía sentir la piel de gallina. Eso y un escalofrió en la nuca. Todo eso era porque realmente estaba enamorado. Me pareció escuchar a alguien decir mi apodo. Al volverme vi que eran Fergus, Big Fee y Sidd, quienes se me acercaron.

*flashback*

Big Fee: Iremos al grano, queremos ver que te quites la máscara.

(G-12 ya se esperaba aquella petición, no solamente de sus amigos, sino de cualquiera. Tratándose de Fergus, Big Fee y Sidd, tenia pensada una pregunta capciosa.)

G-12: Si me dices cuál es tu nombre además de "Big Fee", me quitaré la máscara.

(El ya sabía que Big Fee jamás diría su nombre. Es más, ni siquiera lo conoce aun. Aquella rata jamás había dicho su nombre principal, y el sabia que jamás lo diría. Lo demostró con un largo silencio, y G-12 rompió el hielo.)

G-12: Así como no tienes que decirme tu nombre, yo no tengo por qué mostrarles mi rostro. *se va*

(Una vez más, Dylan podía sentir que G-12 estaba por encima de todo. Pero el orgullo se le iría más tarde...)

*fin del flashback*

Dylan: *Escribiendo* Fui hasta el callejón en el que siempre me quitaba la vestimenta de G-12. Pero esa mañana no hice nada, sentía que algo faltaba... Mi bolso, en el que guardaba la vestimenta que tenía puesta en aquel instante, aun estaba en la casa del árbol. Sucede que cuando desperté con la alarma, hice el mismo procedimiento que cuando fui a la noche de poesía, y presentar a G-12. Tenía que pensar en algo. No podía entrar a la casa viéndome así. Aunque nadie—Además de mí— despierta a esas horas, era algo muy arriesgado. Esto es lo que hice: Había un contenedor de basura a mi derecha, pero en vez de colocar la vestimenta de G-12 adentro del contenedor, lo puse debajo. Las ruedas que había debajo del contenedor dejaban un espacio suficiente para colocar la capa, capucha y mascara—aproximadamente unos 10 cm—. Me fui rezando en mi mente que no le pasase nada a mi vestimenta. Pude comprobar al entrar al 101 que todos seguían dormidos. Me costó ser silencioso, porque hasta los sonidos más simples eran los más ruidosos a las 6 de la mañana, pero lo conseguí. Entré en deuda con la tranquilidad de aquellas horas cuando comprobé que la vestimenta de G-12 seguía allí, intacta. Agarré la capa, capucha y mascara—Aun con el modificador de voz—, puse los mencionados en el bolso y entré a casa. Aun no había nadie, además de mi, despierto. Nuevamente, fui lo más silencioso que me era posible hasta la casa del árbol. En el escondite secreto guardé la vestimenta de G-12 y me dispuse a iniciar con algunos quehaceres de la casa.

...

Dylan: *escribiendo* Para cuando había terminado mis hermanos ya iban despertando. Daba la impresión de que casi todos arruinaron mitad del trabajo que estaba llevando a cabo. Mientras limpiaba por segunda vez en el día, noté que mi hermana Da Vinci me dirigía la mirada, como si estuviera sospechando algo de mí. No sabría a que se refería aquella mirada sino hasta más tarde. Después de desayunar ella me pidió que la acompañase a su cuarto, supuse que era para mostrarme alguna pintura que recién hizo, pero aun me era difícil encontrarle lógica a sus palabras.

*flashback*

Da Vinci: Hermano, bien sabrás de mi timidez cuando de mi arte se trata. Por eso te llamé. ¿Ves ese cuadro? *Señala un cuadro con una sabana encima* Vas a ayudarme a que se sepa de mis pinturas.

Dylan: Y... ¿Por qué lo haría yo?

(Da Vinci mostró un rostro de superioridad.)

Da Vinci: Porque si lo haces no le diré a nadie que tu eres G-12.

Fin delcapitulo

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