3.- Un gran poder

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—Algún tiempo después, Arena de peleas Shirai Ryu - New York.

En un cuadrilátero, un hombre delgado en mallas verdes y negras, con el alargado, y un tanto chueco, símbolo de una libélula en el pecho, combatia contra un joven en mallas azules y rojas, con lo que parecía ser una araña en su pecho y dos goggles por ojos, siendo el de rojo y azul claramente más joven. Ambos eran alabados y abucheados en partes iguales por personas con cervezas, billetes o alguna comida chatarra en sus manos, todo mientras apreciaban el combate dentro del enrejado cuadrilátero.

—¡Eres bueno! ¡Pero esos billetes serán míos!— grito el de verde, dando una fuerte patada al de rojo que lo derribó —Esta victoria no será del clandestino Spider-man

—¿Pero si de la clandestina Libélula?— pregunto en respuesta Spider-man, mientras se ponía de pie con una mueca un tanto molesta bajo su máscara

—Lo siento, pero se trata de dinero, Spider-man— respondió Libélula, dando un brinco e intentando caer con un puñetazo directo a Spider-man, pero este se quito de un brinco inhumano, quedando en la reja y dejandose caer con el impulso a su favor, ...

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—Lo siento, pero se trata de dinero, Spider-man— respondió Libélula, dando un brinco e intentando caer con un puñetazo directo a Spider-man, pero este se quito de un brinco inhumano, quedando en la reja y dejandose caer con el impulso a su favor, embistiendo, y chocando, a Libélula contra el suelo, solo para quedar cual poseído con las piernas junto a la cabeza de Libélula, pero aun sosteniendo el torso del mismo —¿¡Qué carajos!?

—Lo siento, pero estos...— Spider-man miro hacia el reloj y sonrió —cuatrocientos dolares serán del buen Spidy— bromeó Spider-man, haciendo esfuerzo con sus piernas para impulsarse sobre el suelo y como resortera lanzar con fuerza a Libélula contra uno de los postes y dejándolo fuera de combate

—¡Y esta fuera!— grito el referee, con la boca pegada prácticamente al micrófono —Esa, damas y caballeros ¡Es una victoria más para el único e inigualable! ¡Sorprendente Spider-man!

—¡Si! ¡Buenas noches, New York!— grito con emoción Spider-man, recibiendo el dinero de parte del referee y disfrutando del momento, o así fue hasta que miro hacia el público, encontrando a un molesto, y empijamado, Clark, que lo miraba impactante a que bajara, cosa que Spider-man hizo con rapidez mientras fingía alegría

—Hola, señor Spider-man...— aseguró el joven Clark, mientras miraba con seriedad a Spider-man

—H-Hola... ciudadano...— contestó apenado el arácnido

El rato paso, y sin que nadie lo viera, Peter salía de los vestidores con su traje y dinero ya en la mochila, mientras que Clark lo estaba esperando afuera, vigilando también que nadie lo viera.

—¿Ya?— pregunto entonces Clark, a brazos aún cruzados

—¿Por qué tan malhumorado Clarky?— pregunto confuso Peter, mientras empezaba a caminar junto al pelinegro, viendo los carteles y posters de otros peleadores —¡Gane cuatrocientos dólares!

—Si pero luego de fugarte de casa en medio de la noche, no sabes cuanto me cuesta inventar escuzas o ver el modo de que no se note— respondió Clark —además, no me gusta para nada mentirle a mis padres Pete, enserió... da gracias que es sábado...

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