Érase una vez
una chica que caminó durante un tiempo
por el camino que le había tocado.
Érase una chica y el miedo
durante un tiempo.
Temía que el camino se resquebrajase y
con él un poco de sus caminantes.
Qué desaparecieran sus acompañantes
al pretender repararlo.
Pero ella solo lo hacía
con la intención de evitar más daños
tras tantos años de tormentas qué
solo originaron desolación.
Aunque no era ella
quien debía enmendarlo
sino quien le animaba a intentarlo
para no tener que arreglarlo
con la culpa a su cargo.
Cuando era él
quien realmente lo había provocado.
Pero la joven se cansó,
ese camino nunca le gustó
y con la maleta cargada de esperanzas, sueños
y también incertidumbre,
salió en busca de otro.
Un nuevo camino que le encantó y
ya nunca abandonó
por recorrer otros diferentes,
porque aunque lo hicieran sus piernas,
nunca lo hizo su mente.
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La Voz Del Silencio
PoésieDesde mi adolescencia fui escribiendo pequeños fragmentos en forma de poesía, creada desde la indiferencia de la noche cuando no hay nada ni nadie que interrumpa el silencio que tanto me ayuda a saber qué anhelo. Cuando me reencuentro con mis propio...