Luz de luna esmeralda
en la noche;
al atardecer: piedras preciosas,
tonalidades entre verde y marrón
reflejaba
el tono ámbar;
eran miel al despertar.
Tantos colores a la vez
y un enigma
era su color,
misteriosa mirada
no intentes ver
su interior.
Claros de bebé
nívea era su tez,
ojos grises
decía su niñez.
Con la juventud,
gritaba en mil colores
rabia y rebelión:
era su voz.
Al ritmo de la música,
verde vivo
ahora eran sus ojos,
haciéndose
de todas las miradas.
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La Voz Del Silencio
PuisiDesde mi adolescencia fui escribiendo pequeños fragmentos en forma de poesía, creada desde la indiferencia de la noche cuando no hay nada ni nadie que interrumpa el silencio que tanto me ayuda a saber qué anhelo. Cuando me reencuentro con mis propio...
