Cap. 29 - Respuestas.

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Después de estar un rato en silencio, finalmente Alek volteó a mirarme a los ojos, el movimiento ansioso de sus manos y piernas me mostraban lo nervioso que estaba en realidad.

-Dijiste que querías respuestas, pero no creo que estés lista para la verdad todavía - Dijo Alek seriamente en un último intento por que mitigara mis dudas.
- Sé que es malo y que nunca voy a estar lista para escucharlo, pero lo necesito ahora... ¿Por qué estoy aquí? - pregunté de forma casi suplicante para que hablara.
- Por tu padre - Dijo finalmente y en ese instante sentí cómo algo dentro de mi se quebró, probablemente lo único que quedaba de esperanza en mi interior y antes de que pidiera una explicación, él continuó hablando - Constantemente iba a las peleas y apostaba grandes cantidades de dinero, razón por la que llamó la atención de Kronos, quien se aprovechó de la situación y lo hizo perder todo para tener un esclavo más. Lamentablemente eso no detuvo a tu padre y siguió apostando dinero que no tenía creando una gran deuda, hasta que ya no hubo nada más que hacer, iban a matarlo, pero le dieron la última opción de darte como pago, así la deuda quedaría saldada, el podría quedarse con su casa, con su restaurante y seguir con su vida normal - Continuó Alek con voz sería mirando a un punto fijo en el suelo, como si se avergonzar a de verme a los ojos mientras me contaba todo eso.
-Yo estuve ahí cuando cerraron el trato ¿cierto? -Pregunte - Fue aquel día en el restaurante de mi padre, poco antes de que...
-Si - Interrumpió.
-Tu también estuviste ahí ese día - Le dije casi sin aliento, a lo que él sólo asintió con la cabeza.
-¿Si fui un pago para Kronos porque terminé contigo? - pregunté sintiendo como la confusión aumentaba entre más sabía sobre ello. 
- Te vi ese día, sabía lo que el iba a hacer contigo, aún así no hice nada al principio, pensé en abstenerme de meterme en problemas y sólo seguir con mi camino... pensé que si ni tu familia se preocupaba por ti, no tenía porque hacerlo yo tampoco... pero tenía curiosidad y te estuve siguiendo los días consecutivos a que se cerrara el trato - Dijo Alek avergonzado de lo que estaba diciendo.
- No entiendo... no tengo nada en especial, no soy demasiado bonita, no tengo buen cuerpo, no soy inteligente, no hay nada en mi que pudiera llamar tu atención... ¿Por qué te interesaría ayudar a alguien como yo? - Le dije con un nudo en la garganta.
- Me recordabas... me recuerdas a alguien que conocí hace mucho, alguien a quien no pude ayudar, por eso sentí que debía hacerlo, convencí a Kronos de que te vendiera a mi, pero como siempre aprovechó la situación y no sólo se quedó con una gran parte de mi dinero, si no que me hizo firmar un contrato en el que se especifica que debo ganar cierta cantidad de peleas para él - Apretaba los puños y la mandíbula al terminar cara oración, podía ver lo molesto que estaba.
-¿Cuantas peleas? - pregunté intentando mirarlo a la cara, aún con el nudo en la garganta que hacía que mi voz saliera como un susurro
- Eso no importa.
-Alek... - Le dije y estiré mi brazo para tocar su mano, al sentir el contacto finalmente me miró a los ojos -¿Cuantas peleas? - volví a preguntarle. Se quedó mirándome por un momento, sabía que se debatía entre si decírmelo o no. Pero no desistí, tenía que saberlo, tenía que saber lo que había hecho por mi. 
-Cien - Dijo el despacio como si no quisiera que lo escuchara, pero la palabra retumbo en un cabeza como si la hubiera gritado a mi oído. Apartó la mirada una vez más y 
-¿Estas loco? ¿Por qué hiciste eso? - Le dije.

Aunque él no lo menciono, sabía implícitamente lo que eso conllevaba, eran peleas clandestinas, sin ninguna clase de seguridad, sin reglas, la posibilidad de morir en alguna de esas peleas era tan alta que fue como si hubiera firmado una sentencia de muerte.

-Necesitaba hacerlo... tenía que actuar rápido, Darko y su "familia" ya te tenían y no son famosos por su hospitalidad, trate de actuar lo más rápido posible pero llegue tarde, cuando fui por ti... ellos... él - Dijo Alek entrecortando las palabras al final de lo enojado que estaba. Cerró los ojos y respiro profundamente para calmarse mientras llevaba las manos a su cabeza y negaba, como si intentara disipar los pensamientos y recuerdos de su mente, después de todo, él fue quien me vio en el peor estado cuando fue por mi - No voy a dejar que nadie vuelva a hacerte daño de esa forma - Dijo Alek volviendo a mirarme a los ojos - realmente me seguiré esforzando para mantenerte a salvo.


Aunque no sabía si lo que estaba diciendo era cierto, confiaba en él, al mirarlo a los ojos podía ver que lo que decía era sincero y entonces todo el contexto cambio completamente.
En ese momento me di cuenta que realmente Alek no había sido el culpable de todas las desgracias que habían acontecido, sino por el contrario, el me salvó la vida, me salvó de un destino horrible con Kronos y de la tortura de Darko.
Pasó entonces, de ser un monstruo horrible y sin corazón, a una persona que sólo intentaba ayudar, aunque tuviera sus motivos personales implicados en ello.

Aun quedaban en el aire las dudas sobre la razón por la que me había tratado tan mal en el pasado, de los golpes y los maltratos mientras estuve en aquel sótano. De la forma en la que a veces sentía que me miraba casi con desprecio o la forma en la que de vez en cuando parecían no importarle en absoluto mis sentimientos.
Pero verlo ahí, sentado frente a la bañera, con la mirada clavada en el suelo en lugar de en mi cuerpo que se encontraba semi desnudo, me transmitió confianza y me permitió respirar tranquilamente por primera vez desde que comenzó la pesadilla. Inhalé y exhalé profundamente sintiendo el alivio que me transmitió tenerlo a mi lado en ese exacto momento. 

Ya no sentía que estaba con un extraño, ahora estaba con alguien que quería cuidar de mi y que estuvo dispuesto incluso a sacrificar su propia vida por ello.

Por otro lado, saber la verdad sobre mi padre me hacía ver todas esas cosas ante las que me había cegado por mucho tiempo, de pronto tenían sentido todas esas noches en las que mi padre se iba y no regresaba hasta la mañana siguiente, toda esa gente extraña y molesta que visitaba el restaurante y la repentina carencia de dinero que nos mantuvo preocupados durante tantos años. La respuesta había estado ahí todo el tiempo y me había negado a verla por mi necesidad de tener un hogar y una familia a la cual aferrarme y poder regresar. Pero ahora esa ilusión había desaparecido, se había esfumado por completo y de alguna forma, incluso eso se sintió como quitarse un gran peso de encima.

Me levanté de la bañera y el me miró de reojo solo para volver a apartar la mirada rápidamente, terminé de quitarme la ropa mojada prácticamente como si no estuviera ahí y me envolví en una toalla.

-¿Debería quedarme así?- Le pregunté mientras miraba las pocas prendas que llevaba puestas completamente empapadas en el suelo.
-Pediré que te traigan algo de ropa - Dijo él levantándose y saliendo de la habitación rápidamente, tropezándose con la puerta y tirando algunas cosas a su paso.

Pasaron algunos minutos hasta que regresó con un delgado y corto camisón de satín blanco en la mano, una vez que me lo entregó, volvió a salir para dejar que me cambiara. 
Tardé mucho más de lo usual en vestirme, me tomé un momento para pensar en todo lo que conllevaba aquella nueva información, en todo lo que tendría que cambiar ahora y a lo que tendría que renunciar. Yo estaba consiente de que mi vida no volvería a ser la misma, de que no podría ser la misma persona que era antes pero no fue hasta ese momento que no hubo lugar a dudas sobre ello. Ahora era un hecho. Se sentía como si todo en mi vida hubiese sido una farsa, como si siempre hubiera sido criada para ser enviada al matadero. Pues él me había visto siempre como una moneda de cambio. 
"Padre" la palabra ahora parecía tan ridícula que ni siquiera podía ponerme a llorar. Me miré en el espejo, el maquillaje corrido acumulado bajo mis ojos, las marcas rojas en mi cuello, las cicatrices que comenzaban a notarse nuevamente por el agua. Me cubrí la boca para esconder mi risa. "Padre" había sido tan ridículamente inocente que me causó un ataque de risa. 

Cuando salí del baño, vi a Alek acostado en la cama con un brazo cubriéndole la cara, en una mesa que se encontraba en la habitación había una botella de vodka que se encontraba casi vacía. Lo miré por un momento preguntándome que más era lo que estaba ocultando. De momento no podía preguntarle nada más.
Me recosté del otro lado de la cama y me quedé mirando al techo por un largo rato. Podía escuchar su respiración pesada y tranquila. Me giré para quedar sobre el costado mirándolo de frente. Di un par de toques en su brazo para ver si se despertaba pero no lo hizo. 

Me acerqué más a él y puse mi cabeza en su pecho, lo pensé un poco más antes de colocar mi brazo sobre su abdomen, pero cuando finalmente lo hizo, él aún dormido se giró para quedar también frente a mi, me atrajo aún más hacia él y me abrazo con fuerza, no sentí incomodidad, sólo calidez y protección.

Simplemente escondí aún más mi cabeza en su pecho, cerré los ojos y sentí por primera vez una conexión verdadera con él.

Encadenada al Amor [COMPLETA]✔️©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora