El sabor de tus propias palabras.

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Un nuevo día y Octavio no quería afrontarlo, ¿por qué se debía estudiar en las mañanas? Se cuestionaba profundamente sin encontrar respuestas válidas.

- Joven Silva, espero se encuentre muy bien en esta mañana. Por favor, baje y tome el desayuno.

Se oyó la voz de un hombre mayor hablar detrás de la puerta.

- ¿Van a comer conmigo?

Refunfuñó Octavio desde su cama king size.

- Si, joven Silva, lo estamos esperando para comer.

Tan pronto terminó de hablar la puerta del cuarto de Octavio se abrió, dejándolo ver que el jovencito había corrido a salir tan pronto le escuchó decir que sí.
Octavio abrazó al alto señor de razgos distinguidos y uniforme elegante para bajar a comer con sus empleados.

- Don Jorge! Cuántos años más tengo que decirle que no me llame "Joven Silva", dime Octane, Octavio, muchachito desobediente, lo que sea.

- Jov- continuó el mayordomo- Señorito Octavio, no puedo llamarle tan informalmente... Ya le he explicado que a los jefes no se les puede llamar así.

Explicó Don Jorge mientras caminaba abrazado del muchacho, Octavio era un poco más alto que él por lo que podía pasarle el brazo por encima de los hombros para caminar.

Bajaron las preciosas escaleras que daban al salón, caminaron hacia el fondo para sentarse en la gran mesa junto a otros 4 empleados de sus padres, los encargados de mantener todo en orden en casa.

- ¿Ya se fueron, verdad?

Dijo Octavio, en voz baja mientras movía de aquí allá los gajos de su ensalada de frutas.

- Si, hoy también comerán en el trabajo.

- Okey, no hay problema, mejor para mí, no debo escucharlos quejarse de todo lo que hago.

La comida continuó afable. Parecían, entre ellos, la familia que Octavio anhelaba.

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Renee, sentada en el metro oía a tres hermosas chicas, de su misma edad, hablaban sobre la academia, ya había escuchado que eran de 11-C que eran prodigios musicales ya que, a pesar de que ella no juzgaba, se denotaba una tendencia a que entre más alejado el salón esté de la A, hay más jóvenes prodigios de artes, no ciencias, en la Academia.

- Y que me dicen del Guapo de 11-A! Su carita parece tallada por los Dioses!

- No te emociones tanto, recuerdas que dijo que quería aprender para su novia?

- Agh, sí, pero no volverá a mencionarla, es obvio que caerá rendido a mí. Poco a poco lo enamoraré durante las clases y ta-da! En diez años tendremos tres hermosos hijos en una preciosa casa de campo.

- Amiga, estas demente. Pero si es lo que quieres...

El metro llegó a la estación y las muchachas continuaron el camino hacia dentro de la Academia, Renee las perdió en la multitud de sus demás compañeros que bajaban en la estación de Vitrales en el límite de la Academia.

¿Elliott tenía novia? Se preguntaba, por qué no les contó? Por qué la escondía? No, peor aún , por qué la escondía del grupo y no de unas chicas que ni eran sus amigas!

Caminaba un poco enojada, desde cuándo sus amigos habían dejado de confiar en ella? Pasaba con todos?
Delante de ella, en la cafetería, estaban sentados sus dos amigos, Natalie comía una pera mientras TJ bebía un café helado, cómo podía comer eso con este frío?

Se dirigió a ellos, aún quedaba tiempo, podrían hablar un poco antes de entrar.

Renee le plantó un beso en la coronilla a su mejor amiga, y saludó con una sonrisa a Tae-Joon quién se la devolvió.

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