2

213 25 12
                                    

[Tuve muchos problemas con este capítulo, en retrospectiva, el resto en realidad pueden ser mucho mejores a este, porque quizá me perdí demasiado y no sabía si incluirlo porque me pareció realmente malo (y a pesar de ser el segundo, fue el último que escribí) pero bueno, creo que era una etapa importante, así que aquí está]

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Era un lugar en las afueras de la aldea, oscuro y miserable, con las sillas altas ordenadas alrededor de la barra y la luz tan baja que apenas alcanzaba a mirar sus manos en la superficie de la mesa.

Sus labios tiemblan debajo de la humedad de su máscara, sucia por el alcohol, y de alguna manera logra levantar la cabeza cuando las voces vuelven a sonar alrededor de él, bulliciosas y alegres, demasiado contrastantes con el gris habitual del lugar.

No estaba seguro de porqué Gai había elegido ese lugar para celebrar su cumpleaños.

Había estado entrenando con él una semana antes, y en ese tiempo Gai había hecho algunas preguntas mal disimuladas sobre cosas que le podrían gustar.

Kakashi había asumido entonces que Gai haría su típica fiesta sorpresa para él, una tortura anual llena de felicitaciones incómodas y sonrisas forzadas donde Kakashi recibía abrazos de gente que no le agradaba y terminaba excluido en un rincón comiendo pastel hasta que todos se iban.

Lo había estado soportando bien el último par de años; la persecución de Gai y los encuentros raros con sus ex compañeros de la academia; el pastel, los regalos y la sorpresa que lo impresionaba un poco menos cada vez.

Cada año Kakashi era arrastrado por Gai de esa manera, se colocaba un gorro ridículo en la cabeza y guardaba silencio mientras partían el pastel y los globos de colores se desprendían del techo, lo que generalmente lo hacía pensar en sus misiones recientes en ANBU y afortunadamente eso lo distraía de la vergonzosa canción de cumpleaños que entonaban para él.

Entonces Kakashi no se sentía realmente ansioso por terminar en la diminuta cocina de Gai comiendo pastel remojado y soplando un gran número de velas como si fuera un niño. Sin embargo, cuando Gai lo llevó a ese bar extraño y no a su departamento adornado con carteles enormes y papel brillante, Kakashi sintió una especie de muda decepción creciendo en alguna parte desconocida de su cuerpo.

Durante muchos años le había dicho a Gai recurrentemente que ya no eran niños y había esperado que finalmente entendiera la señal. Déjame en paz. No quiero nada de esto. Pero Gai era Gai, y Kakashi no había esperado realmente que se rindiera al respecto porque simplemente Gai no lo dejará en paz.

Entonces se había levantado esa mañana y se había preguntado qué clase de pastel había comprado Gai y cuántos de sus colegas faltarían esta vez a su "fiesta" por considerarla lo suficientemente incómoda y ridícula para su edad.

Sin embargo, ahora estaban en un bar horrible llenos hasta la cabeza de un alcohol barato, con los oídos demasiado heridos por la música alta e inentendible y los gritos aleatorios del resto de los ebrios a su alrededor.

Kakashi suspira contra el hedor del lugar y bebe otro trago grande, sintiendo la espuma pegándose en su máscara como un filtro que le llena del sabor agrio de su propio sudor.

Asuma y Kurenai están sentados del otro de la barra, susurrándose al oído y riendo de cosas que él probablemente no podría entender. Ebisu y Genma están más lejos, hace un buen rato que arrastraron su silla hasta otra mesa y ahora están riendo abiertamente sobre algo, con las manos puestas en un par de botellas, lo que le dice a Kakashi que esa podría ser la verdadera razón por la que estén ahí para empezar.

No podría mandar a mi corazón (KakashiWeek2020)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora