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Realmente, detestaba a Park Chanyeol. Profunda y sinceramente. No podía creer que estuviese diciendo esto, pero era cierto. Todo eso del imán de Kyungsoo's, de la atracción inevitable, de sus adorables orejas y su casi imperceptible hoyuelo izquierdo; acababa de irse a la basura. Park Chanyeol no merecía tener derechos, mucho menos el respeto de Do Kyungsoo, a quien había traicionado vilmente, apuñalándolo por la espalda. Nunca más en su vida volvería a confiar en ese idiota para que tomase decisiones importantes que involucraran su salud física, su sanidad mental—

—Es solo un parque de diversiones, Soo.

—No, ya nada.

Se cruzó de brazos, haciendo un puchero casi imperceptible mas que fue difícil reprimir. Is sili in piqui di divirsiinis. Bueno, ¿qué tal si te asesino y vemos qué tan entretenido es morir?

Hoseok había tenido la sensacional idea de ir en una cita doble a un parque de diversiones, a lo que Taehyung obviamente accedió, y cómo no, Chanyeol también. Sin consultarle a Kyungsoo y asumiendo que estaría a bordo con el plan. Ahora, rumbo al punto de encuentro que habían fijado con los amigos de Chanyeol, se preguntaba qué demonios había cruzado el cerebro del castaño en aquel instante y si era demasiado tarde para huir.

—¿Cuál es el problema? —inquirió Chanyeol, pisándole los talones mientras Kyungsoo continuaba caminando, enfado visible emanando por sus poros—. ¿No te gustan las montañas rusas?

Ah... si tan solo supiera. Era mucho más que eso.

A Kyungsoo no le desagradaban los parques de atracciones, no completamente. Disfrutaba los algodones de azúcar, los locales pequeños con juegos bobos —como botar una torre de latas o acertar en tiro con arco, para ganar un peluche. Sin embargo, había otros factores que simplemente no podía soportar.

Por ejemplo, las alturas.

¿Por qué demonios alguien inventaría atracciones tan jodidamente altas? Montañas rusas, caída al vacío, la rueda de la fortuna. ¿Por qué todo tenía que estar a 100 metros del suelo? ¿Por qué no podían ser bonitos y seguros como el carrusel? O las tazas giratorias.

Si las atracciones fuesen de estatura normal, Kyungsoo no sufriría del pánico abrasador que lo envolvía cada vez que se subía a una.

Su temor había estado presente desde que era un niño, por lo que ya había asumido bastante su destino. Sin embargo, se rehusaba a admitirlo en público, menos a alguien que potencialmente se reiría en su cara. Prefería morir que confesarle a Chanyeol de su miedo a las alturas.

Para su desgracia, el castaño aparentemente no solo era un violador de bocas, inteligente, primer lugar de su clase, con sonrisa de comercial de dentífrico, sino que también era un jodido clarividente.

—¿Te dan miedo las alturas?

Kyungsoo casi se cae de bruces contra el suelo.

—¡C-claro que no! —rebatió dando media vuelta. Sí, había mentido, descaradamente además. ¿Pero qué se suponía que hiciera? ¿Admitir que era un cobarde? —. Es solo que... soy... soy... alérgico.

Chanyeol frunció el ceño— ¿Alérgico?

Oh, Dios, ¿por qué no pudiste darme un cerebro capaz de formular mejores excusas?

—Sí, alérgico. Terriblemente alérgico —afirmó, poniendo sus brazos en jarra, en un burdo intento de lucir intimidante. Chanyeol mordió su labio inferior para esconder una sonrisa.

—¿De veras? ¿Y... a qué exactamente?

—Bueno, no soy doctor, Jirafita. Solo soy alérgico y ya. ¿Qué? ¿También quieres una radiografía?

Rent A Boyfriend || ChansooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora