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Has recibido (1) nuevo mensaje.

Baekkie

¿Quieres almorzar conmigo mañana?

Soosie

¡Me encantaría, pero le prometí a Joy que iríamos por pizza! ¿Otro día tal vez?

Baekkie

Claro, no hay problema. Es solo que... me gustaría verte de nuevo.

Soosie

Awww, eres todo un cariñosito. Hoy tengo la tarde libre, si te interesa.

Baekkie

¿Y la noche?

Soosie

Mientras no haya homicidios involucrados, ¡por supuesto! ¿Qué tienes en mente?

Baekkie

Un amigo me contó de un nuevo bar en el centro. ¿Qué dices? ¿Quieres ir por unos tragos?

Soosie

Debo informarte que soy un mal bebedor y te verás arriesgado a acabar con mi vómito encima.

Baekkie

La vida es un riesgo


Kyungsoo brincó del susto, causando que el teléfono se resbalase de sus manos y acabara chocando contra las baldosas bajo la mesa. Se petrificó por un instante en su sitio, antes de reaccionar.

—Dios, Chanyeol. ¡No vuelvas a sorprender así! —lo regaló, agachándose para recoger el artefacto y verificar que estuviese en buenas condiciones. El castaño arqueó ambas cejas y tomó asiento frente a él.

—Vaya, estás... bastante alterado. ¿Está todo bien?

—C-Claro que sí —titubeó, un poco (muy) consciente de lo que Chanyeol provocaba en su sistema. Sobre todo, vistiendo esa jodida camisa. ¿Por qué se había comprado esa camisa? ¿Acaso no notaba que se adhería demasiado bien a sus músculos?

La cita en el parque de atracciones había terminado bien. Comieron algodón de azúcar, Kyungsoo ganó un peluche de felpa, hicieron el famoso recorrido de la casa embrujada. Una cita doble estándar con un final feliz.

O medianamente feliz. Porque, lamentablemente, en toda historia existen malas noticias, ¿no?

Para clarificar, Kyungsoo nunca había tenido la intención de enamorarse de Chanyeol. Eso había sido un accidente, del que desgraciadamente no podía retractarse. Los sentimientos ya estaban ahí, propagándose por la sangra y llenando su corazón; no había una forma instantánea de eliminarlos. Por lo que, se veía obligado a aprender a vivir con ellos.

Querer a Chanyeol de manera romántica era, honestamente, un asco. Una pesadilla. El castaño parecía ignorar por completo los sentimientos de Kyungsoo, lo que dificultaba las cosas considerablemente. Que le llamase "bebé", que lo tratase como un jodido príncipe azul, que lo fuese a visitar a la universidad y que se reuniesen a comer juntos... no ayudaba, para nada, en su miserable intento de comportarse con normalidad.

Y tampoco lo hacía esa camisa, arremangada, permitiéndole una mejor vista de sus brazos. Dios... ¿Por qué hacía tanto calor de repente?

—¿Tienes algo que hacer después de clases? —preguntó Chanyeol, para luego darle un sorbo a su café.

Era viernes. Y por algún motivo que desconocía, Chanyeol le había pedido que desayunaran juntos. Quizá debió haberse negado, pero... pero era débil ¿de acuerdo? No iba a rechazar un desayuno con el chico que le gustaba.

Rent A Boyfriend || ChansooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora