Nightmares.mp3

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Como estaba previsto, Yoohyeon volvió al reformatorio para entregar las compras que Minji le devolvió. La Kim de pelo ceniza había ido por la mañana a visitar a su amiga policía para explicarle la situación de la rubia.

Kim Bora, una policía con poco renombre pero una gran carrera por delante, ya había estado investigando el reformatorio desde su creación. Yoohyeon solamente abrió una brecha para que sus sospechas fuesen hechos.

Fue una suerte que las monjas estuvieran rezando en la capilla del jardín. La rubia  pasó más de dos horas esperando a que Yoohyeon apareciese para que pudiese salir del reformatorio sin que nadie se diese cuenta.

Yoohyeon dejó las compras en el suelo y se apolló contra las puertas que tenía detrás, sonriendole a Minji animada y eufórica. La rubia le dio un vaso de agua para que se relajase, ya que parecía sudada y cansada.

— Disculpa que te haya hecho volver aquí otra vez, es que las monjas no me podían ver hablando contigo.

— ¿Por qué?

— Es una larga historia

— Tengo tiempo

En realidad, Yoohyeon no lo tenía. Tenía que entregar las compras de dos restaurantes antes del anochecer, pero la curiosidad en relación a los secretos de aquel reformatorio religioso la consumían más de lo que lo hacían sus obligaciones.

— Creo que es mejor irnos al bosque, normalmente es donde las chicas guardan pertenencias o donde le piden a gente que le entregen correspondencia a sus seres queridos.

Yoohyeon estuvo de acuerdo.

Las dos chicas se alejaron de puntillas y entraron en el gran bosque escondidas fuera del alcance de los ojos peligrosos de las monjas. Minji tardó en hablar, no sabía por donde empezar, así que esperó a que su nueva amiga le preguntase.

— Leí algunas cosas sobre los reformatorios religiosos... Aparentemente las chicas que vienen aquí vienen por voluntad propia o por un acuerdo con sus padres para entregar sus vidas a la religión — Minji rió — ¿Cual es la gracia?

— ¿Tu realmente no sabes por qué estamos aquí?

— No, todo lo que leí fue un texto de un columnista en un periódico.

— Nadie está aquí porque quiere, Yoohyeon. Este reformatorio es una forma de silenciarnos y borrarnos de la sociedad. Mucho antes de que el gobierno hiciera terribles demandas a la población, pequeños grupos de manifestantes empezaron a reunirse y concentrarse en los centros de las ciudades para impedir que pasasen cosas como esta. Todo el que se enfrentó a ellos fue apresado y encerrado aquí o en el reformatorio masculino. Entendieron que si los jóvenes eran el cambio, tenían que ser prohibidos antes de que su autoridad se debilitara. Somos cuidadas por monjas... no sé si puedo llamarlas monjas ya que a todas las sobornaron para maltratarnos.

— ¡Eso es horrible, hay que denunciarlo!

— ¿Crees que no pensé en eso? — Minji se detuvo y se recostó en un tronco. — Siempre consiguieron callarnos, sembraron rumores entre nosotros y la desunión hizo que todo nuestro plan se fuese por el desagüe. No tenemos esperanzas de irnos, estamos condenadas y sabemos que nadie vendrá a salvarnos porque eso es trabajo del gobierno y nadie se atreverá a ir contra las armas. Tampoco quiero generar una lucha armada para quitar vidas cuando puedo finjir un buen comportamiento e idear un buen plan de escape.

— ¿Nunca intentaste escapar por este bosque?

— Dos chicas ya lo consiguieron y cuando las monjas lo descubrieron, cercaron todo el área con muros. Del otro lado del muro tienen a hombres armados con permiso de matar a cualquier persona que intente saltarlo.

— ¡Eso es una locura! Esto es demasiado para mí.

— Si es demasiado para tí que eres libre, ¿imagínate para mí? Sabes, Yoohyeon, sueño todos los días con en el mundo de allí fuera, con lo que perdí por intentar ser yo misma, tengo pesadillas y traumas constantes por todo lo que dejé. No tengo a nadie, soy vulnerable y me siento pésima. Tengo miedo de salir de aquí y que vengan a por mí, no quiero que me dejen sin comer, sin beber...

Yoohyeon cogió las dos manos de la chica para demostrar que estaría a su lado, como una aliada.

— Si puedieses pedir un deseo por navidad, ¿te gustaría huir?

— Mi deseo sería ver los fuegos arrificiales de fin de año.

— ¿Te gustaría volver a este lugar, Minji?

— Volvería para proteger mi vida. Tengo miedo de que mis pesadillas se vuelvan realidad.

— Creo que puedo cumplirte ese deseo.

— ¿Puedes?

— ¡¿Minji?! — gritó una monja al abrir las puertas traseras del reformatorio.

— Mierda — dice Minji, empujando a Yoohyeon detrás de un árbol. — No salgas de ahí.

Minji dio unos pasos hacia delante, fue agarrada por el brazo siendo arrastrada al reformatorio. Sabía que recibiría un castigo, uno que formaría parte de sus pesadillas como otro trauma más que intentar superar.

Can you keep a secret? - JiyooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora