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Antes del vuelo de más de 7 horas me levanté esperando estar en la vida de otra persona o en un sueño, sin embargo al abrir mis ojos la decepción inundo mi corazón, mi mente, todo. Alguna vez has pensado en cómo sería tu vida con otros padres, en otras circunstancias, con otro cuerpo, una cara diferente, otra tú. Pues yo pienso eso constantemente, la inseguridad es mi mejor amiga siempre me acompaña, la verdad, es más real que muchas de las personas que he conocido.

Mire a mi al rededor, era una habitación a mi gusto, blanca, con estrellas en el techo, las paredes repletas de fotos, carteles de mis bandas favoritas, luces amarillas pequeñas. Cuando mi madre se divorció las otras veces siempre volvíamos a esta casa, a esta habitación, el único espacio en el mundo donde me sentía a salvo, y ahora magicamente me iría y ni siquiera por mi voluntad,la impotencia es uno de los peores sentimientos y nunca lo había entendido mejor, hasta ahora.

Después de estar encerrada en un avión, pasar por migración, haber escuchado la lista de reproducción, "para cuando sientes morir",(que tiene temas desde Nirvana hasta Andrew Belle), nos esperaba en la salida ese tipo, ese extraño que se metió en mi vida para empeorarla. Recordaba haberlo visto, un atractico norteamericano con un suéter vino tinto CH y unos jeans Levis, una sonrisa un tanto coqueta y emocionada, y ya comenzaba a entender porqué mi mamá había dejado todo por este sujeto. 

-¡Eliza!- Exclamó el nombre como si de eso se basará su vida.

-Y la hermosa Teresa, ¿cómo estas linda?- Simule no escucharle, ¿quién se cree que es diciendome hermosa y linda en una misma oración sin ni siquiera ser mi padre? y eso que ni yo conozco a mi papá.

-Nos fue muy bien querido, la primera clase debería tener mi nombre, me encanta- Esa sutileza de mi madre al dar las gracias por que su nuevo esposo le daba el trato que ella creía merecer, esa era una de las características de mi bella progenitora.

Sin decir más y al besarse, se dirigieron a un Bentley Mulsanne blanco, y por un momento olvide todo lo que pasba por mi mente y contemple el auto de casi un cuarto de millón de dólares. 

-Ya no está tan mal vivir aquí ¿no?- Mi mamá y su humor; después de poner los ojos en blanco subí a el auto más costoso en el que había estado. Elevé el volumen de mis audifonos y por el bien de todos hice como si no existiera. Poco después llegamos a lo que llamo "La casa de ensueño de Ken", era como un paraíso con 2 pisos y más de mil metros cuadrado de terreno,con fuentes, flores, arbustos, faroles, piscina, con mármoles y techos como si estuviera en Santorini, tenía ventanas por doquier, podría quedarme a vivir allá y nunca salir.

-Espero que sea de su agrado mi humilde casa, sigán por favor- Dijo Arthur.

Solo tenía que decir eso para que una parte de mi se emocionara, hasta que me detuve, esa no era yo, esa era la clase de persona que detestaba, las materialistas e insoportables niñas mimadas. Decidí dejar de sorprenderme por cosas tan vagas y sin sentido y seguir con mi cara de odio a todos y todo, que normalmente era la que siempre tenía.

Después de ser recibida por otra mujer latina llamada Celia, muy simpatica, que me dió direcciones para ir a mi habitación, subí una escalera de caracol color marrón, ya después de haber pasado por cinco habitaciones distintas llenas de lujos encontre una puerta de madera blanca que tenía mi nombre en ella, lo cual era necesario porque me perdería en todas las puertas que había en esta inmensa casa. Antes de utilizar el picaporte de bronce respire profundamente, quería mucho y esperaba demasiado que esos cuantos metros cuadrados se pudieran parecer a mi cueva, donde amabá estar. 

Abrí lentamente y cuando la puerta estuvo abierta completamente quede en estado de conmoción; cuatro paredes color rosa palido, con ventanas al rededor, una cama cuatro veces yo, un iMac de 27 pulgadas, un Bose,un armario inmenso, una comoda blanca, estrellas por todo el techo que brillaban y carteles nuevos sin colgar en una esquina. No sabía que hacer o como reaccionar, si tenía que dar las gracias o quedarme callada, así que solo me senté en el suelo de madera pensando en cómo sería todo ahora, si cambiaría mi forma de ser, si esto sería temporal, mi mente estaba luchando para no perder el control, necesitaba salir, dormir, morir, no existir, me sentía vacía.

-¿Y entonces? ¿Qué opinas? ¿Si cumplé tus expectativas?- Preguntó el señor que le tenía que decir padrastro, papá. Seguía callada en el suelo, medio muerta, no quería volver a verlo, la pena, la ira estaban a punto de volverme loca.

-Mira- Siguió hablando -Se que esto es difícil para ti, que cambiara todo y la parte mala te haya tocado a ti, a tu edad yo tampoco hubiera querido algo así, pero trataré de que te sientas cómoda, porque amo a tu madre y ella quiere lo mejor para ti, así que yo igual, espero que esto haya servido para algo, descansa- Sabía que para el también era complicado lidiar con una adolescente que no quiere vivir y estar con el. Continué sentada unos minutos hasta que mi cuerpo se levantó y se dirigió a la cama. Espere que todos durmieran para poder llorar, para desahogarme, llore en silencio durante horas y en mi cabeza todo estaba en blanco pero seguía llorando hasta que dejaron de salir gotas saladas de mis ojos y me quede en silencio esperando algo aunque no supiera qué.

Desperté a las 10 am con los ojos muy hinchados y pequeños, no quería bajar, no quería que me vieran así, y no por pena, no quería que pensarán que era débil. Así que me quede en la cama, observando las pequeñas estrellas en mi techo, quería estar sola como siempre lo he estado, pero claro, las cosas que desean son las que nunca se cumplen.

PosesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora