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"El amor es nuestro verdadero destino. No encontramos el sentido de la vida por nuestra cuenta, lo encontramos cuando amamos a otra persona "

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-Ella es adorable -dijo papá a mi lado. Ambos veíamos desde la ventana de la sala de estar de mis padres como Madison conversaba con mi madre.

Emily Scott era una mujer dulce. Devota de su familia. Una leona capaz de defender con uñas y dientes a los suyos. Y no tenía la menor duda que en tan solo unas horas, Madison había pasado a formar parte de ese selecto grupo.

-Lo sé -sonreí a mi padre, bebiendo un sorbo de cerveza.

Debía reconocer que me asusté cuando papá dejó una cerveza en mis manos. Aún me encontraba en rehabilitación precisamente por esto y las drogas. Llevaba seis meses sin probar absolutamente nada. Y aunque había sido difícil al principio, lo había superado. O al menos iba en camino de lograrlo.

-Cambia esa cara... solo es cerveza sin alcohol. -había dicho papá. Y efectivamente lo era. -Lo estas haciendo bien hijo. -me aseguró.

Así que aquí estaba. Bebiendo cerveza sin alcohol y viendo a mi novia enamorar a mi madre.

Aunque lo entendía completamente.

Con solo ver a Madison y pasar cinco minutos con ella, terminabas cautivado.

Era una mujer adorable. Sencilla y bella. Tenía una sonrisa que te cautivaba. Y te dejaba sin respiración.

Y que decir de su voz.

Era lo que me había dado paz y tranquilidad cuando estaba en coma. Podía recordar perfectamente esos momentos que pasamos juntos cuando estuve hospitalizado inconsciente.

Y a pesar de que en mi inconsciencia podía sentir la soledad de Madison, me alegraba darme cuenta que en el poco tiempo que llevábamos juntos había contribuido en darle una chispa de alegría.

Me encantaba verla sonreír y reír abiertamente.

La amaba.

Sentí mi corazón acelerarse al mirarla y saber que ella era mía.

Y reconocer una vez mas que la amaba con locura.

Me había enamorado perdidamente de esta hermosa mujer.

Era mi todo.
Mi razón de ser y existir.

- ¿Se quedará contigo ahora que la prensa sabe donde vive? -preguntó mi padre.

-Si... creo que es lo mejor. -dije con una sonrisa. Papá rió.

-Ya... y yo aún creo en el viejo pascuero.

-Es cierto papá, tu mejor que nadie sabe cuan agotador es que la prensa no te deje tranquilo. Ella no conoce este mundo. -suspire. -Y aunque odio haber traído este torbellino a su vida. No me arrepiento de haberla buscado. -lo miré. - Madison es lo mejor que me pudo pasar en la vida. ¿Es el destino? ¿Una casualidad? No lo sé, pero le agradezco a lo que haya hecho esto posible por traerla a mi... además, tu quieres nietos y mamá también asi que no podía dejar pasar esta posibilidad de tenerla en mi casa.

Papá rió fuerte, llamando la atención de nuestras mujeres.

- ¿De que ríen ustedes? -preguntó mamá, frunciendonos el ceño.

-No quieres saberlo mujer. -le dijo papá con un guiño. Mamá le miró con seriedad pero no duró mucho, a los segundos le sonrió y volvió a su conversación con Madi. - Tienes que tener presente hijo que por más que tu madre y yo queramos nietos, debes de asegurarte que ella quiere ser madre. ¿Si? No uses eso en su contra para mantenerla a tu lado. Déjala decidir. -llevó  su mano sobre mi hombro y lo acarició. - Puedo ver que esta tan loca por ti como tu lo estas por ella. Pero no des por sentado algo que podría alejarla de tu lado.

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⏰ Última actualización: Nov 10, 2020 ⏰

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