El sol presumía un brillo especial. El viento lisonjero jugaba con la larga cabellera rubia de Carmen quien en ese momento intentaba lucir "sexy" y "chic" al mismo tiempo mezclando en su vestimenta unos jeans acampanados con una blusa blanca que dejaba ver su delgado abdomen, algo así como una "ombliguera". Una sonrisa iluminó su marcado rostro ornamentado con un par de aretes rosas circulares colgando, al mismo tiempo que su delgado cuerpo daba vueltas:
-¡Oh, por dios! Jonathan, este lugar es maravilloso. Los árboles, el césped, las colinas que nos rodean. Todo me recuerda a esas películas románticas en donde las parejas comienzan a jugar y a enamorarse locamente. Acertaste como siempre, este sitio es el mejor para hacer un picnic.
Su acompañante abrió el maletero de el flamante coche rojo deportivo que los había llevado hasta ahí para poder sacar una cesta llena de emparedados, jugos, postres y una cámara "Kodak" con sus respectivos rollos. A diferencia de ella, Jonathan no parecía tan emocionado. Sus gestos y su tono de voz no sufrieron ningún tipo de alteración.
-Me alegra que te haya gustado. Por favor, ayúdame a poner la manta sobre el suelo.
Carmen obedeció y colocó un pedazo de tela rectangular sobre el pasto. Juntos distribuyeron los alimentos de tal modo que todo estuviera al alcance de sus manos. Ambos se sentaron en el centro de la manta para poder disfrutar de un bello y tranquilo día. El hombre de estómago prominente tomó una lata de jugo, al mismo tiempo que sacó de la cesta una tarta. La rubia por su parte, no tenía intenciones de comer tanto como él. Sus pequeños ojos marrones adornados por un par de pestañas postizas estaban perdidos en el horizonte. Un cambio de humor repentino ensombreció sus gestos. Bajó el rostro mientras suspiró; un pensamiento cruzó su mente.
-Ay, Jonathan, no sé qué hacer. Últimamente no me han estado dando buenos papeles. En un principio todo parecía ir muy bien, hice dos series y me habían ofrecido más proyectos, pero se cancelaron... ¿crees que mi carrera está acabada?
-No, claro que no -cualquiera hubiera pensado que aquel estaba aburrido si no fuera porque contestar con una falta notable de expresividad era parte de su personalidad- es una etapa, ya pasará... oye pero, ¿acaso no te habían ofrecido un papel de la madre de una chica?
-Sí, pero lo rechacé.
-¿Por qué? la serie no está tan mal, me parece un buen proyecto.
-¿Qué? ¿te das cuenta de lo que acabas de decir? -Frunció el entrecejo y abrió su boca en forma de "O"- ¿no me estás viendo? aún me faltan muchos años antes de aceptar ese papel. No voy a aceptar que me coloquen como la madre de alguien todo el tiempo. Justo ahora es cuando necesito papeles de veinteañera.
-Pero no tienes veinte.
-¡NO ME IMPORTA! -la piel de sus mejillas se encendió, adoptando un color rojizo- parezco de veinte... tienes que hacer algo; apóyame, eres mi esposo.
-Sabes que sí, siempre te apoyo.
-Pues entonces consigue papeles que realmente sean para mí, algo que engrandezca mi carrera y que ponga mi rostro en todos lados.
-Mmm, pues ya te he conseguido buenos papeles pero los rechazas.
-¿Cómo?...¿acaso tú me conseguiste esos horrendos papeles de madre?
Jonathan calló por unos segundos antes de contestar.
-Sí, fui yo.
-¡Ah! ¿cómo es posible? ¿qué pasa contigo?
-A ver Carmen -tomó una bocanada de aire- no lo hice con la intención de ofenderte. Intenté conseguir otro tipo de papeles, pero todo el equipo se negó. No es mi culpa.
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SANGRE DE BRUJA
FantasyLucía es perseguida por el Santo Tribunal de Fedeterram, el cual no la dejará en paz hasta llevarla a la hoguera. Esta razón es más que suficiente para ocultar a su pequeña hija Ana en el lugar menos pensado. Con ayuda de su hermana Catalina, reacti...