Había una vez unos padres muy peculiares

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¿Nunca les ha pasado que en su mente tienen un concepto extremadamente claro pero al momento de explicarlo todo se complica?, eso es lo que me pasa cuando intento definir a Ambar, una sola palabra no me alcanza para definirla, necesitaría de un monologo interno larguísimo para poder entender quién es ella, de los años de amistad que tuve con ella solo logre captar pocas cosas, como que era muy callada y reservada, de sus gustos no sabía mucho ya que no los expresaba tan abiertamente como toda la gente, sabía que le gustaban mucho los animales, que odiaba el revoltijo de cualquier alimento, que le gustaba el helado de chocolate y ahí acababa la lista, pero a pesar que en esos tiempos conocía tan poco de ella en mi interior sabía que la conocía y la comprendía perfectamente y ahora que estoy muerta digamos que conozco muchas cosas más de ella, como por ejemplo que ama con todo su ser ir al cine, va prácticamente dos o tres veces por semana, odia ir de compras, le cambia el fondo de pantalla todos los días a su celular, siempre quiso tener hermanos, es una chicas muy madura para su edad, es de esas personas con una personalidad tan liviana que es a la primera que acudes para hablar, porque sabes que encontraras un oído que te escuche y no te juzgara, tiene esa ligereza para comunicarte con las personas que es impresionante, es el prototipo de amiga perfecta, la amabilidad la define, todas se cerraron al mundo cuando morí, pero Ambar es la única que sigue compartiendo con quien se le cruce por el camino, dando esa sonrisa amable a quien sea, despreocupada de todo, amabilidad y despreocupación, eso es lo que todo el mundo ve al verla, pero eso es solo lo que ven. Podría seguir eternamente diciendo cosas de ella pero me demoraría mucho y seria eterno para ustedes, en fin , de todas las cosas que supe de ella ninguna me sorprendió tanto como el hecho de que, odia a su padre con todo su ser y que es hija y heredera de unas de las familias más ricas de todo el país.

-Katy ya estoy en casa- Ambar acababa de llegar a casa y para sorpresa de ella sus padres estaban allí- ¿Qué hacen aquí?, no deberían estar trabajando.

Su padre baja su copa la mira por unos segundos y dice

-¿Cómo que hacen aquí?, que yo sepa esta es mi casa, podemos  venir cuando se nos de la gana- Ambar le da una mirada enojada y se sienta en la mesa.

-Querida y por qué estas llegando tan tarde a casa, estas no son horas de andar en la calle para una jovencita, es esa escuelucha, ¿no es cierto?, te hace estudiar hasta tan tarde y te explota, te dije que no te fueras allá y no me hiciste caso-

-Mamá, podrías parar un momento, estoy intentando comer tranquila- Alonso el padre de Ambar le da una mirada severa a su hija

-Respóndele a tu madre por que llegas tan tarde a casa, no creo que en ese instituto te tengan trabajando hasta tan tarde- Ambar da un gran suspiro y se susurra un pequeño "paciencia"

-Estoy trabajando, por eso llegue tarde- Se siente un grito por toda la casa proveniente de la madre de Ambar, la cual estaba roja apretando con la mano el mantel de la mesa que combinaba con sus uñas perfectamente pintadas de azul

-Renata cálmate- Renata mira a su marido que la intenta tranquilizar y luego ve a su hija

-Te acepte que fueras a esa escuela de mal gusto, te acepte que derrocharas tu dinero en esos animales pulguientos, te acepte que no usaras la ropa linda que te compro pero no aceptare que mi hija trabaje como si fuera de clase medio- Ambar y su padre abren los ojos muy sorprendidos

-Renata no crees que estas exagerando-Alonso que pocas veces hacia contacto físico con su esposa le toma la mano como gesto para tranquilizarla

 -Pues claro que no mi hija no pued...-Renata no pudo terminar la frase ya que fue interrumpida por el grito rápido de su hija

-Traeré a mis amigas a casa-La cara de Renata paso lentamente de desesperación a una sonrisa gigante sus ojos llegaron a iluminarse de alegría.

-¿De veras? –Al instante Ambar se arrepintió pero si decirle que si a su madre, haria que dejara de molestarla por su trabajo por lo menos unos días, no habría problema, de mala gana asiente y su madre pega un grito de alegría-le diré a Katy que prepare todo, podríamos hacer una fiesta de té, o salir a cabalgar, tal vez un paseo en yate.

-Bueno ahí lo piensas bien, me voy a mi cuarto- Ambar ya había pasado mucho tiempo con sus padres por hoy, no quería más, mientras se dirigía a su cuarto pasa por la cocina para que le suban algo de comer.

-Oye Ambar un chico llamo preguntando por ti, dijo que lo llamaras cuando llegaras, dejo su número, toma- Katy era la hija de la cuidadora del hogar que tenían antes, cuando falleció ella vino a trabajar  por ella  

-Gracias Katy, ¿no dejo nombre?-

-No, solo que lo llamaras- Ambar toma una botella de soda y sube a su cuarto,  ¿les dije que su casa tiene un cine privado?, pues si, su propio cine y al lado de su cuarto, por lo que apaga las luces del cine ya que  estaban encendidas y se dirige a su cama donde marca el numero

-¿Hola?-Se escuchan unos ladridos en el fondo y Ambar sonríe.

-¿Cómo llegaste a casa?-

-Bien, nada raro en el camino-

-¿Tus padres no te dijeron nada por llegar tan tarde?- Ambar sabía que su pregunta era otra, ¿tus padres no te retaron por estar con un chico hasta tan tarde?

-No les conté que estaba contigo, casi nunca están en casa y recién llegaron hoy, no los aburriré con eso- Se sorprendió ella mismas por lo sincera que fue su respuesta, normalmente mentía un 80% al día y rara vez era sincera con la gente que apreciaba, pero Gabriel hacia que sus verdades salieran inconscientemente, así que cambio el tema rápidamente-  ¿cambiaste tu número de teléfono?

-Sip-

-¿Por qué no me lo diste cuando estaba en tu casa?

-Se me olvido por completo, estaba preocupado de que esa culebra no te comiera la mano-

-Exagerado ella me quiere mucho, y ¿Por qué cambiaste el teléfono?

- Se podría decir que el otro murió en batalla-

-¿Se podría saber esa batalla?-

-Solo diré que había un perro, un baño, y yo solito-

-¿Todavía sigues con lo mismo?, ya te dije que tuve problemas en casa por eso no pude ir- Del otro lado del teléfono se siente un maullido.

-Carlita dice que te extraña y que quiere verte así que mañana tienes que venir muy temprano-

-Dile a Carlita que ahí estaré y que llevare tacos-

-Y como ha estado Suzy ¿ tus amigas la cuidan bien? , ya ha pasado una semana desde que no está en el refugio debe de sentirse sola-

-No, a estado de lo más normal, todas la aman- hubo un silencio largo donde solo se escuchaban las respiraciones de los dos.

-Quería pedirte algo hoy, pero no me arme de valor suficiente para decírtelo a la cara- a Ambar se le detuvo el corazón por unos segundo y luego sintió como si se lo apretaran fuertemente.

-¿Qué cosa?-

-Mi padre me llamo de las oficinas centrales, diciendo que era un incompetente, que no sabía hacer mi trabajo, y si tal vez es cierto, soy un inepto con los animales pero, creo que me estoy desviando del tema, así que lo diré rápido, ¿quieres trabajar conmigo en el refugio?, se que no ganaras mucho, comparado con lo que ganas en el centro comercial, pero tu misma dijiste que odiabas tu trabajo, y te encantan los animales, y eres perfecta, trabajarías después de clases, si quieres yo te voy a buscar en auto al instituto para que no tomes tantos au...--

-¿Puedes callarte?- Se escucha un pequeños lo siento- Si, acepto trabajar contigo, ¿por qué tan apenado por preguntarme eso?

-Porque soy un inepto, ya te lo dije, bueno me voy, renuncia pronto te quiero al lado mío luego, Adiós – Ambar se quedo callada mientras veia el teléfono en su mano y se pregunto que cuantas mentiras mas tendria que decir para tener una vida normal.


Mezcla RaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora