Reaccione al pensar, mi funcionalidad era más por saber respuestas que por cualquier otra cosa.
Lo tengo! Debía salir de aquí para buscar a Herin, necesito hablar con ella y de paso con mi abuela para saber sobre la florería que vendería. Por ahora solo quiero salir de aquí, faltare por hoy a la universidad. Terminando mi desayuno, me pare a como pude de la cama, camine hasta el baño e hice mis necesidades después de lavar mi cara y dientes. Me vestí con lo primero que vi en mi armario y salí del sótano con mis cosas ya lista.
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Sentí una briza incomoda, no había rastro de Jimin por ningún lado, mire como el día de hoy amaneció un poco nublado. La cabaña se sentía un poco vacía, fría y extraña. Suspiré y camine para salir.
Sra.Yang: Uh..! S-Señorita T/n, va a salir? *Cuestiono curiosa*
T/n: Ehh, si yo...iré a visitar a alguien *Intenté poner mi mejor cara y ella asintió*
Sra.Yang: Gusta, que llame al señor Seung para que la lleve?
T/n: No, gracias. Iré caminando no está muy lejos.
Sra.Yang: De acuerdo, señorita hasta luego. *Hizo reverencia y sonrió leve*
T/n: Si.. gracias. *Imite su acción*
Salí de la cabaña sintiendo un aroma fresco. A pesar de todo la señora Yang era buena conmigo, me trataba bien, casi no sabia de ella pero es una buena mujer. Creo que jamás olvidaré lo que pasó está madrugada, jamás creí que Jimin se comportará asi, se fue y desde entonces no sé nada de el. Trate de evadir el tema de su comportamiento y paradero para enfocarme en buscar a Herin y a mi abuela para platicar sobre lo que a pasado, aún no se si seré capaz de hacerlo, o que Herin se encuentre por una sola vez en casa, pero lo haré.
Llegue a casa más pronto de lo que creí, si bien un camino largo de árboles y arbustos no me molestaba, un día gris si, pues me daba la sensación de que algo no anda bien, que es un día extraño y sin sentido. Claro...o solo puedo ser yo. Aún así en el camino no pude evitar comprar uno de esos postres que tanto me gustaban, para deleitar en un día así, al menos que subiera mi ánimo, pues esas fresas y ese glaseado hacían la diferencia y alegraban un día triste.
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