Cap.3

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Un niño con gorra roja. Una niña que era nueva en la calle, vivía en la ca Un niño con gorra roja. Una niña que era nueva en la calle, vivía en la casa de enfrente de donde el niño.

Ella traía su bicicleta y se acercaba a él.

La niña lo saludo con un rápido 'Hola'. Tenían alrededor de siete años.

-Hola, ¿eres la chica nueva, cierto?-dijo el niño. Era un niño tierno, sus ojos eran azules, azul celestes y cuando sonreía se le notaba algunos dientes chuecos que le hacían ver aún más tierno.

-Yep, esa misma soy yo-contestó la chica. Casi medían lo mismo, solo que ella era un poco más alta que él.

-Bueno, em, yo soy Ethan- extendió su brazo a modo de saludo, para que ella tomara su mano, como el veía que saludaban sus papás.

-Soy Marien, pero me gusta más el nombre de Emma, así que me puedes decir Em-dijo ella algo rápido.

-Okay, entonces, ¿te llamas Emma Marien, o Marien Emma?-

-Solo Marien, pero mi hermana menor se llama Emma y me gusta más su nombre-

-Ah, okay-. 'Chica rara', pensó él.

Pasaron unos segundos bastantes largos en silencio, podía ser que ella quería ser social pero no sabía como, pensaba que por su culpa alejaba a todos los niños con los que podría jugar, y no sabía el porqué, tal vez era una de las razones por las cuales sus papás habían decidido mudarse.

-Me gusta tu gorra- dijo ella, tratando de ser un poco educada.

Ethan estaba sentado en la orilla de la banqueta de su casa y Em estaba parada frente a él.

-Gracias, es una de mis favoritas-aparto la vista, algo nervioso.

Em quería jugar con él, pero no sabía como pedírselo, hasta que se le ocurrió algo. Le quitó la gorra y salió corriendo lo más rápido que pudo alcanzando su bicicleta y subiéndose a ella.

-¡Hey! Espera, ¿a donde vas? ¡Es mía!-fue lo único que alcanzó a decir antes de pararse y ponerse a correr detrás de ella.

-¡Atrápame si la quieres de nuevo!-gritó ella

La calle era bastante larga, típico de las calles adoquinadas de Londres, era una calle bastante bonita, con arquitectura al estilo barroco y  como para pararse y admirarla unos momentos, pero a ellos no les importaba, lo único que quería Ethan era a su gorra, y ella lo único que deseaba era jugar. Siguieron en la persecución, hasta el final de la calle que topaba con un parque.

Ella dejó su bicicleta en la entrada y decidió entrar al parque corriendo, le parecía más divertido de esa forma, además, Ethan estaba a unas cuantas casas atrás, no muy lejos, pero tardaría en alcanzarla. Entró al parque, buscando un lugar donde esconderse. Se dirigió a un árbol enorme que estaba a unos cuantos metros, al momento de acercarse y de pasar al área verde donde estaba el árbol, perdió el equilibrio y cayó en el césped, rodando bastante lejos de donde estaba.

Marien se detuvo gracias a que un tronco se atravesó en su camino, si no hubiese aparecido tal vez ella seguiría rodando. Trato de incorporarse y mientras se paraba revisaba cuales fueron los daños, algunos rasguños en los brazos, también suponía que algunos moretones en las piernas, pero faltaba algo, la gorra de Ethan ya no estaba con ella.

Se puso a buscarla por todo el camino que atravesó, pero no la encontraba, y lo peor era que Ethan ya se acercaba.

-Marien, dame mi gorra por favor- se escuchaba algo cansado, se había detenido a la orilla de donde se había caído Marien, la estaba mirando, su pelo entre castaño y rubio le cubría parte de los ojos ya que lo traía bastante largo.

-Te digo algo y no te enojas- contestó con una sonrisa de esas que ponía cuando hacía alguna travesura.

-¿Que pasó?-dijo algo enojado, como sabiendo lo que venía.

-Es que... no, noencuentrotugorra- cerró los ojos, apretándolos fuertemente como si así evitara la reacción de Ethan.

-¡Qué!- empezó a caminar hacia donde estaba ella.

-Sí, de repente me caí y de repente ya no estaba en mis manos, lo lamento- se agarraba sus manos nerviosamente

-Ayúdame a buscarla antes de que me enoje-aunque ya sonaba enojado- Marien, era una mis favoritas, no debiste de haber hecho lo que hiciste- levanto su brazo derecho, señalando el camino por el cual habían pasado.

- Lo siento, en serio, yo..., solo quería jugar y hacer amigos- Marien, estaba a punto de llorar, se sentía bastante mal, demasiado, por lo que no le importo que le hubiese dicho por su nombre.

-Solo ayúdame a buscarla, ¿esta bien?- Ethan dio un suspiro cansado, se sentía mal por su gorra, pero también por ella, creía que se había portado bastante mal con ella, pero por su culpa su gorra ya no estaba.

Buscaron por todo el área que había atravesado Marien cuando cayó pero seguían sin encontrarla hasta que de pronto, Marien vio algo rojo, esperaba que fuera la gorra pero a la vez no.

Si era la gorra estaría en graves problemas, se acercó a un arbusto y agarró algo rojo que estaba roto y sucio. Cuando lo sacó definitivamente se dio cuenta de que era lo que había estado buscando, pero en lugar de ponerse alegre, se preocupo aun más de lo que estaba.

-Ethan-dijo en voz baja, apenas se escuchaba-

-¿Que quieres ahora?-

Ella se volteó poco a poco, hasta que pudo ver a Ethan. Ella traía la gorra en sus manos, por lo que Ethan bajo su mirada a ellas, no tuvieron que decir nada, solo la expresión de la cara de él lo dijo todo; su gorra estaba hecha un desastre, algunas ramas la atravesaron, estaba sucia y muy rota, apenas se alcanzaba a apreciar que aquel pedazo de tela rasgada era la gorra que alguna vez fue. Marien salió corriendo aún con la gorra entre sus manos, salió del parque olvidando su bicicleta, lo único que quería hacer era llegar a su casa.

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Las crónicas de una chica ¿no enamorada?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora