3. Secretos inconfesables

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Llevaré esto día a día. Mia me ha abandonado. Ha matado a papá y también a mamá. Mi hermana, Mia, ha desaparecido. Ya no es la que era, ni lo será jamás. Al menos, para mí.

Danny

Louis fue el próximo ciudadano al que interrogaron. Éste estaba en casa, con su mujer Linda cuando los policías llamaron a la puerta.

- Hola, agentes. Pasen, pasen...

El agente Walter y los demás policías entraron a casa de la pareja. Sabían que Louis dio clases a Mia en su niñez, así que, estaba claro que la conocía lo suficiente como para responder a varias preguntas sobre ella.

- Bueno, Louis, queríamos pedirle que, por favor, nos respondiera a unas preguntas sobre Mia.

Louis invitó a sentarse alrededor de una mesa del comedor a los agentes y asintió con la cabeza.

- Prepara unos cafés, cariño - le susurró a Linda al oído cuando pasó al lado suyo y la besó con dulzura.

Linda salió del comedor y se dirigió a la cocina, dejando solos a su marido y a los demás hombres.

- Bien, usted nos comentó que Mia salía con un chico.

- Sí, efectivamente.

Los agentes se miraron sonriéndose unos a otros.

- ¿Podría tratarse de este jovencito? Su nombre es Wale, 18 años. Creemos que podría tratarse del chico con el que Mia escapó.

Walter mostró una fotografía del chico que había sacado de Internet. En ésta, se veía a un niño pequeño de unos diez u once años que vestía un traje de comunión.

Les encantaría tener fotos más recientes del chico. Sin embargo, aquella foto de hacía años era lo único que lo agentes habían encontrado.

Aunque tal vez el hecho de que Wale se viese más joven en aquella fotografía, fuera lo que ayudase a Louis a reconocer aquel rostro del muchacho que le parecía tan familiar.

- Yo... Me suena tanto... Debo de haberlo conocido... ¿Por qué me resulta tan familiar?

Louis se quedó un momento pensativo. Los agentes lo miraban fijamente, intentando que le llegara la iluminación y que recordase de qué conocía a Wale.

Pero lo que ninguno de los agentes sabía era que Louis no estaba intentando averiguar de qué conocía a aquel chico. De hecho, ya lo sabía. ¡Por supuesto que lo sabía! Tan solo estaba fingiendo no saberlo.

Él, Louis, había matado a sus padres cuando el crío tan solo tenía ocho años.

***

Cuando Fregoneti vio salir de la casa de Mia a Dorothy con el rostro desencajado, supo enseguida que las cosas no iban bien.

- ¿Qué te pasa?

La agarró por los hombros y pudo comprobar como su novia no paraba de jadear, mientras miraba al suelo con la mirada perdida. Parecía estar poseída por el diablo.

- ¡¿Me vas a decir qué coño te pasa?! - Freg gritó a Dorothy balanceándola de un lado para otro con sus brazos.

- ¡Deja de gritarme! ¡Han matado a sus padres!

- ¡¿Qué?!

Fregoneti se quedó alucinado. No esperaba oír aquello. Los padres de la mejor amiga de su novia habían sido asesinados a sangre fría.

- Tranquila, Dorothy- le dijo abrazándola mientras le besaba el pelo.

- ¡No puedo estar tranquila! ¿Y si Mia también está muerta?

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