Lo primero que sintió Carly fue un suave golpe en la puerta.
— Ahora vuelvo. — Le susurro Ryan y salió de la habitación.
Acostada podía oír voces, unas risas. Cerró los ojos cansada.
Cuando Ryan entró a la habitación ella estaba dormida profundamente, se sentó a su lado y le acarició los brazos.
— Carly, despierta.
Ella se sentó en la cama después de varios minutos, tomó la taza de café que él le tendía.
— Iba a dejarte dormir; pero supuse que me matarías si te despiertas y ves a Rose dando vueltas por ahí.
Ella levantó las cejas en una muda pregunta.
— Rose es la señora que nos ayuda con la limpieza. — Le explicó él.
— Entiendo.
— ¿Estás mejor por lo de tu madre?
Ella hizo mala cara
— No quiero hablar de eso.
— Pero hay que hacerlo. En realidad quería dejar claro que no me interesa como es tu madre, porque estoy enamorado de ti no de ella. — Vio su palidez cuando escucho lo ultimo y la tomo de sus brazos cuando ella dejó la taza en la mesita y se quiso levantar. — No te estoy confesando un asesinato e incluso diría que lo tomarías mejor. No tiene nada de malo tener sentimientos por una persona con la que sales hace meses. — Él acuno su rostro. — He caído en la pileta del enamoramiento sin darme cuenta y no tiene nada de malo Carly. Mirame. — Rogó cuando ella miró la ventana. — Sé que sientes cosas por mi aunque tu eres mas precavida, eres una mujer inteligente como para andar regalando besos y palabras cariñosas, lo entiendo y también eres cobarde y eso no tiene nada de malo.
— Me has halagado e insultado a la vez. — Le dijo sorprendida.
— Es un don. — Le dijo plantandole un beso. — ¿Desayunamos mientras me cuentas sobre tu asquerosa traición?
— Suena que hice algo sucio y malo...
Él la tomó de la barbilla.
— Podemos hacer cosas sucias.
Carly lo atrapó de la nuca y lo beso.
— A desayunar, hoy tengo mucho que cocinar.
Estoy enamorado de tí, esas palabras no podía quitársela de la cabeza, mientras lo veía preparar unas tostadas en su enorme y blanca cocina.
— ¿Me oíste Carly?
Ryan se acercó y la miró largamente.
— No tiene nada de malo lo que dije Carly.
— No es por eso. — Mintió evadiendo su mirada. — Estaba pensando en las recetas que tengo que hacer hoy.
— Hablando de recetas. — La cara de él se iluminó y se acercó a un cajón.
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Lazos eternos ✓
RomanceRyan es un restaurador de arte, huraño, solitario. Un dulce accidente lo cruza con ella. Carly es una pastelera vivaz y divertida. Cuando ambos se conocen se sienten inevitablemente atraídos. Sin darse cuenta él restaurara la confianza pérdida...