Capítulo 13

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Carly salió de la oficina con la cabeza que le dolía y latía

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Carly salió de la oficina con la cabeza que le dolía y latía. Cuando llegó a su casa se planteó llamar a Megan o llamarlo a él, y suspiro apagando el teléfono. Limpio su casa con música fuerte, cocino e hizo mermeladas. Acomodó las cosas en su habitación y mientras acomodaba todos los cajones se encontró el diario de Svetlana. Sin poder contenerse abrió la libreta. Arrodillada en el piso lleno de cosas comenzó a leer. Se sorprendería cuando se lo leyera. Durante varias páginas contaba el largo viaje que tendría hasta París, donde conoceria a la familia con la que se quedaría, con su familia habían decidido que era mejor alejarse de los comentarios que se hacían en los salones sobre ella y Byron. 

  Carly cerró el diario con decisión. Había hecho una promesa y debía cumplirla, se levantó rápidamente y se fue a la cocina. 

   Comenzó a trabajar en las paletas para el cumpleaños del día siguiente, preparo las galletas con el diseño con glasé. Tarareo la música y sonrió cuando Queen comenzó a sonar. 

  Hacía tres meses que estaba en una relación medianamente seria con un hombre, no había roto su máxima anterior de cinco meses. Claro que Ryan aún no había conocido a su madre. Había sorteado las insinuaciones de él para ir a comer a su casa, de hecho no había vuelto a pisar su casona desde aquella primera vez. Tenía temor de que su hijo aparezca en algún momento. Era una cobarde, no iba a mentirse a sí misma. Le daba vértigo darse cuenta cuán bien marchaban las cosas, demasiado bien y su tensiometro interior le decía que algo pasaría en cualquier momento y se arruinaría. Era como el ojo del tornado, estático, silencioso, quieto. Pero cuando te tocaban los vientos siempre se iban, Ryan haría lo mismo que los demás.  

   El martes pasado el evento sin problemas, solo debía entregar todos los dulces y el pastel. Cuando llegó a casa escucho los mensajes que tenía. La voz furiosa de su madre saltó a la primera y lo borro inmediatamente sin dignarse a escucharlo. La voz de Ryan sonó tan masculina y tranquila que un suave cosquilleo cálido la envolvió. 

— Hola Carly, espero que te encuentres bien. ¿Cómo fue tu entrega de hoy? Estaré fuera un par de días, me gustaría verte cuando vuelva. Llámame cuando quieras. 

 

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