Sentir miedo es una debilidad que influencia demasiado en nosotros. Dejas de sentirte fuerte, tus fuerzas se desgastan y caes en el torbellino de miedos que te inundan el alma. No puedes dejar que el miedo gobierne en tu vida porque luego deja paso a los monstruos que esperan a que lentamente te desvanezcas en sus brazos. Tus miedos pueden destruirte como a la misma vez hacer que te vuelvas fuerte pero eso casi nunca es posible. Cuando tratas de hablar de los miedos es más difícil de expresar que tratar de comunicarte por simple problemas cotidianas. El miedo cose tus labios con su hilo fino de inseguridad, formando que tu cuerpo no pueda soportarlo por mucho tiempo más. Tienes que ser tú misma quien pueda controlar ese miedo si no él te controlará a ti. Y se volverá mas fuerte, se alimentará de tus inseguridades, tus penas y dolor. Luego poco a poco pasará la página para dejar que te ahogues en tus propios demonios, haciendo que sea más difícil poder pelear con él. Solo debes de gritar lo mas fuerte posible y hacer que te obedezca aún si no lo hace, solo queda tratar que los monstruos no ganen esta batalla tan ardua.
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