capitulo 4: el acero que nos une

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El sol se filtraba a través de las finas fisuras de la cueva irradiando su calor lentamente sobre Tamon, el calor más los pequeños dolores recorrían todo su cuerpo hicieron que despertara lentamente. ya despierta, con cuidado se levantó tratando de no despertar a sus compañeros, ya estando en pie Tamon puedo notar como una gran piedra sellaba la entrada a la cueva, Tamon enseguida dedujo que Gerardo la había puesto ahí, ya que ella sabía que él era él único con la fuerza física suficiente para poder mover una piedra de ese tamaño. Tamon junto a su magia logró mover la piedra lo suficiente para dejarla salir.

Tamon una vez fuera de la cueva se tomó un momento para respirar el aire fresco y sentir las brisas veraniegas que pasaban a través de su cuerpo, calmando aunque sea un poco ese dolor constante y entumecedor que sentía a través de todo su ser.

-¿Tamon?-.

Tamon se dio la vuelta rápidamente al escuchar la voz detrás de ella.

-¿Jack?- preguntó Tamon con cierta duda.

-¿Si?, sinceramente no me siento muy bien, aunque no tanto como para no reconocer la voz de tu propio compañero- dijo Jack en un tono ofendido.

-Lo siento, es solo que tu voz suena algo diferente, se escucha mas ¿rasposa?-.

-No tengo idea de lo que hablas- dijo este mirando hacia el horizonte.

-Te lo digo enserio, tu voz es muy extraña, aunque lo que más me preocupa es cómo está tu cuerpo en general- dijo Tamon con algo de exigencia.

-Estoy bien, solo un poco- la frase de Jack había quedado a la mitad, gracias a un dolor punzante y una tos estruendosa, gracias a las heridas de la batalla de ayer.

-¿Estás bien?- dijo Tamon con una gran preocupación.

-Si estoy bien, tenía algo en la garganta es todo- explicó rápidamente.

Tamon no siendo tonta, enseguida noto que esto era una simple mentira y no fue exactamente por solo las señales obvias, como las expresiones corporales que Jack presentaba, su cabeza gacha, su cola y orejas caídas, todo indicaba que estaba mintiendo, pero Tamon había notado algo un poco más preocupante, Tamon pudo ver claramente como de la su mano de Jack se deslizaba un líquido de un carmesí brillante. aunque para su infortunio el no parecía dispuesto a hablar y tratar de obligarlo tampoco era una opción, ya que era bastante probable que simplemente este se cerrará todavía más.

Tamon sin saber que hacer, decidió mantenerse en silencio y sentarse sobre un pequeño peñasco a descansar y tratar de aclarar su mente. Jack al sentirse incómodo por el silencio, decidió ir de vuelta a la cueva para ver si por alguna casualidad Gerardo se había despertado, él cual para su sorpresa Gerardo no solo estaba despierto, sino que también estaba de pie estirando sus músculos.

-Hey, no creí que estarías despierto tan pronto-.

Gerardo se volteó con una expresión extraña viendo directamente al felino a los ojos, con una mirada seria y concisa suspiro, caminando en dirección al felino, el cual sintió una pequeña presión, pero Gerardo simplemente pasó de largo, ignorando la presencia del felino por completo, o eso parecía.

-No te culpo por lo que hiciste, seguramente hubiera hecho lo mismo en tu lugar, pero, aun así no puedo ignorar el hecho de lo que te hiciste a ti mismo- dijo Gerardo sin voltear hacia Jack.

El felino quedó estoico, paralizado, de que promesa hablaba y a que se refería con esas palabras, medito esto por unos minutos hasta que lo recordó.

*Flashback*

Esto fue hace 4 meses, Gerardo y Jack habrían incursionado en una aventura para pulir sus habilidades junto a Brandon, Tamon se habría quedado en su pequeña base, ya que Brandon no tenía mucho más que enseñarle.

Shadow Souls: El Alma InternaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora