1. Nuevo hospital.

965 57 0
                                    

El sonido de la puerta al abrirse lo hizo despertar de repente, llevando una almohada sobre su cabeza para cubrirse de la penetrante luz que había sido encendida.

—Lo siento Jimin—. Una amable enfermera de no más de 23 años se acercó al rubio— Será rápido, lo prometo.

—Eso dices todas las mañanas, Yun—
El menor se levantó con pereza y algo adormilado.

—Oí que hoy es tu último día aquí— dijo la chica mientras colocaba el estetoscopio sobre el pecho del contrario, indicandole que inhalara y exhalara. —Te extrañaré.

—¿Extrañaras torturarme diario a las 5:00 Am con esa cosa que está más fría que un carajo?—. Una risa torcida se asomó por su rostro—Yo también te extrañaré.

—Vamos Jimin, no te rindas— Después de unas cuantas revisiones, la chica lo ayudó a recostarse de nueva cuenta con un aire de tristeza— Tienes mucha vida por delante, lucha un poco más.

—Muy tarde, Yun.— Un largo silencio se hizo en la habitación al tiempo en que el rubio cerraba los ojos resignado.

—Vendré en un par de horas para ayudarte con el traslado.

—Gracias— La pequeña enfermera salió del lugar, dejando a Jimin en completa oscuridad.

Desde la noche anterior, Jimin ya había guardado todas sus cosas en la maleta que lo acompañaba siempre a todos lados.

5 cambios de hospital durante más de 5 años lo había hecho experto en estas cosas.

Con lentitud se levantó de la cama sintiendo un escalofrío subir por su cuerpo al tocar el suelo con los pies descalzos, y aún con la intravenosa puesta, el chico caminó apoyándose en el porta sueros hasta llegar donde su ropa se encontraba. Con algo de torpeza debido a los medicamentos administrados, el rubio logró vestirse con un conjunto deportivo negro y una gorra que cubría la mayor parte de su cara; Se colocó un cubre bocas y se volvió a recostar esperando a su enfermera favorita.

Después de un par de minutos, la dulce voz de la joven hizo reaccionar a Jimin quien empezaba a quedarse dormido de nueva cuenta.

Los medicamentos estaban haciendo efecto.

—¿Estás listo?— La chica comenzó a retirar lentamente la intravenosa del dorso de su mano derecha, escuchando un leve quejido por parte del contrario.

A pesar de las miles de veces que agujas se habían incrustado en su cuerpo, el rubio aun seguía teniendo miedo a las inyecciones.

—Ya no tendré mi comida especial cada viernes, ¿Verdad?— Yun soltó una pequeña risa mientras lo ayudaba a levantarse.

—Me aseguraré que la sigas teniendo —. El menor volteó a verla levantando las cejas sorprendido.
—¡Ey! soy importante—. Ambos soltaron una risa. —Tengo contactos.— terminó guiñando el ojo.

La puerta al abrirse los hizo voltearse de repente.

Otro efermero entró llevando consigo una silla de ruedas e intentó ayudar a Jimin a sentarse.

—No la necesito– dijo alejándose.

—Está bien Joshua, yo me encargo—. El joven dio una vista rápida a Jimin para después salir de la habitación furioso.

—Lo siento Jimin, sabes que es protocolo.

—Lo se, y también sé que nunca podré de salir de un hospital caminando por mi mismo ¿Cierto?— protestó dejándose caer sobre la silla.

—No digas eso.

Durante todo el trayecto hacia la salida, el chico rubio mantuvo la cabeza gacha, realmente no quería ver los ojos de lástima por parte de otros pacientes que se posaban sobre él.

Save Me [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora