Agosto

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No había conocido a nadie como tú.

Después de la fiesta en donde se habían conocido, no se vieron por unos meses. Leon se había ocupado por diferentes cosas del trabajo y algunas con respecto a su alimentación pues estaba pasando por unos momentos difíciles en donde las lesiones se volvían constantes. Por otra parte, Natalie continuaba su vida sin dificultad, seguía en sus estudios y buscando lugares para donde irse. Aunque la conexión de ambos fue especial desde que se conocieron, pensaron dejar todo ahí por lo que no plantearon verse al día siguiente o esperar a salir en algún momento. Sin embargo, ambos mantenían conectados por redes sociales, hablaban todos los días y era ya normal recibir un mensaje de buenos días por parte de Natalie y uno de buenas noches por parte de Leon, esa interacción les causaba curiosidad y cada día que hablaban, se generaba esas ansias por parte de ambos para invitarse a salir pero antes de que uno de los dos lo dijera, se ocuparon.

Natalie salió de vacaciones fuera del país con su familia y Leon iba a otro continente a pasar las vacaciones y la pretemporada, cuando volvió al país la mujer no había vuelto y cuando lo hizo, él ya había empezado la temporada en la cual tenía que demostrar que era el mejor pues habían rumores que un nuevo club lo quería comprar.

Las madrugadas se volvieron cómplices de sus mensajes en donde ambos iban confesando poco a poco sus sentimientos como el arrepentimiento de Natalie por no haber besado a Leon esa noche o el hecho de que no hayan salido antes. Cuando se despedían, quedaban con una sonrisa en el rostro mientras pensaban en esos sentimientos que comenzaban a florecer en ambos, Leon tenía curiosidad y cada vez quería más de la mujer, deseaba estar con ella y sentía extrañarla, no podía pasar un segundo sin pensar en ella, aunque aún no la había besado ni abrazado. Natalie le gustaba pensar en el hombre y en las mariposas de su estómago que tenía cada vez que hablaban por videollamada o cuando le decía algo lindo, ya admitía que se sentía atraía por él y le producía emoción de que eso era recíproco. A veces, cuando por su mente rondaba la angustia, le daba miedo continuar con su historia porque imaginaba que ambos iban a salir lastimados cuando alguno de los dos partiera. 

En agosto fue el mes donde se volvieron a ver después de algunos meses, Leon había planeado el encuentro desde hace un tiempo, exactamente una madrugada de julio después de llegar de la playa en donde la había llamado para contarle sobre su día, ese día, ella emocionada le mencionó cuánto le gustaba el viaje que estaba haciendo y se sentía triste por volver a mediados de agosto. El hombre sacó tiempo en su apretada agenda para estar por lo menos una semana disponible para ella, el equipo había empezado a temporada relativamente bien por lo cual no se quería preocupar por ahora.

—Bienvenida a la ciudad ¿cómo estuvo el vuelo? —habló por el teléfono.

—Dormí todo el camino, me duele el cuello.

—¿Quieres hacer algo hoy? —dijo Leon nervioso. Natalie se quedó sin habla, no esperaba la invitación del futbolista tan rápido. — Te necesito ver Natalie, por favor —mordió sus labios.

Natalie empezó a hacer sonidos incomprensibles casi dudando pues lo nervios la consumieron. —Está bien —dijo nerviosa.

—Por fin va a pasar —comentó Leon con una sonrisa—, ya era hora. Nos vemos en unas horas, ya te quiero abrazar —Natalie colgó después de esa frase y entró en pánico.

Dejó su teléfono en la mesa y lo miró desde lejos hasta que se bloqueó la pantalla. Empezó a caminar de un lado para el otro mientras pensaba que se iba a poner, qué iba a decir, qué iba a pasar, muchas preguntas inundaron su cabeza, se trató de calmar y vio el reloj, solo tenía dos horas para arreglarse. Sus manos temblaban y empezaba a sudar frío, tan solo imaginar al hombre parado frente a ella esperando que se dieran un abrazo, le produjo mariposas en el estómago y ante esa sensación sonrió. Sabía que en algún momento se tendría que encontrar con él pero no esperaba que fuera ese día, esperaba que tuviera más tiempo para estar lista.

DIVE | Leon GoretzkaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora