Seis ⁶

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Hueningkai no parecía recordar que tenía una casa propia aparte de la de Soobin, debido que hace días no ha dormido en su habitación o visto bien a sus padres. No le afectaba mucho, ya que ahora era más responsable con sus decisiones.

Como faltar a clases por preferir quedarse y flojear junto a su novio, ya no se tomaría ese lujo y arriesgarse a que llamaran a su casa otra vez.

Un día más en el que despertaba en casa de Soobin, pero sin ver a Soobin a su lado cuando por fin abrió los ojos. Con claros signos de desorientación, él paseaba su vista a lo largo de la habitación, sin hallar rastros de su novio.

— Soobin se ha perdido otra vez —susurró rodando por la cama, quedando boca abajo, seguiría durmiendo.

En medio del silencio dentro de la habitación, escuchó una respiración que no era la suya, más los ronquidos de motocicleta que pertenecían al canadiense. Levantó el rostro de la cama, frunciendo su ceño para intentar deducir de dónde provenía el sonido.

Y lo recordó.

Durante la noche, Soobin lo había pateado, así que, como una buena venganza, lo empujó hasta dejarlo tendido sobre el suelo. Sorprendentemente, Soobin, pareció no reaccionar al fuerte golpe que se dio contra el suelo, por lo que siguió durmiendo.

Hueningkai se estiró hasta asomar su cabeza por los bordes de la cama, topándose con el castaño recostado sobre su espalda, con los brazos un poco doblados y la boca abierta soltando los ruidosos ronquidos.

—La princesa está muerta —susurró quitándose las sábanas del cuerpo, levantándose para hincarse a un lado del, posiblemente, inerte cuerpo de Soobin—. La única solución es el beso de amor verdadero, así la princesa va a despertar y se casará conmigo.

Miró el rostro de Soobin, notando que uno de sus ojos estaba levemente abierto; Soobin a veces dormía con uno de sus ojos abiertos, era extraño, pero según Kai, lo cuidaba hasta cuando estaba durmiendo.

—Y en un acto de necrofilia, el príncipe Hueningkai, besó a la fea princesa Bina —se inclinó acariciando el rostro de Soobin, juntando sus labios con los de su novio, fue difícil tomando en cuenta la boca abierta de Soobin, pero nada le impediría besarlo.

Se alejó un poco, así como muestran en las películas, esperando ver los ojos abiertos de Soobin mirándole con amor, pero no fue así, lo único que obtuvo fue un ronquido.

—La princesa está defectuosa —señaló torciendo sus labios.

Así que Kai no tuvo otra opción que acatar a las medidas drásticas. Se dirigió hasta el baño, agarrando el vaso que contenía un par de cepillos, los sacó de ahí y lo llenó con agua fría.

Se paró a un lado del cuerpo de Soobin, con el vaso en la mano y mirando hacia abajo con seriedad. Estiró el brazo para que, cuando volteara la muñeca, el agua cayera directo al rostro de Soobin.

—Lo siento, Soobin, pero son cosas que tienen que suceder—dijo en modo de monólogo—. Te amo, pero no es correcto que sigas durmiendo—apretó los labios—. Hasta la vista, baby.

Vertió todo el líquido sobre el rostro de Soobin, pronto tuvo la imagen de su novio tosiendo y golpeando su pecho, al parecer el agua entró directo hasta su garganta.

—¡La princesa ha despertado! —exclamó el pelinaranjo lanzando el vaso hacia atrás, alzó sus brazos mirando hacia abajo cómo Soobin comenzaba a levantarse con el rostro y torso empapados—¡Nos casaremos por la mañana!

—Voy a ahorcarte, ven aquí—tartamudeó abriendo los ojos viendo fijamente hacia el otro, quien estaba alejándose con pequeños pasos en retroceso.

Mom, I'm gay too.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora