Necesidad ||C.V.&TÚ||TERMINADA

8. Gatita

Siento como el placer se comienza a expandir por todo mi cuerpo, él mueve su lengua de una manera tan experta, tanto que me hace ver estrellitas de colores
Siento como con su pulgar me acaricia en aquel punto de placer, se siente increíble
Me muerdo el labio con fuerza para no gritar como loca, una de sus manos sube por mi abdomen para acariciarme un pecho

Me siento cerca, siento que voy a correr en su boca, se que él también lo nota, así que comienza a hacerlo más lento, lo cual me comienza a desesperar, comienzo a moverme sobre su boca con desesperó

—No no, te correrás hasta que yo lo ordene —Dice mientras me sujeta de la cadera, yo solo suelto un suspiro doloroso

—Por favor, hágalo de una buena vez —Dije, pero enseguida siento un pequeño azote en mi glúteo derecho, haciéndome gruñir en quejido

—Ahora, no hables —Dijo mientras volvía a poner su boca sobre mi entrada, su lengua estaba volviendome loca, con su pulgar seguía haciendo aquellos círculos sobre mi clítoris mientras que con sus demás dedos juega conmigo

Este hombre me está desarmando completamente, me siento tan desesperada por esto

Concentra ahora su boca sobre mi clítoris, su lengua comienza a remolinear sobre este, sin poder, deje mis manos caer y hundí mi cabeza sobre las almohadas para callar mis gemidos, él comienza a hacerlo más fuerte y rápido, hasta que por fin, arqueo mi espalda, corriéndome en su boca de una vez por todas, él sigue lamiendo mientras mi cuerpo termina de temblar

Siento como cada terminación nerviosa lo siente, mi sangre se licúa en mis venas y no puedo evitar gemir cómo loca

Él se incorpora de rodillas y me gira, me toma de las manos y me coloca de rodillas frente a él, sus ojos están negros por el deseo, se que mi rojo debe estar completamente rojo, pero ahora ya no siento ninguna pena, quiero que me tomé

Acerca su mano a mi barbilla y con su dedo índice comienza a acariciar el contorno de mis labios, mientras su mirada se pierden en estos, los míos están perdidos en sus dedos, aquellos largos y delgados dedos que hace solo unos segundos me hacian sentir tan bien

—Abre —Dice y enseguida abro mi boca, él mete su dedo medio e índice en mi boca y comienza un vaivén, con mi lengua comienzo a juguetear con ellos, después de tomar saliva de mi boca, los saca y los dirige hacia mi feminidad, mientras me comenzaba a acariciar, sin más, los introduce dentro de mi, mientas que con la palma de si manos comienza a frotarme con firmeza, me sostengo de sus hombros, mientras recargo mi cabeza en su pecho

—¡Oh, Dios mío! —Grito mientras me sostengo de él, su mano libre se dirige y me sostiene del trasero, su rostro tiene una sonrisita maldosa —¡Si! ¡Sigue! ¡Más! —Dije suplicante, siento como de repente quita su mano, haciendo que no mire molesta

—Si supieras lo angelical que te ves en este momento tan obsceno —Dijo con una sonrisita, pero yo sigo inquieta, quiero más, más de él —Pareces una gatita molesta —Dijo con gracia —Anda gatita, recuestate y abre las piernas, dejaré que me liberes —Dijo, alcanzó mi kit sobre la mesita de noche y saco un preservativo, se lo entrego y él asiente, sin más, lo observó desde las almohadas colocarselo

Sin perder más el tiempo, él se coloca entre mis piernas, mientras que yo con estás lo atrapó por la cadera, sin más, alinea su miembro a mi entrada y se hunde de una estocada, arrancandome un gemido muy sonoro

Christopher se coloca sobre mi y su boca cubre la mía mientras comienza un rápido vaivén, haciéndome gemir sobre sus labios, nuestras narices rozan al igual que nuestra frentes chocan, su boca me come completa, mientras no puedo dejar de sentir aquella rica sensación en mi vientre

Al pasar los minutos, me toma de la cintura y de un movimiento me coloca sobre él, dejándolo recostado

—Vamos gatita, muévete —Dijo antes de darme un leve azote en el glúteo, sin más, comienzo a moverme de enfrente hacia atrás, mientras veo las diversas expresiones de placer que él hace, es tan gratificante...

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Me cubro mejor con la sábana, acabo de pasarla tan bien con este desconocido, fue una de las mejores (si no que la mejor) noche de todas, veo como se viste mientras yo solo lo veo, busca en su pantalón aquella billetera y saca dólares

—Esto es tuyo —Dice antes de lanzar el dinero a la cama, pero ahora con una actitud tan prepotente que me hace sentir terrible —¿Quieres que te llame un taxi?...