Necesidad ||C.V.&TÚ||TERMINADA

28. PuTa

Siento sus manos recorrer todo mi ser, como me coloca sobre la cama y rápidamente me quita mi sudadera junto a mi blusa, dejándome en sostén, yo tampoco pierdo el tiempo y dirigí mis manos a quitar el saco y corbata de Chris, ambos parecemos desesperados
Siento las manos de Chris en el botón de mis pantalones, mientras va dejando besos en mi cuello y abdomen los va bajando, rápidamente apenas sale mi pantalón, me dirigí a quitarle aquella camisa blanca de botones, desciendo también por besos en su pecho y abdomen, Christopher m toma de hombros y me lanza a la cama

—Anda mi amor, se buena chica —Dice mientras toma mis manos con rapidez y las sube sobre mi cabeza, sosteniendolas ahí

Nuevamente se acerca a besarme con pasión, todo es tan perfecto tratándose de él
Pero es entonces que escuchamos unos fuertes golpes en la puerta, pero se vuelven intensos, como si golpearan a puñetazos, rápidamente lo miro y Christopher cierra los ojos con frustración, lo puedo ver maldecir

—¡¡Christopher!! ¡¡Abre la maldita puerta!! ¡¡Deja a la zorra con la que te acuestas!! —Grita una voz femenina, denotando furia pura

—¿Qué sucede Christopher? —Le pregunto confundida, veo a Christopher y se que está tan desesperado por saber su siguiente paso

—Tranquila, por favor, no te alteres... Yo voy a solucionar esto, por favor... Quédate aquí —Dice Christopher nervioso, es entonces cuando escuchamos la puerta abrirse

—¡¡Eres un hijo de puta!! —Dice, Christopher rápidamente sale de la habitación y cierra la puerta tras de él

Yo me quedo helada, no se que hacer, busco mi ropa con rapidez y comienzo a cambiarme, corrí hacia el closet y me encerré, pero podía escuchar perfectamente los gritos

—¡¿Es por eso que ya no vuelves a casa?! ¡Es el colmo! ¡Hasta aquí traes a tus zorras! ¡¿Dónde están?! ¡Dile que salga! —Grita la mujer

—¡Por Dios, Janneth! ¡Eres increíble! ¡¿A ti que diablos te importa a quien traigo y a quien no?! ¡Entiende de una vez...!

—¡No! ¡No voy a entenderlo jamás! ¡Dile a esa puta que salga! ¡Que de la cara! ¡Porque eso es, una Puta! —Grita la mujer, escucho como un forcejeo, siguen escuchándose gritos, la mujer está vuelta loca

Segundos después escucho algo romperse, me asustó, pasos apresurados y la puerta de la habitación se abre, puedo ver perfectamente a una mujer, como de unos 30 años, de cabello cobrizo y tes blanca, con desesperación comienza a buscarme (Foto en multimedias)

—¡¿Dónde estás, maldita puta?! —Grita y rápidamente se dirige al clóset, al abrirlo, ambas nos vemos, se que ella está furiosa, me toma con rapidez del brazo y me saca de ahí, nuevamente escucho los pasos apresurados de Christopher, pero en menos de lo que puedo reaccionar, la mano de la mujer se impacta con bastante fuerza en mi mejilla, haciendome voltear la cara —¡Eres una zorra! ¡¿Cómo te atreves?! —Dice ella, Christopher entra a la habitación y rápidamente se acerca a ella, puedo ver qué tiene un hilito de sangre corriendo por su cien

—¡Por Dios, Janneth! ¡Vete de aquí! ¡No tienes nada que hacer en mi departamento! —Dice Christopher, la mujer parece que el mismo diablo la poseyó, se lanza contra mi, pero Christopher me cubre

—¡Claro que tengo que estar aquí! ¡Peleando por mi marido y mi matrimonio! —Grita la mujer y siento como si el aire me faltará

¡¿QUÉ?!

¡¿MARIDO?!

¡¿MATRIMONIO?!

—¡Janneth! ¡Nosotros ya no somos un matrimonio! ¡Entiendelo de una vez! —Grita Christopher, pero la mujer lo golpea y se acerca a mi

—¡Y con mujeres como está menos lo volveremos a ser! —Grita y nuevamente una mano se impacta en mi otra mejilla, dejándome un ardor que se expande por todo mi rostro —¡¿Acaso no te avergüenzas?! ¡Estás destruyendo un matrimonio! ¡Eres una zorra! —Me grita, pero yo estoy helada, no se que hacer o que decir, las lágrimas solo caen de mis ojos

¡¿Pero que carajos?! 

Christopher jamás me habló de que estaba casado... Ni siquiera lleva sortija

—Ya basta, ya lárgate —Dice Christopher tomándola de la cintura y prácticamente cargándola fuera

Yo solo me quedo ahí, helada y con la cara probablemente roja
Siento la garganta seca... No puede ser... Tiene que ser una puta broma

Sin dudarlo, tomo mis zapatos y me los coloco, escucho la puerta principal cerrarse, Christopher corre hacia donde yo estoy y me ve preocupado

—Mi amor... —Antes de que siquiera diga una sola palabra, le suelto una cachetada con todas mis fuerzas posibles...