¿Qué pasaría si Sasuke decide dejar de lado su venganza al último momento?
¿Qué pasaría si el conoce a una persona que lo cambia totalmente?
A veces la vida da segundas oportunidades para hacer bien las cosas, aunque Sasuke desde el principio no hay...
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. 1 año atrás
Narra ____
- Y-ya Itachi - dije con la respiración entre cortada - E-es suficiente - coloqué una mano en mi pecho tratando de regularizar mi respiración.
- ¿D-deidara no llegó aún? - preguntó el azabache en el mismo estado que yo.
- N-no... P-pero para - dije negando.
- N-no, aún nos queda t-tiempo - respondió Itachi con una sonrisa. Lanzó un kunai a mi costado, tenía un papel explosivo, ¿Intentaba lastimarme con eso?, patético. Mi sharingan lo esquivó hábilmente haciéndome dar un salto a la izquierda, pero justamente donde se suponía que tenía que caer, otro kunai con un papel explosivo estaba clavado en el suelo.
- ¡Mokuton no jutsu! - exclamé para reemplazar mi cuerpo por un muñeco de madera, esta técnica era una copia que en algún momento realizó Kakashi. Mientras mi cuerpo intercambiaba lugar con la madera antes de la explosión, salté a un árbol quedando sobre el azabache. Itachi volteó a verme a los ojos. Caí en su genjutsu otra vez...
- ¡Maldita sea! - exclamé al momento que Itachi me liberó.
- Te falta práctica aún... - dijo el azabache con una sonrisa triunfante.
- Ahora entiendo porqué Deidara te odia, me frustra que siempre ganes - le dije para luego bufar.
- Pronto me alcanzarás, realmente has avanzado - dijo levantando su mano derecha, oh no... no otra vez... Chocó dos dedos en mi frente, siempre dolía, pero era reconfortante.
- Deja de hacer eso - dije para luego inflar mi mejilla izquierda.
- Llegué - dijo aquella voz masculina perteneciente al rubio de Akatsuki. Miré detrás de Itachi y allí estaba él. Corrí a él y lo envolví con mis brazos.
- ¡Te extrañé! - exclamé aún en el abrazo, Deidara colocó sus brazos en mi cintura y me separó de él para depositar un pequeño beso en mis labios.
- Yo también... - respondió para luego observar con rencor al azabache que hace unos minutos estaba entrenando conmigo.
- ¿Te gusto? - le preguntó un burlón Itachi al rubio.
- Ya quisieras - respondió Deidara fríamente para luego tomar mi mano y caminar a la guardia. Al entrar estaban Konan y Pain hablando amistosamente, pero había algo que resaltaba entre ellos, sus manos... Estaban unidas. Pasamos directamente a la habitación que el rubio compartía con Itachi sin decir ni una sola palabra de lo que vimos. Deidara entró y se tumbó en su cama haciéndome un lugar a su lado.
- ¿No piensas ir a bañarte? - le pregunté divertida mientras veía como se acomodaba en la cama.
- No... Extrañaba mi cama - dijo con una sonrisa satisfecha.
