Capítulo 4: Parásitos

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No estaba seguro de si era el gusano que ví en mis sueños o uno que había generado yo, pero de todas formas me dispuse a sacarlo.

Debido a que ya lo había localizado, intenté darle órdenes, la primera que se me ocurrió fue que se dirigiese hacia mi mano...y funcionó.

Sentía una pequeña sensación de hormigueo en mi brazo cuando se movió hacia mi mano pero no era molesta ni nada por el estilo,

Cuando finalmente llegó, le ordené salir.

Acto seguido, un pequeño gusano del tamaño de una aguja de tejer salió de la palma de mi mano.

Tenía un par de dudas al respecto.

Primero, no se parecía en nada al gusano de mi sueño, este era más delgado, pequeño y no tenía ojos, solo unos pequeños dientes filosos, medía algo de 2 centímetros más o menos, así qué...de dónde había salido...?

Segundo...cómo es que esto no me duele...?

Aunque claro, en ese momento decidí dejar esas preguntas para después, ya que estaba más interesado en el pequeño amigo que tenía en mi palma y lo que podía hacer.

Mi lema es "Un problema a la vez" después de todo.

Algo que noté es que a pesar de que la orden que yo le dí fue "sal", no había salido completamente de mi palma, la parte inferior de su cuerpo aún estaba en mi mano.

Quería saber la razón así que me puse a intentar diferentes cosas con él.

Lo que descubrí es que no le gustaba para nada estar fuera de mi cuerpo debido a que parecía hacerse más débil mientras mas tiempo estaba fuera.

Otra cosa que descubrí es que podía entrar a mi cuerpo desde cualquier parte que no fuese mi cabeza o alguna parte íntima, no porque no lo intentase, sino porque no quería al parásito en esas zonas...

En fin, sin importar que parte de mi cuerpo perforase el parásito, no sentía nada más que un cosquilleo bastante leve.

Decidí esperar a que mi cuerpo generase más parásitos para hacer otro tipo de pruebas.

Luego de 2 días, conseguí un parásito nuevo, era exactamente igual al primero y se comportaba de la misma forma.

Lo primero que hice fue probar su poder destructivo, así que compré algo de carne para ver cuánto tardaban en perforarlo.

Increíblemente no demoraron ni 1 segundo en entrar, y lo más curioso era que no dejaban ninguna herida en la carne, aunque solo podían adentrarse en la carne, no podían comérsela ni nada, el sistema tampoco reconoció la carne como un anfitrión, por lo que ese tipo de prueba tendrá que esperar hasta que consiga un anfitrión de verdad.

Lo que intenté después fue moverlos de forma diferente, el lugar de la prueba había sido mi brazo derecho, le ordené al primer parásito moverse hacia mi palma y al segundo le ordené subir hasta mi codo.

Resultó bien, puedo controlarlos para que cada uno haga cosas diferentes al mismo tiempo.

En este proceso también descubrí algo nuevo, los parásitos tienen un modo de reposo.

Cuando dejo de controlarlos, regresan a mi brazo derecho sin importan la parte de mi cuerpo  en la que estaban.

Ya en mi brazo, lo único que hacían era quedarse quietos, como si estuviesen descansando, por eso lo llamé modo reposo.

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