"Wow...es una técnica marcial...?" Preguntó Jay después de ver a James usar el rastro fantasma.
"Así es."
Jay se impresionó al escuchar su confirmación, después de todo, las técnicas marciales eran algo preciado de cada secta de pugilistas, algo que solo se le otorgaría a discípulos de la secta como mínimo!
Al igual que los magos tenían hechizos, los pugilistas por otro lado tenían técnicas marciales, algunas eran técnicas usadas para defenderse, como Defensa De Hierro, la cual le daba al pugilista una defensa similar a la de este metal por un corto tiempo, habían otras para atacar, la técnica más conocida era Puño de Fuego, que como su nombre indicaba, le otorgaba al pugilista unos puños prendidos en llamas, aumentando de esta forma su poder de ataque, así, habían muchas técnicas marciales, y todas estas también se dividían en rangos, dependiendo de la potencia que tenían.
"Y está bien que le enseñes algo así a Jay?" Preguntó Sarah con un helado en una mano, nadie había visto de donde lo había sacado, pero ahí lo tenía, "No tendrá que unirse a tu secta o algo por el estilo no?"
Una secta era el nombre que tomaban los grandes grupos de pugilistas que formaron una organización, James de hecho pertenecía a una de las sectas más grandes del país, se llamaba "La Puerta del Emperador", una secta antigua, poderosa y con vastos recursos, habían servido como el ejército personal de un emperador en tiempos de antaño, siendo ellos la razón por la que el emperador pudo llegar al trono, de ahí la razón de su nombre.
Sin embargo, a pesar de su grandioso origen y de que no les faltaban pugilistas dispuestos a volverse discípulos de la secta, siempre estaban dispuestos a tener más, por lo que una de sus formas de obtenerlos era enseñar técnicas marciales y otorgarles recursos a personas normales o pugilistas sin esos medios a cambio de que se volviesen discípulos.
"Jaja, claro que no, es una técnica marcial que incluso los discípulos exteriores pueden aprender, además, puedo permitirme estos lujos como el descendiente~." Contestó él con una sonrisa de orgullo.
Aunque la sonrisa podría parecer arrogante para algunos, en realidad estaba muy bien justificada, la jerarquías de las sectas en cuanto a los discípulos se dividían en 4, desde el más bajo hasta el más alto eran:
Discípulo Exterior, era un rango que incluso las personas sin habilidades podían obtener, los beneficios de este rango era que podías aprender algunas técnicas marciales menores y algunos métodos de fortalecimiento de la secta, sin embargo, eran los de más bajo nivel debido a que realmente no eran parte de la secta, aunque no recibían la protección de la secta, tampoco estaban atados por sus reglas, la gran mayoría de personas empezaban por este nivel.
Discípulo Oficial, se les consideraba la fuerza principal de una secta y solo los pugilistas podían obtener este rango, aquí pueden recibir recursos, métodos de fortalecimiento y técnicas marciales de nivel medio, debido a que ya eran parte de la secta, tenían que seguir sus reglas y enseñanzas, sin embargo, la secta también los protegía si se topaban con algún problema, normalmente los discípulos exteriores se convierten en discípulos oficiales después de reunir méritos con la secta.
Discípulos Centrales, solo los discípulos más excepcionales de la secta podían avanzar a este rango, se necesita una gran cantidad de méritos y una habilidad considerable, recibían una gran cantidad de recursos, técnicas y métodos de fortalecimiento de nivel medio y alto, eran una parte importante de la secta, aunque uno podría salirse con la suya si se metía con un discípulo oficial, se tendría que pagar un fuerte precio si querían buscar problemas con algún discípulo central, ya que no solo la secta los protegía, sino que la fuerza de cada uno de ellos era considerable, por lo que cualquiera que tuviese pensado en enfrentarse a ellos tenían que pensárselo dos veces antes de actuar.
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Parasyte
Ciencia FicciónEn un mundo donde existen Espers con poderes que rompen las leyes de la física, Magos capaces de invocar seres multidimensionales y Pugilistas con fuerza suficiente para romper montañas, en un mundo así, nuestro protagonista tiene...¡¿parásitos...