Bismarck x Comandante (Shikikan Series)

Aniversario de Iron Blood

Una alfombra roja cubría la mayor parte del piso de la recepción, las banderas con los colores rojo y negro daban un aspecto serio pero a la vez elegante, los candelabros... no, no debería estar admirando la decoración. Cómo se me ocurre llegar tarde a mi primer evento de gala? aún peor siendo la fiesta por el aniversario de Iron Blood. Debo caminar más rápido -pensó Hans mientras se acomodaba la corbata de lazo por décimoquinta vez.

Por la prisa y estarse arreglando el traje, chocó con la mujer que tenía en frente.

- Lo siento mucho -dijo Hans mientras se levantaba y se aproximaba a la mujer para ayudarle a levantarse, aunque ella ya se había puesto de pie antes que él.

- No pasó nada, pero deberías tener más cuidado -le respondió la mujer en un tono algo frío.

Que alivio, no suena molesta. Lo siento, estoy llegando algo tarde, nunca había asistido a un evento tan importante y estoy preocupado por no causar una mala impresión -comentó mientras revisaba si el traje se había ensuciado y aún sin ver el rostro de quien tenia en frente.

- Llegar tarde ya de por sí causa una mala impresión, la disciplina es una de las cosas más importantes para esta facción -dijo ella en un tono frío pero con cierta condescendencia- Además tu corbata está mal puesta.

Ella se acercó y empezó a acomodarle el lazo.

- Jaja Te lo agradezco mucho -dijo Hans mientras sonreía nerviosamente.

- Listo, terminé con el lazo. Eres un miembro de Iron Blood, debes verte como uno, así que endereza la espalda, los hombros hacia atrás y -ella levantó su barbilla- mirada siempre al frente.

Cuando los ojos de Hans por fin vieron a quien tenía en frente se le hizo un nudo en la garganta.

- Lo Lo Lord Bismarck -logró balbucear mientras contemplaba anonadado como el barco más importante de Iron Blood estaba en frente de él, acomodándole la gorra.

- El "Lord" es innecesario -dijo mientras terminaba de acomodar la gorra- Listo. Ahora si pareces un miembro de Iron Blood- ella sonrió.

- Anda, no llegues más tarde de lo que ya estás -Bismarck le dio un pequeño empujoncito- y disfruta de la fiesta.

Hans vio como Bismarck avanzaba por la recepción y no pudo evitar pensar que su amigo Otis jamás le creería lo que le acababa de pasar.

Ya en el gran salón Hans encontró a su amigo cerca de una mesa, tomando una copa de champagne. Al llegar, Otis le recibió con un sonrisa.

- Menos mal se dignó a venir Sr. Muller -dijo mientras le ponía una mano sobre el hombro- Es increíble que llegaras tan tarde a la fiesta. Con lo emocionado que estabas, creí que serías el primero en llegar y estarías esperando al lado de la puerta a todos los demás invitados jaja.

- Tuve problemas con el traje -respondió mientras retiraba el brazo de su amigo y tomaba una copa de champagne de la mesa- No me creerás a quien me encontré en la recepción.

Luego de que Hans le contó sobre su encuentro con aquella mujer.

- No te creo, tropezaste con Lord Bismarck -casi gritó Otis mientras daba un sorbo a su copa- encima ella arregló tu ropa, y sigues vivo que es lo más increíble para mí.

Hans estuvo a punto de responderle a su amigo cuando un joven menor que ellos se acercó.

- Llegué a pensar que no vendrías Hans -dijo Alphonse mientras le acercaba su mano- Problemas con el traje otra vez?

- Me temo que sí. Nadie más notó mi ausencia, verdad? -dijo Hans mientras estrechaba la mano de su amigo.

- Nadie...salvo Lord Bismarck -bromeó Otis.

Hans le dio un codazo a Otis. Alphonse los miró extrañado.

- A todo esto, saben dónde está Bismarck? -preguntó Hans mientras la buscaba entre los invitados.

- En la mesa principal, como no podría ser de otra forma -indicó Alphonse algo sorprendido de que su amigo la llamase de esa forma- Por?

Hans vió a Bismarck sentada sobre un bello asiento negro con muchos adornos dorados y la cruz de Iron Blood en el respaldo. No se percató cuando estuvo en la recepción, pero Bismarck lleba un vestido negro con un collarín y otros accesorios rojos y dorados. Se veía hermosa a su parecer. También se percató que todas bailaban, incluso la señorita Tirpitz, menos ella.

- Oigan, no es muy raro que nadie saque a bailar a Bismarck -mencionó Hans a sus amigos.

- Bueno, Lord Bismarck es bella y no creo que alguien de aquí piensa lo contrario, pero también es algo intimidante, no crees? -dijo Otis mientras cogía un bocadillo de la mesa.

- De hecho, es bastante amable...o eso me pareció cuando me crucé con ella en el vestíbulo -replicó Hans- Alphonse sostén mi copa, por favor -dijo mientras se disponía a caminar hacia donde estaba sentada Bismarck.

A medida que se acercaba, más y más personas volteaban a verlo, sorprendidos de adonde se dirigía. Cuando llegó a donde ella, sentía que todos los invitados lo observaban.

Diablos, actué por impulso. Bueno, ya llegué hasta aquí...al menos sé que no muerde. pensó Hans para calmarse, sonrió de la manera más amigable que pudo mientras tendía su mano hacia la mujer que vestía de negro, quien lo miraba con relativa sorpresa.

- Señorita Bismarck, me concedería esta pieza?