La Punta del Iceberg

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Han pasado diez años desde que inició su viaje, aún recordaba su primer choque de opiniones con Gary, los desacuerdos con Pikachu, su primer pokemon, sus actuaciones vergonzosas en sus primeras batallas, y todas las demás locuras que le han ocurrido en su travesía como entrenador, parecía haber sucedido ayer.

Era muy ignorante sobre lo que ocurría a su alrededor, sólo miraba hacia adelante, no sabía lo que pasaba en las ciudades a las que iba, su mente tenía un pensamiento bastante egoísta: "Si alguien estaba a favor de lo que decía era su amigo, en cambio, si alguien iba en contra de su punto de vista era su enemigo".

Pero ahora que era un adulto comprendía la forma de pensar de algunas personas, comprendía la necesidad que tenían Jessie, James y Meowth por robar a su Pikachu, pues era la única esperanza a la que podían aferrarse para seguir viviendo.

Esos pensamientos trajeron de vuelta un recuerdo muy doloroso que marcó su vida en un antes y un después.

Hace dos años...

El presidente de Kanto, la mayor entidad gubernamental de la región, preparó un grupo de entrenadores experimentados para destruir a una banda criminal que se había asentado en una pequeña isla al noroeste de dicha región, ellos robaron una gema que era demasiado importante para el equilibrio del mundo y su misión principal era traerla de vuelta.

Él, junto a Lance, Koga, Sabrina y unos cuantos entrenadores más se dirigieron hacia la isla.

A pocos metros de llegar a la isla, todos se dieron cuenta de que el pueblo era bastante pacífico y normal para ser poblado por una banda criminal.

Todos bajaron a la isla, dejando a sus pokemon de transporte afuera en caso de no poder resolver el asunto de manera pacífica.

Los pueblerinos mostraban confusión y alegría genuina, pues era la primera vez en años que llegaban visitantes por cuenta propia y no por naufragios.

Algo no cuadraba en la cabeza de los entrenadores, los pueblerinos no parecían tener intenciones hostiles hacia ellos, quizás era una fachada, pero para ellos era más lógico que los atacaran mientras estaban en el aire para desestabilizarlos, pues Ash era un viajero conocido mundialmente y era un líder de gimnasio al igual que Sabrina, Koga era un Élite 4 de Kanto, y Lance fue el mejor entrenador del mundo por muchos años, por ende, eran conocidos a nivel internacional.

Entonces... ¿Por qué no los atacaban?.

Todo se veía demasiado normal, y eso generaba una pequeña preocupación entre ellos, y viendo los pokemon de los pueblerinos, no eran especies que destacaran demasiado en batalla.

— Bienvenidos viajeros — Dijo un anciano de una estatura un poco inferior para el promedio de Kanto y Johto, no tenía una atmósfera que se pudiera asociar con el crimen organizado.

— Mucho gusto, soy Lance Ingram, hemos venido a hablar con el líder del pueblo — Dijo Lance con un aire calmado, típico de alguien con mucha experiencia en lidiar con este tipo de situaciones.

— Yo soy el líder del pueblo, ¿qué desean? — Preguntó el anciano.

— Me gustaría que pudiésemos charlar en un lugar más privado — Dijo Lance, recibiendo un asentimiento del anciano quien comenzó a caminar lentamente, al ver que el anciano se alejó lo suficiente, se volteó para susurrar un par de cosas a sus compañeros — Escuchen, no bajen la guardia, estén atentos a todo lo que vean y comuníquense con la central, pidan refuerzos en caso de que ésto se salga de control — Y finalmente se dio la vuelta para seguir al anciano.

Los demás se dirigieron al centro del pueblo, para acatar las órdenes de su líder, Ash, Koga y Sabrina eran los encargados de vigilar, pues tenían una mejor visión y sus pokemon tenían un instinto que les permitían captar cosas con más detalle.

Pokémon: ChaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora