I'm Not Okay With This

3. Quiero irme a casa

Perú y Chile habían decidido salir a pasear y tomar algo de aire fresco, la mañana era hermosa, los pájaros cantaban y el clima era cálido. Después de su rutina matutina de ir a pasear unas horas, fueron a un mall, ya que estos no tenía ropa para la fiesta del estadounidense.

Llegando al mall el bicolor se fue probando toda la ropa que encontrase, quería verse bien.

— ¿Qué opinas de esta, Chile? — Dijo mientras le mostraba un suéter color crema, con algunos adornitos.

— "Con cualquier ropa luces hermoso" — Pensó el chileno mientras miraba embobado a Perú. — Te ves bien, ¿pero no crees que hará mucho calor para llevar su suéter?

— Si, tal vez... Iré a ver que más tienen. — Dijo volviendo al vestidor y probarse múltiples ropas. Estuvieron ahí un buen rato, aproximadamente unas 2 horas.

Hasta que por fin el bicolor se dicidio por una prenda. Se llevó una camisa blanca, una chaqueta rojo oscuro y unos jeans negros, y el chileno solo se llevó una sudadera con los colores de su bandera.

Después de las compras fueron a visitar al boliviano, ya que habían quedado en almorzar con este.

[🍁]

Llegaron a la fiesta después de un largo viaje, tocaron la puerta, tocaron el timbre esperando a que escucharan. Les abrió Canadá

— Oh, hi guys!. — Saludo, para después hacerse a un lado dejando pasar al trío de sudamericanos.

Miraron la casa del americano, era muy grande y algo lujosa, también habían muchos países, se podía ver de todo, Europeos, asiáticos, latinos, todos en un solo lugar.

— Bueno, ¡iré a buscar a Argentina o a Venezuela!. — Habló fuerte el boliviano, ya que la música estaba a un alto volumen y no se escuchaba mucho.

— Okay, ¡yo me quedaré aquí con Perú! — Habló de igual modo el de estrella.

— Perú rió ante la actitud de sus amigos, se le hacia tierno. Parecían unos niños gritando de esa forma. — Creo que iré por una bebida o algo, ¿me esperas, Chile?

— Uh... Claro. — Dijo éste, a las justas escuchaba lo que dijo por la bulla.

Perú fue a buscar a México, estaba dispuesto a hablar con él. Era el día, en el que volvían o México lo dejaba definitivamente. Tenía miedo, estaba muy nervioso, solo quería una platica tranquila, pero tenía miedo de hacer un escándalo. Chocó con alguien, andaba distraído en sus pensamientos que no se dió cuenta.

— Oh, lo sient--. — Era México, chocó con México, estaba frente al mexicano, no sabía que hacer, no sabía que decir. ¿Sería bueno hablar sobre su rompimiento o primero saludarlo?

— N-no te preocupes, yo estaba distraído. — Rió algo nervioso el mexicano. — B-bueno, no pensé que vendrías. Pensé que no te gustaban las fiestas.

— Quería probar algo nuevo. — Dijo nervioso. — Y... ¿Cómo has estado?

— Bien, eh... — El mexicano se sentía algo incómodo, no sabía que decir. — ¿Estas bien?

— ¿Por qué lo dices?

— Me dijeron que no te tomaste muy bien nuestro rompimiento, y... Uh, lo siento.

— "¿Cómo esperas que me lo tome cuando solo me dijiste que se acabó? Sin nada más que decir" — Pensó el peruano. — He estado mejor.

— Bueno, ya tendrás más parejas, hasta luego Perú. — Dijo yéndose en otra dirección.

— ¿Tener más parejas?... — Siguió al mexicano hasta el patio del estadounidense. — ¿Qué quieres decir con "tendrás más parejas"?

— Ya sabes, encontrarás a alguien más.

— Pero... ¿Por qué terminamos? — Dijo, por fin lo dijo, ya no había vuelta atrás, estaba preparando o al menos eso creía. — ¿Hice algo mal? ¿Te molesté?

— Perú eso, ya es cosa del pasado, a pasado un buen tiempo. Y creo que deberías superarlo, y seguir. — Dijo tratando de evitar hablar de eso, realmente le ponía incómodo hablar de eso.

— Lo haré hasta que me digas por qué terminamos.

— Perú, terminamos es todo. No hay nada más que decir. —

— Pero, ¿por qué? Sólo dijiste: "Perú, te quiero pero... Esto ya no puede continuar. Terminamos." ¡Nucna dijiste el por qué!

— El mexicano ya se estaba desesperado. — Perú, ¿no lo entiendes? — El mexicano ya estaba harto de las súplicas de su ex.

— No, no lo entiendo... — Dijo el menor de forma fría hacia su ex.

— ¡¿No entiendo que es sentirse forzado y presionado a estar contigo?! ¡Ya no te amo, entiedelo de una maldita vez! — La ira lo controló, no quería decírselo de ese modo, pero ya era tarde. — N-no, Perú... Y-yo n--

— No tienes nada que decirme México, lo entiendo. — Tenía lágrimas en sus ojos que suplicaba salir, ya no aguantaba, quería llorar. — Gracias por decirlo, n-no sabía que tu... — Suspiró tratando de contener su llanto. — No sabía que te sentías así. — La voz del peruano se empezó a quebrar en lo último que dijo, y unas cuantas lágrimas salieron. Se limpio con la manga de la chaqueta y se fue a buscar a Chile. No quería ver al mexicano, sentía que todos esos hermosos años que pasó con él solo lo hizo por pena, ¿México le tenía pena? Pensaba que si, tal vez el mexicano estuvo con él por pena.

Fue con el chileno con la cabeza abajo, no quería que nadie lo viese llorar.

— Hola Perú, ¿te estás divirtiendo? — Preguntó éste con una gran sonrisa, mientras hablaba con Uruguay y Paraguay.

— Se acercó a al chileno susurrandole. — Quiero irme a casa...