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—¿Qué sucede? —Una tercera voz se hizo presente.
En menos de un segundo Minho y yo dirigimos nuestra mirada a aquella persona.
—¿Hyunjin? —Nos veía perplejo.
Hyunjin se mantuvo lejos de nosotros observándonos, por reflejo aparte a Minho, este seguía con un semblante tranquilo.
—Hyunjin, créeme no es lo que crees, no paso nada—Rei nerviosa, nos encontró en una posición algo comprometedora.
Hyunjin dirigió su mirada a Minho, lo fulminaba.
—¿Es enserio? Eres un tonto, ¿Qué hay de Solar? ¿Ella no te importa? —Parecía enojado, por mi parte estaba completamente perdida ante su pregunta.
Minho hizo una mueca
—Eso no te incumbe, y ya te dijo que no paso nada.
—Como esperas que crea eso cuando los veo en esa situación, eres un idiota
Hyunjin le hablaba muy grotesco, ¿Qué no eran amigos?
Me quede callada ya que no sabia que decir a su conversación.
—Es tu problema creer o no que no paso nada, solo no me causes problemas.
Minho tomo mi muñeca y me halo hasta nuestra aula, estaba aterrada ni siquiera pensé en una excusa para decirle al maestro para que nos dejara entrar.
Antes de incluso poder pensar ya nos encontrábamos frente a la puerta, habíamos llegado casi unos 10 minutos tarde ¡¿Que iba a decir?!
—Profesor, me disculpo por nuestro retraso, la profesora Choi había solicitado nuestra presencia en otra aula —Minho hablo con seguridad haciendo una reverencia, al verlo también me incline.
—Al final de la clase hablaremos de ello, como castigo me ayudaran a llevar los libros de trabajo a la sala de profesores al terminar— El profesor se hizo a un lado para dejaros pasar.
En cuestión de segundos Minho soltó mi muñeca y al entrar toda la clase hizo bullicio, insinuaban cosas de nosotros, ¡¡Dios por que a mi!!
Tras dos horas de clase el timbre sonó, en cuanto el profesor dio por terminada la clase nos llamo a Minho y a mi.
—Los espero en la sala de maestros con los libros. —Nos dio una ultima mirada y se fue.
Di un suspiro pesado y comencé a pasar por los asientos pidiendo los dichos objetos, desde aquel incidente con Hyunjin no he cruzado una sola palabra con Minho.
Me dispuse a buscarlo por el aula, estaba recostado en su asiento, lo maldije en mis adentros y me dirigí a el.
—¿Qué no vas a ayudar con los libros? —Me puse frente a el— Oye!!
No contesto.
—Si no lo harás dame el tuyo por lo menos —Se encontraba recostado en el.
