Silencioso • [SeHo]

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Chanyeol estaba aburrido, odiaba pasarse todo el día acostado en la cama sin nada que hacer. Le era difícil usar el teléfono porque sólo usar una una mano.

Prendió la pequeña televisión que tenia ahí y pasó canales rápidamente, intentando escoger uno que le llame la atención.

- Ahora sólo pasan mierdas en la televisión, por eso ya ni la veo – dijo molesto para proseguir a apagarla y aventar el control remoto por ahí.

Mando a la mierda las reglas de la enfermera y salió de la habitación para caminar por todo el hospital.

Ancianitos comían en las mesas de la cafetería del lugar. Quiso acercarse pero no era bueno hablando con gente mayor.

Se dirigió a la sala de espera por curiosidad y vio a un chico gritando porque había cortado su brazo y éste goteaba sangre sin parar.

- Ahora sé que hay gente peor que yo, gracias Diosito.

Comenzaba a darle dolor de cabeza por los gritos así que decidió caminar por ahí.

Recordó que el doctor le había prohibido ir por una parte del hospital, así que fue ahí.

Descubrió que era del hospital, pero no era manejado por el mismo. No decía para qué era, supuso que era un gerontocomio. Se pensó si entrar o largarse a su habitación.

Un chico pelinegro con una bata de hospital salió y lo miró.

- ¿Qué haces aquí?

- Me perdí – Chanyeol mintió, no quería meterse en problemas y menos que el doctor se entere.

- No deberías estar aquí, vete.

Eso llamó más la atención de Chanyeol.

- Pero acá está mi abuelo. Vengo a visitarlo porque no lo he visto desde hace años.

- Chico, esto no es un hospital para ancianos – el chico río fuertemente y sus ojos tomaron forma de media luna, a Chanyeol le pareció muy atractivo – Este es un hospital para adolescentes con enfermedades mentales.

- Oh...  – la había cagado, y debía salir de la situación. Miró en la bata del hombre – Muchas gracias, doctor ¿Williams?

Lo pensó un momento. El chico era muy joven para ser doctor, y no podría apellidarse Williams. Le miró entrecerrando los ojos, como diciéndole te he pillado.

- No eres doctor, ¿Cierto?

- Nop.

El chico sonrió a Chanyeol y posó su dedo sobre sus labios.

- Pero no digas nada – y se fue.