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Sentía que no podía llorar más. Estaba cegado por el dolor emocional y sintió que no podía perder más.

Bajó a la oficina de su padre, no había nadie ahí, entonces buscó la caja de armas.

Tomó una y metió balas en ella.

Esperó en la sala de estar, junto al cuerpo de su madre.

Era de madrugada y probablemente su padre ya volvería.

Siguió mirándola a ella, en vida había sido la más hermosa de las mujeres, y su belleza no se iría nunca aún ya no estando con él.

Quería, necesitaba vengarse por su madre.

Había sido torturado psicológicamente por él toda su vida. Aquel hombre lo había hecho así. Si lo dejaba ir probablemente haría lo mismo con alguien más. No podía permitirlo.

No pensó en nada más, ni en Junmyeon, ni Chanyeol. Sólo en su madre y que la quería de regreso. Pero eso no era posible gracias a ese hombre que se hacía llamar su padre.

Escuchó el motor del auto apagarse. Cómo se abría y cerraba y los pasos de él dirigiéndose hacia la puerta.

Preparó el arma, quitó el seguro. Las llaves giraron y la puerta se abrió.

Él entraba con un arma. Y no se sorprendió al verlo con una también.

- Me sorprendes, hijo. No creí que fueras lo suficientemente hombre para portar un arma. Vamos, ¡Dispárame! A ver si puedes.

Sehun se levantó del sofá, acercándose lentamente.

- ¡No me llames así! ¡No mereces decirme hijo! Tú no eres mi padre, nunca lo has sido. Eres una mierda, mataste a mi madre, ¿Y crees que no voy hacer nada al respecto?

- Ella se lo merecía por defenderte. Estás enfermo, tan enfermo como yo. Por eso estás aquí, apuntándome con una pistola. Ella no quería criarte así pero yo me ocupé de hacerlo. Yo te hice así, silencioso, apartado de todos. No merecías amor por matar a mi hija. No mereces vivir. No eres capaz de dispararme.

- ¿Por qué? ¿Por qué me odias? ¡No te he hecho nada! Me culpas por lo de mi hermana pero hoy finalmente entendí que no fue mi culpa. Ella murió por ti. Tú golpeabas a mi madre, mientras estaba embarazada. ¡Tú mataste a mi hermana! Por eso estás tan obsesionado con hecharme la culpa.

- ¡Cállate! Todo fue culpa tuya. O nacías tú, o nacía ella, ¡y tuviste que nacer tú! – su padre también apuntaba hacia él, listo para disparar.

- ¡Eres un maldito asesino! – Sehun apunto a la cabeza del hombre. Estaba apunto de dispararle.

- ¡No soy ningún asesino, tú lo eres!

- ¡Asesino!  – y un disparo se oyó por todo el vecindario.

Silencioso • [SeHo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora