Prólogo

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La noche calló, las calles y callejones estaban a un punto de no ser reconocibles para el muchacho que vagaba lentamente.

Su caminar era errático, los jadeos de él eran cada vez más fuertes y podía sentir el mareo y una fuerte punzada en su pecho.

Sintió que lo tomaban por los hombros y lo empujaban contra el suelo. Un impacto doloroso que le sacó el poco aire que llevaba en sus pulmones y que pedían auxilio. Sus ojos estaban nublados, no distinguían nada entre la oscuridad, trataba de concentrarse en los rostros, en algo, pero era inútil.

—Esperemos que tengas algo... —el chico trato de alejarse a gatas de la voz tosca, hasta que fue detenido por una patada en las costillas.

—Amigo, todavía no terminamos —el sujeto se acercó a su oído— debes de tener un teléfono o dinero.

—No tengo nada —trato de dar un golpe, el delincuente había sido más hábil y solo lo miró con desdén acompañado de otra patada en el abdomen.

—Tienes acento. Eso significa que eres un turista, ¿sabes que es muy peligroso andar a altas horas de la noche por las calles que no conoces?

—¿Y tu sabes que eres un maldito estúpido que solo se oye arrogante?

—Maldito imbécil. Estás hasta la mierda y todavía sigues faltando al respeto. Te enseñaré a como tratar a las demás personas.

El delincuente acercó al chico y comenzó a tirar puños tras puños directos al rostro del muchacho que soltaba jadeos y pequeños gemidos de dolor.

—¿Qué mierda es lo que te sucede? —dijo otro riéndose entre dientes—  lo vas a romper.

Sintió como lo agarraban y tiraban otra vez en el suelo, su agresor se alejó para discutir con uno de los suyos y quiso aprovechar para salir de allí, pero un dolor inmenso en la parte del abdomense lo impedía.

En el suelo pudo oír al menos dos sujetos que no paraban de reírse y una que se oía molesto. Oyó los pasos de uno de ellos, unas manos bruscamente lo agarraron de los hombros.

El impacto fue duro y doloroso, quizás peor que los puños de su anterior agresor. La sangre caliente se sentía en toda su cara, brotaba de la nariz y una cortada en los labios le palpitaba. Lo habían estrellado con el muro de concreto de aquel hediondo callejón y no tenía fuerzas ni para dar un grito de ayuda.

El callejón era muy oscuro como para que él pudiera saber los rostros de sus atacantes. Los sujetos rodearon al muchacho entre risas y palabras obscenas que el muchacho no sabía su significado. Sus atacantes hablaban de forma muy rápida como para que él entendiera del todo.

Otra vez lo tomaron, pero esta vez del cuello de la camisa, el muchacho estaba seguro de que era su último respiro, no viviría un día más.

Los delincuentes se detuvieron y miraron a la salida del callejón, habíansentidola presencia de alguien más. Una sombra, una persona estaba parada, quieta, mirándolos.

—Parece que tenemos diversión —Las risas no esperaron por salir— Mira pendejo sino te retiras estarás firmando tu sentencia, no se aceptan reclamos.

La persona comenzó a caminar de forma lenta al primero, el bromista que sonreía burlonamente. A solo pasos de el nuevo personaje el delincuenten pudo ver su rostro y sintió un terror instantáneo, quiso dar un paso atrás, pero ya era demasiado tarde.

Un rápido movimiento por parte del desconocido hizo que el sujeto quedara en el suelo con su cuello rebanado de lado a lado.
El sujeto cayó y trató de pedir ayuda,lo único que provocó fue que le saliera más sangre, ahogándose rápidamente.

Los otros dos restantes miraron con horror la escena y muy valientes sacaron sus navajas con las que habían amenazado a otros. No dieron dos pasos y ellos ya estaban en el suelo.
Uno con el cuello roto y el otro sin cuerdas vocales, tratando de gritar, este era él más bravucón, el desconocido se acercó a él y de manera directa y precisa apuñaló su ojo.

Todo esto pasó delante del muchacho que todavía estaba tirado en el suelo. El nuevo personaje se acercó al muchacho que sangraba en silencio.

Le tomó al menos segundos para que se diera cuenta de que unas manos lo tocaban, él quería ver el rostro de la última persona antes de morir, pero no pudo, su vista era demasiado borrosa. Pero oyó su voz.

—Dime si te puedes mover, ¿ tus piernas están lesionadas? —la voz de una mujer, la mujer más gentil.

La voz seguía insistiendo, preguntas que no entendía y se hacían borrosas con cada segundo que pasaba.

Pero fue su peculiar olor lo que lo hizo saltar todo su organismo, estaba detectando ese olor que tanto había buscado, por un momento quiso hablarle.

Pero era inútil, el cansancio, el dolor de las heridas tanto internas como externas ya lo hacían delirar y poco a poco fue sumiendose a un sueño. Dejando la realidad en suspensión y sumergiéndose en el eterno sueño y pesadilla que tenía dentro de su cabeza.

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La habitación ya estaba silenciosa, todo para que él muchacho tendido en la cama descansara. Pero fue interrumpido por su propio jadeo, levantándose bruscamente y con los ojos desorbitados. Pronto sintió un jalón horrible en su espalda que lo hacía devolverse a la cama.

Movio su cabeza de derecha a izquierda mirando todo a su alrededor.

Los aparatos que tenía conectado para que le pasaran líquidos evidenciaron que estaba en un hospital, luego a la derecha, encontrándose una mesita con un jarrón que sostenía un ramo de delicadas rosas blancas.

Por un momento sonrió quedándose allí con la mirada perdida, un dolor de cabeza le invadió parte de la frente. Y le salto a la mente vagos recuerdos, encontró a duras penas el aroma, una dulce pista que le indicaba que estaba muy cerca.

Pronto se fue quedando en el sueño, prometiendose que encontraría a la persona con esas feromonas dulces.

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Aquí Blessroll, espero que le hayan gustado este extracto.

Tratare de subir los días indicados gracias ❤❤❤

《《《Roll de Canela》》》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora