Another Tsundere Boy. [KookGi]

•ೋ°Introducción°ೋ•

¿Qué es un/a persona Tsundere?

Un personaje tsundere es alguien que ¡Hace un cambio de 180 grados en la serie! Sea que pasen de ser odiosos a ser amables, o de ser fríos a muy cariñosos y amorosas hacia el personaje principal.

Eso quiere decir que 'tsundere' es un término que describe a una persona cuyo comportamiento es frío y hostil hacia los demás, pero que después de un tiempo muestra su lado cálido, sensible y amigable.

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Los individuos con la etiqueta de "Tsunderes" han existido durante largos años y años que no alcanzarían con los dedos de nuestras manos. Esta especie pasiva-agresiva ha existido desde siempre: rechazándote de forma brusca, golpeándote por lo mínimo que hayas dicho o hecho —o tal vez hasta por no hacer nada—, tratándote de forma tan fría que te dejaría totalmente devastado, y aunque los trates de la mejor formas y seas agradable, ellos jurarán odiarte como si su avergonzada vida dependiera de ello.

Ellos actúan de manera áspera y seca, demostrando lo poco que les importas, como si fueras un inútil que solamente tratan contigo por mera pena. Pero tranquilo, su objetivo no es alejarte con insultos e hirientes palabras, claro que no. Así son ellos, y por mucho que duela y moleste, deberás aguantarlos así de irritantes; porque, detrás de esa fría personalidad obviamente fingida, existe una persona totalmente insegura de demostrar lo que de verdad siente. Es difícil para ellos expresarse con dulces palabras, no es lo suyo, y ni con todo el dinero del mundo intentarían hacerlo.

Aunque, de vez en cuando y sin darse cuenta, pueden mostrarse blandos contigo (créeme que a veces se dan cuenta de lo arrogantes que están siendo y se sienten culpable). Son como las cebollas, ¡las cebollas tienen capas! Los ogr-, uhh.. ¡los tsunderes tienen capas!, ¡las cebollas la tienen!

No todos los que pertenezcan a estas personas son así de desagradables, claro que no. Solo son duros para expresarse, y por lo tanto, debes quitarle esas capas hasta que se le dé la suficiente confianza para decirte con sinceridad lo que siente por ti... ¡Lo mucho que te ama!

Claro, si los dos están vinculados en una forma romántica. Je, je, je.

Si a un tsundere le gustas, fácilmente te puedes dar cuenta gracias al cambio de humor que tiene a la hora de hablar contigo. Sus mejillas sonrojadas, sus parloteos sin sentido, y los múltiples insultos que no vienen al caso. Eso es adorable de ver, pero también puede irritarte, ya que se tardan en alejarte mucho más cuando lo único que quieren es estar contigo. Son difíciles, es más conveniente que tú des el primer paso y lo o la agarres desprevenido/a...

Si quieres una pareja tsundere, acéptalo con sus dificultades. Seguro de soportar su inestable personalidad, gritos, insultos y suaves golpes de vergüenza. Tómalo o déjalo.

¿Ejemplo? Ejemplo era Min Yoon Gi: quien aceptó gustosamente a Jeon Jung Kook, un chico completamente orgulloso y cruel que lo trataba de la peor forma. Pero, según Min, era adorable.

Cuatro años que estos dos chicos habían comenzado una bonita relación, cuatro años de muchas cosas; muchas experiencias, malentendidos, anécdotas, y momentos azucarados

Se conocían desde pequeños. Yoon Gi desde sus cuatro años que admiraba a su valiente compañero de kínder: que por más que todas las veces que se acercaba a él lo humillaba, eso no quitaba el gran amor que sentía pudiese apagarse, claro que no. Sus sentimientos eran demasiado fuertes para que unos simples comentarios hirientes pudieran dolerle.

Rechazando cualquier declaración que no fuera la de él, negándose a entender que el trato que le brindaba el chico de sus sueños era el incorrecto, no dejarse vencer por las múltiples personas que quisieron quitárselo de sus manos, y no mostrarse afectado por cada comentario o acción que Jeon le haga, lo contrario, seguiría feliz con el detalle de que estén hablando. Esas eran las principales reglas que tuvo que realizar en el arduo camino que le costó años.

"Dale tiempo al tiempo. Sé paciente, sigue luchando, y obviamente, nunca te rindas." Las palabras de su madre estaban grabadas en su cabeza, y eran la motivación para que siga de pie...

Y con paciencia, optimismo y un nivel de valentía.. El fabuloso día llegó...

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—Me gustas.. —murmuró en un volumen apenas audible.

—¿Eh? ¿Cómo dices, Gguk Ah? —Esa encantadora sonrisa que siempre hacía cuando él se acercaba. Tan horrible.

—¡Me gustas! ¡Me gustas, Min YoonGi! —gritó hasta ser escuchado por las personas que pasaban cerca de ellos.—. ¡Me traes jodidamente enamorado, tanto que te odio!

Quedó helado cuando vio la expresión del contrario. ¿De verdad se había humillado de tal forma?

—Estos últimos años... Has estado conmigo aunque intente alejarte hasta el cansancio, siempre estuviste allí... Con tu hermosa presencia y tu tonta cara de estúpido que tanto odio. ¡¿Cómo quieres que te odie tanto si eres tan horriblemente hermoso!? ¡Exijo saber cómo!

Lo miró con total indignación y enojo, sentimientos por los cuales no eran culpa del pequeño, él no tenía la culpa de ser idéntico a un ángel...

Allí, viendo su carita, pudo ver el paisaje más hermoso que ha visto en toda su maldita vida...

Sus pequeños ojos oscuros brillaban de una forma impresionante, fácilmente podía reflejarse en ellos; sus mejillas venían teñidas de un hermoso color carmesí, el cual hacía un perfecto contraste con los débiles rayos del sol que iluminaban ese rostro de porcelana; sus labios temblaban y soltaban algún que otro balbuceo que no se entendía. No encontraba las palabras correctas, el nudo en su garganta no lo permitía.

—Agh, ¡eres tan odioso! —Siguió con su escena, enojándose cada vez más consigo mismo—. Te odio. ¡Te odio, te odio, te odio!

Dio un fuerte pisotón, el último toque para que el de cabellos rubios comience a reír en melodiosas carcajadas.

—Oye, ¿de qué mierda te ríes, eh? —exclamó, con el ceño fruncido.—, ¿Te estás burlando de mí, idiota?

Min continuaba riendo hasta las lágrimas, inclinándose hasta dejar apoyar sus manos en las rodillas. Exagerado como siempre.

—Ay... Ay, ay... —Se quejaba por el dolor en sus mejillas, pero aun así no lo detenía de seguir chillando.—. Kook-ah.., eres increíble...

Secó sus lágrimas para después masajearse las mejillas, todavía sin dejar de sonreír. Luego suspiró, incorporándose para dar la esperada respuesta a esa brusca declaración.

La cual era positiva.

—Ah..., y tú a mí. También me gustas.