One Shots. [SpainRP]

((📍;006))

Oh, honey

I'd walk through fire for you

Just let me adore you

Like it's the only thing I'll ever do

. . . . . . ((🏮)). . . . . .

📍Pedido:

°Usuario: missdimuu

°Ship: Claudacio.

°Género: Soft.

°Pedido extra: Que Horacio se de por vencido con Volkov y se enamore de Claudio, entonces Volkov se da cuenta de lo que perdió.

Espero te agrade tu one-shot ❤️.

Horacio miró con los ojos ligeramente aguados la escena frente a sus ojos, no podía entender como el comisario podía hacerle esto, ¿Cómo era capaz Volkov de romperle el corazón de aquella forma? Nunca se prometieron un amor eterno con palabras, pero a los ojos del pelirrojo ellos eran algo.

Algo que el comisario acaba de romper.

Paola se encontraba dejando pequeños y castos besos en los labios delgados del ruso, destruyendo así todos los sentimientos de felicidad del alumno que salía de los vestuarios, dispuesto con su ropa de civil, preparado para salir con Gustabo, Pablito y Segismundo a tomar al tequila como venían preparando hacía una semana. Odiaba el que Viktor estuviera entre los brazos de la chica, pero más odiaba el no haberse dado cuenta antes de que el ruso solo jugaba con él y su frágil corazón, le dolía el haberse enamorado de un imbécil como el comisario. Pero más le dolía seguir enamorado de él, más le dolía el querer abrazarlo y perdonarle a pesar de las lágrimas que se encontraban a punto de salir de sus ojos oscuros.

Pues lo quería y eso no cambiaría.

Sin dejar que nadie lo viese destruido, se limpió las lágrimas que habían finalmente caído y se pegó dos pequeños golpecitos en su mejilla izquierda, tratando de disimular así su estado, no quería que Gustabo lo viera mal en cuanto saliera del vestuario tras él. No quería que le viera destruido, él era su luz y no podía apagarse. Jamás.

–Tío, has salido co-

Gustabo paró de hablar al ver al comisario primero abrazando y besando a Paola, rápidamente se colocó frente a Horacio, intentando tapar la escena que ya había sido presenciada por él, el de la cresta simplemente le sonrió, le otorgó una de aquellas sonrisas que serían capaz de alumbrarle el mundo a cualquiera, pues eran radiantes y bellas, pero esta parecía vacía y Gustabo lo notaba, más no comentó nada al respecto, debía respetar a su menor.

– ¿Quieres ir a casa a cambiarte o vamos directo al tequila, calvo?

Horacio negó, dictando así que irían directamente al lugar de encuentro con los amigos de ambos. Sin esperar más pasaron al comisario, dejando así atrás al corazón roto del chico, dispuesto a olvidar al ruso a base de alcohol y, quizá, algunas lágrimas derramadas en el baño del bar, no se permitiría llorar por aquél imbécil, no más.