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Antes de leer esto, debes tener en cuenta lo siguiente:
εïз) ¡Primer escenario! Tenía que hacerlo sobre Shinra.
εïз)Este escenario se sitúa en la infancia de Shinra, por tanto no hay contenido +18. Todo es bien soft.
εïз) No te olvides de pasar a mi otro perfil _Balban_
εïз)¡Espero que les guste mucho!
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"Juntos, es una buena promesa".
Al fin de encontrarse sola y tal vez con algunos raspones, una pequeña niña cerca de los diez años de edad se dejó caer en el pasto. El mismo le acariciaba con delicadeza sus rodillas lastimadas y manitas raspadas, pero en su rostro mantuvo firme una expresión de orgullo.
Hacía tan sólo unos momentos atrás se había presentado a una contienda contra unos niños de unos tres años mayor a ella, quienes no la dejaron unirse a un partido de fútbol y además, la señalaron como la amiga del tonto de Shinra.
La gente podía decirle que era poco femenina, que a veces era mal hablada o grosera, pero la pequeña de ojitos hermosos y castaños no permitía que alguien hablara de su amigo para mal. Él era menor que ella, pero su admiración y amistad eran de esas que hoy día no se encuentran en cualquier lugar.
Una fuerte punzada le atacó la rodilla, obligándola a emitir un chillido. A diferencia de otras veces, quedó un tanto más lastimada, pero sonrió bien arrogante sabiendo que los otros se habían retirado incluso sin algunos cabellos y con los brazos mordidos, casi sangrando.
Una joven voz, de un chico llamando a su nombre, la trajo devuelta de sus pensamientos. Tras su pelea el parque había quedado vacío, así que le fue fácil adivinar de quienes se trataba.
—¿Otra vez estás lastimada? —preguntó el pequeño Shinra, con Sho en brazos.
La niña frunció el ceño y desvió la mirada, mientras los dos recién llegados tomaban asiento a su lado y Sho hacía de todo para llegar al regazo de la castaña. Una vez en sus brazos ella cambió su semblante y le dio un buen abrazo. Eran buenos amigos y a veces, a Shinra le daba un poco de celos, aunque nada que una sonrisa de ella no pueda solucionar.
—¿Te volviste a pelear? —preguntó el azabache, tan sólo tocando con un dedito la rodilla de su amiga. Ella volvió a chillar, pero al tener a sho en los brazos no pudo darle un golpe de vuelta a Shinra—. ¿Por qué fue esta vez?
—¡Eso no importa! —dijo ella, en voz alta, ocultando con vergüenza que él era su razón—. No toques, porque duele.
—Ya sé que duele —respondió Shinra, formando un tierno mohín. Se cruzó de brazos y en el silenció que se alzó solo permanecían las risitas de Sho, intentando jugar con las coletas de la niña.
—Habías prometido que ya no lo ibas a hacer —agregó Shinra, al cabo de un rato casi con las lagrimas amenazando sus ojitos—. Habías dicho que ya no ibas a pelear.
La castaña sintió un poco de culpa. Observó los ojos acuosos del azabache y luego los de Sho, lo que menos quería era preocuparlos, pero al parecer el tiro le había salido por la culata.
—Fue por una ocasión especial —musitó la niña, observando sus espaldas a la mamá de Shinra con una sonrisa. Le devolvió el gesto, su madre siempre era muy amable con ella, y no le daba importancia a lo que decía la gente—. Ya no volverá a pasar.
—No puedo creerte —sentenció Shinra, desviando la mirada indignadísimo—. ¡Y Sho tampoco así que no se te ocurra meterlo en esto!
—Vamos Shin —suplicó la pequeña—. Ya no voy a meterme en peleas. Te lo prometo.
A la sazón abrazó al azabache por los hombros, asaltando sus nervios y ese peculiar gusto que tenía por ella. Sho se unió a ellos, intentando pasar al regazo de su hermano; como si fueran una pequeña familia.
—No, no te creo —agregó Shinra, sintiendo su voz temblar.
¡Una niña lo estaba abrazando! Estaba muy ansioso y sentía enrojecer, porque era la niña que a esos pocos años de inocencia le gustaba.
De repente, la castaña hizo una jugarreta que nunca se le olvidaría a Shinra. Se estiró lo suficiente para plantarle un beso en su cachete y luego tomó su espacio.
—¿Y ahora me crees? —preguntó ella con timidez.
Shinra sintió explotar sus neuronas. Su mamá a la lejanía intentaba ahogar sus carcajadas, viendo quién era el primer amor de su hijo. Shinra enrojeció por completo y con los ojos en blanco asintió.
—¡Pero! —alzó la voz cuando se recuperó—. Si te vuelves a encontrar en una situación así ¿prometes dejarme protegerte?
La pequeña elevó los ojos, pensativa, formó más de una mueca para negar con su cabeza y dibujar en sus pequeños labios una sonrisa.
—No me gusta que un niño me cuide —respondió ella—. Pero puedo esperarte para pelear juntos.
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Línea azul ━ Fire force escenarios
RandomEn donde encuentras pequeños drabbles tiernos y románticos con tus personajes favoritos de este anime/manga. Datos. ➤Portada hecha por Balban. ➤Prohibida la copia o adaptación del contenido. ➤Libro publicado el 03 de octubre del 2020. ➤Las imáge...