Capítulo 4

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Es por la mañana, recién despierta, que Ciri se encuentra de un humor resplandeciente. Mañana al fin podrían dormir en una posada, en una buena cama. Y además, celebraría una fiesta para el bardo (por que más vale tarde que nunca), y le regalaría un nuevo laúd con todas esas monedas que ha ido ahorrando a lo largo del año.

-¡Jaskier! -Grita cuando se endereza del todo, y salta sobre su espalda aferrándose al hombre como si fuera un mono. El bardo por su parte suelta un pequeño quejido ante el peso inesperado y agarra como puede las piernas que se encuentran a su alrededor. - ¡Feliz cumpleaños!

Jaskier emite un pequeño 'shhh', pero no hace nada por escaparse del abrazo de oso de la chica.

-Te dije que nada de revuelos - Regaña en un tono cariñoso mientras hace malabares para que no se caiga de su espalda.

Ciri se sujeta con más fuerza y mueve sus pies dándole unas pequeñas patadas para que comience a andar. -Estoy emocionada, será tu primer cumpleaños con nosotros.

El bardo rueda los ojos, y acaba tirando de sus piernas para caiga de culo al suelo. Un pequeño "¡Auch!" se escucha a su espalda.
Se da la vuelta estirando su mano para poder ayudarla mientras la chica protesta sobre como es un bruto sin corazón, y sobre cómo podría ser más amable con ella. Jaskier se ríe y le abraza.

-Gracias princesa.

El día pasa sin muchas complicaciones. Paran de vez en cuando para descansar y continúan su camino, Geralt y Jaskier siguen sin dirigirse la palabra, aunque Ciri piensa que simplemente están siendo estúpidos.
Ella ve perfectamente cómo el brujo hace que Roach vaya más lenta, si escucha que las respiraciones de Jaskier se aceleran un poco más de lo normal por el esfuerzo, y por otro lado, también es completamente consciente de las pequeñas miradas que este le lanza a Geralt.

Estúpidos. Son irremediablemente estúpidos.

-o-

No es hasta que llegan al pueblo y acomodan todo en la pequeña habitación que deben compartir, que Ciri se escabulle con una tonta excusa sobre explorar los alrededores, dejando a los dos hombres solos.

La estancia se queda en silencio durante bastante tiempo, mucho más del que Geralt se hubiese esperando teniendo en cuenta con quien se encontraba, pero lo comprendía.
Llevaba días intentando encontrar las palabras adecuadas para poder disculparse con el bardo debidamente, pero simplemente no era hombre de ellas. Estaba frustrado. No le gustaba experimentar esas tontas emociones que sufrían los humanos. ¡Él no era uno! ¿Porque debía sentirse de esa manera?

Posa su mirada en el bardo, que se encuentra en el colchón con su laúd en mano mirándolo sin realmente hacer nada con él. Es insoportable. Un idiota. Un descerebrado que nunca hace caso a nada de lo que le advierte y no para de atraer problemas.

Geralt suelta un suspiro cansado.

-Para. -La voz del bardo resuena por toda la habitación.- Deja de tortutarte. Todo está bien. Deja de parecer un cachorro perdido en busca de cariño. -Geralt gruñe ante lo último.

-Oh, ¡vamos! Llevas un buen rato mirándome como un loco, sin saber qué decir. Todo está olvidado brujo, así que para ya.

Jaskier tiene ese pequeño poder sobre sus emociones y cuerpo; con esas simples palabras ha conseguido mandar una oleada de calma por toda su mente, pero aun así, no todo está bien.

-Perdóname. -Y si esa simple petición sorprende a ambos, ninguno lo dice realmente.

Jaskier tarda menos de un instante en dirigir toda su atención al brujo, casi incapaz de creer lo que sus oídos acaban de escuchar. ¿Geralt De Rivia, acababa de pedirle disculpas?

-Tenías razón. No debería de haberte gritado por no querer cancelar tus planes en Oxtenfurt. Perdóname. -El tono del brujo es bajo y sereno, su expresión completamente neutra, pero Jaskier sabe lo mucho que le ha costado decir todo esa cantidad de palabras de una sola vez, tragándose su orgullo y rogándole su perdón. ¡Pero diablos, si eso no le había tomado por sorpresa!

Aclarándose la garganta como puede suelta un "todo está olvidado Geralt" y como siempre, si ambos se miran directo a los ojos esbozando un ligero atisbo de sonrisa nadie dice nada.

-o-

Ciri no sabe exactamente que ha pasado en todo el tiempo en que se fue y dejo a ambos hombres solos para que arreglasen sus asuntos, pero sea lo que sea, está feliz de que todo vuelva a la normalidad.

Es entrado el atardecer cuando Ciri los arrastra a los dos a una fiesta improvisada en la posada para celebrar el cumpleaños del bardo y así poder regalarle su nuevo laúd. Jaskier lo toma, asegurándole de que no hacía ninguna falta, pero enseguida se levanta de su asiento y comienza a tocar. Los clientes gritan y silban en agrado, Ciri se levanta a bailar y Geralt solo les observa desde la mesa bebiendo de su jarra.

La noche pasa entre aplausos, risas, gritos y miradas esporádicas. Todo está bien. Jaskier está bien, y el brujo respira tranquilo, aún quedan años para que se despidan.

-o-

Días después cuando están a escasas horas de separar sus caminos Ciri ve perfectamente el colgante con forma de lobo rodeado de dientes de león, que cuelga del cuello del bardo.

Jaskier, que va a la espalda de Roach tras Geralt, la mira y sonríe. Lleva uno de sus dedos a su boca haciendo un signo de silencio, y la chica suelta una risita mientras niega con su cabeza. Definitivamente son idiotas. Ambos lo son.

Geralt se da cuenta de todo y gruñe en desaprobación, ellos solo ríen.

De nuevo, nadie dice nada cuando Jaskier abraza la espalda de Geralt y susurra un suave "gracias" que hace que el brujo sonría.

Fin.

The witcher and the bard {Geraskier}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora