XXXIX: "Sophia."

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Después del funeral de mi padre, todos nos dirigimos a nuestros hogares, unos partieron a ciudad del Este, otros a Central, el sur, y el norte, excepto los de Xing, no querían dejar a May regresar sola y ella no quería dejar a Alphonse sintiéndose mal, yo estaba agradecida por eso.

Roy y yo nos encontrabamos en nuestra casa, mis hermanos se quedarían un tiempo en la casa de las Rockbell y después volverían con nosotros.

Ya había anochecido y mi esposo preparaba la cena mientras yo seguía sentada en uno de los sofás viendo por la ventana la lluvia caer.

- Care, tu padre me pidió que te diera esto - dijo entrando y entregandome un sobre.

- Gracias, cariño - le sonrei y el regreso a lo que hacia.

- Si necesitas algo, dímelo- grito desde la cocina.

- Esta bien.

Abri el sobre y en este había un carta, y nuestra única foto familiar.

"Querida Caroline, si Roy te entrego esto significa que ya partí, y no se ni siquiera por donde empezar, no se como pedirte disculpas, realmente espero que no me estés odiando, la verdad es que desde el momento en que te regrese a la vida debi haber muerto, pero no me lo permití, quería estar contigo, quería llevarte al altar y asegurarme de que serías feliz el resto de tu vida.

Roy me dijo que habían decidido hacerce cargo de tus hermanos hasta que sea necesario, se los agradezco, me voy tranquilo gracias a ustedes.

Me hubiera encantado conocer a tus hijos y verlos crecer, pero mi momento llegó, por fin me reuniré con tu madre, estoy muy emocionado por eso, estoy impaciente por ver nuevamente esa hermosa sonrisa, la misma que tu tienes.... te amo, Caroline, nunca lo olvides, siempre cuidaré de ti.

Con amor, tu padre."

Lleve la foto y la carta a mi pecho abrazandolos como si eso calmara mi dolor, pero no era así, dolia, realmente dolía, haberlo perdido a el era un golpe realmente fuerte para mi.

- Roy - lo llame y el aparecio al instante.

Al ver mi rostro se dio cuenta de lo que pasaba, se limitó a abrazarme mientras yo lloraba.

Y así pasaron unos cuantos meses hasta que por fin entendí que el era más feliz con mamá que aquí con nosotros sufriendo cada día de su vida. Mis hermanos habían regresado vivir con nosotros, era una ventaja por que así no me quedaría sola mientras Roy se iba de viaje a Central por unos días.

Me sentia extraña, llevaba ya tiempo sin ser parte del ejército pero aún así no dejaba de ser raro no estar detrás de el protegiéndolo.

Un día me senti un poco mareada, no le di mucha importancia, creía que era el que no había desayunado apropiadamente esa mañana, pero apenas pude llegar al baño y lo poco que había desayunado lo boté por la boca, vomité un par de veces más cuando por fin me pude parar.

- Hermana, ¿estás bien? - aparecio Al.

- Si, es solo un mareo - le sonrei.

- Llamare un doctor.- se apresuró a ir al teléfono.

- Así está bien, Alphonse - me acerqué a él, debe ser porque no comi bien, no le des mucha importancia.

- ¿Segura?

- Si, no te preocupes.

- Si necesitas algo dímelo- asenti - por cierto, Izumi Sensei dio a luz hace unos días y queríamos ir a conocer a la pequeña, ¿podemos?

𝓓𝓲𝓪𝓶𝓸𝓷𝓭 𝓐𝓵𝓬𝓱𝓮𝓶𝓲𝓼𝓽.  |RoyMustangxOc| (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora