Capitulo #2

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El extraño regalo.

Han pasado 2 semanas desde la muerte de mi padre, ahora la vida para mi no tiene sentido, no recuerdo cuándo fue la última vez que comí, ni la última vez que tomé una ducha, simplemente, nada me llama la atención, nada ni nadie llena este vacío que hay en mi.

Mi madre llora todas las noches, cuando le llamaron para avisarle lo que había pasado en el parque, mamá llego al parque desesperada, se alivio al verme a mí sana, pero su corazón se destrozó cuando vio a papá bañado en sangre sobre la banca, ella me reclamo por que yo no hice nada para salvarlo, me culpo a mi, y lo sigue haciendo, es un tanto bipolar, unos días me abraza y me dice que todo estará bien, que saldremos adelante, que yo no tuve la culpa, pero, otros días, como hoy por ejemplo, me dice que yo no hice nada para salvarlo, que yo lo podía ayudar y solo me quede quieta, y después de eso me corre de la casa, y esta mañana así fue, tuvimos una discusión que acabó con un ''vete de aquí''.

Ahora me encuentro sentada en la banca en la que papá murió, aún hay cinta amarilla rodeando el área, el sol se refleja sobre el lago frente a mí, a pesar de los malos recuerdos que me trae este lugar, me sigue pareciendo bellísimo.

Hace una hora que salí de casa, mamá me ha corrido 3 veces en las última dos semanas, con esta vez ya van 4, normalmente me llama a la hora y media de que me voy para pedirme disculpas y pedirme que regrese a casa, no pongo mucha resistencia, se que mamá no la está pasando bien, perdió al amor de su vida, está frustrada con el mundo, pero, me sigue pareciendo estúpido que me quiera culpar a mi.

Pasó los siguientes minutos admirando el paisaje y reflexionando sobre la vida, en parte siento que mamá tiene razón, yo pude hacer algo para salvar a papá, pero apuesto que si ella hubiera estado en mi situación ese día, también se hubiera quedado inmóvil.

Mi tono de llamada interrumpe mis pensamientos, saco mi celular del bolsillo de mi abrigo y me percato que es mamá la que llama, hoy llamo antes de lo acostumbrado.

—¿Hola?—contestó.

—Oh cariño, pensé que no me contestarias, perdóname, vuelve a casa por favor— su voz se escucha como si estuviera llorando, nada nuevo.

—Claro mamá, no te preocupes, voy para allá, adiós—y cuelgo, esta es una rutina a la que me podría llegar a acostumbrar, que me corra para que se desahogue, y después llame.

Me levanto de la pequeña banca para emprender mi camino, me giro para darle un último vistazo al lugar en el que papá estaba sentado ese día, las lágrimas no pueden evitar salir de mis ojos, cuando me giro para seguir mi camino, chocó contra algo, es un hombre, con apariencia de vagabundo, por instinto doy un paso hacia atrás. El hombre está apreciando mis lágrimas, que le pasa a este tipo, ni siquiera se va a disculpar, agh, doy unos pasos hacia la izquierda para sacarle la vuelta, pero cuando paso junto a él, me sostiene del brazo, la paranoia se apodera de mí y pienso lo peor, pero para mi sorpresa, siento las manos del hombre sobre mi mano derecha, el abre mi mano y siento que coloca algo en ella.

—Tu lo necesitas mas que yo. —dice el hombre para después seguir su camino.

Yo me quedo congelada, ¿Qué es lo que acaba de pasar?¿quién es ese tipo?¿que dejó en mi mano?, con temor a encontrarme algo asqueroso sobre mi mano, bajó la mirada hacia ella, para encontrarme un pequeño amuleto de no más de 5 cm, es un reloj de arena, pero parece ser una arena blanca, o bueno, probablemente no sea arena, por más extraño que me parezca lo que acaba de pasar, guardó el pequeño reloj en el bolsillo de mi abrigo.

Llego a casa y me encuentro a mamá esperándome en la puerta de la casa, no puedo contar cuantas veces dice la palabra ''perdón'', yo le digo que no pasa nada, que la comprendo, después de que ella finaliza con su sermón de disculpa, cada una se refugia en su habitación, mi hermano mayor había venido para el funeral de papá, él por la universidad tuvo que salir del pueblo, y una vez que termino la universidad consiguió un trabajo en la ciudad y ya no volvió., esos eran mis planes también, ir a la universidad, conseguir trabajo y vivir en la ciudad, pero ahora no me siento capaz de dejar a mamá sola, mi hermano regresó a la ciudad ayer, pasarán meses para volver a verlo.

Me quito el abrigo y lo dejó sobre una silla, me recuesto sobre mi cama, mis pensamientos se empiezan a apoderar de mí, mi casa ahora es silenciosa, mamá se encierra en su habitación a llorar, y yo me encierro en la mía a pensar. Mamá suele llorar aferrada al collar que papá y yo habíamos ido a comprar ese día, el asaltante lo había tirado sobre mis muslos antes de huir, la policía del pueblo aún no ha podido saber quién fue, el asesino de mi padre anda libre por las calles, mientras papá está bajo tierra.

Mi celular suena e interrumpe mis pensamientos, me levanto de mi cama y camino hacia la silla en la que puse mi abrigo, meto mi mano al bolsillo del abrigo para sacar el celular, pero hay algo más junto a mi celular, ¿Qué es?, oh, será el extraño objeto que me dio el hombre de la calle, saco mi celular del bolsillo y con la otra tomó el extraño objeto, reviso mi celular para encontrar un mensaje de consuelo por parte un compañero de escuela, bueno, creo que el se entero demasiado tarde, eso paso hace dos semanas, el día del asesinato mi celular exploto en mensajes y llamadas de amigos y conocidos intentando consolarme.

Mi puerta se abre, y mamá entra con una bandeja con dos sándwiches y un café, son las 2 p.m. ¿en serio piensa que tomaré café a esta hora? aunque es tiempo de frío, dentro de casa hace calor.

—Hoy no has comido nada Grace, come esto y después baja a ayudarme a quitar el árbol de navidad.—dice mamá.

Tiro mi celular y el extraño amuleto sobre mi cama para tomar la charola, pero cuando volteo a ver a mamá ella no está, ¿en qué momento se fue?, busco por todo el cuarto y ni siquiera está la bandeja que me trajo.

Mi puerta se abre de nuevo y mamá entra con la bandeja en sus manos de nuevo, ¿qué?.

—Hoy no has comido nada Grace, come esto y des...—dice mamá de nuevo.

—después bajo a ayudarte a quitar el árbol de navidad. —terminó por ella.

La cara de mamá expresa confusión, —¿Ya te lo había mencionado? Mi mente ya esta fallando, no recuerdo habértelo dicho antes—dice mamá, ¿a que está jugando? me lo acaba de decir hace menos de 3 minutos.

—Mamá me lo mencionaste antes de que salieras de mi cuarto— le dije.

—¿Qué saliera de tu cuarto? Cariño, esta es la primera vez que entro a tu cuarto esta semana,— dice mamá igual de confundida que yo,—pero bueno, come esto y después vas a ayudarme. —dice mamá entregándome la bandeja y saliendo de mi cuarto.

¿Qué es lo que acaba de suceder? Podría jurar que mamá entró de nuevo a mi cuarto como si no lo hubiera hecho minutos atrás, la bandeja contiene lo mismo que la primera vez, no regresó por nada, y la primera vez que entró, ella literalmente desapareció en un segundo que la deje de ver, es como si todo se repitiera, como si viajara al pasado, pero solo yo, porque mamá no recordaba haber entrado antes.

Sobre mi cama estaba mi celular y el extraño reloj de arena, pero, ahora su arena se veía de un color azul, si bien recuerdo, antes era de color blanco y ahora azul, ¿Esta será la causa del extraño suceso que acaba de pasar?.

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L.L.: 

¿Qué hará Grace con este gran poder?

Ayer por la noche se me ocurrió esta idea y la escribí antes de que la olvidara, solo me falta desarrollarla:), obviamente también seguiré escribiendo ''Los renacidos''.

Nos leemos luego:)

Si pudiera salvarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora