Sangre Sucia

Mentiras

- Harry que es esto?

- Helena que haces aquí? No estabas en el baile?

- Estaba, pero me fui por que estaba preocupada por mi novio

- Espera, Helena Harry es tu novio? Lo siento él me dijo que eran amigos

- Esta bien Cho chan,  solo vete

Cho chan se marchó de la sala común de Gryffindor dejándonos solos

- No valió la pena perderme el baile por ti

- Espera, no seas así, fue solo un beso pero yo quiero estar contigo

- No fue solo eso Harry, nunca me presentaste como tú novia, nunca estábamos solos, nunca me incluias en tu vida, me tratabas como a otra más y lo peor, me metiste.

- No es todo mi culpa, acaso a mi no me molestaba saber que Malfoy estaba en cacería y te tenía en la mira o que te acostarte con en a la primera oportunidad que tuviste

Mi mano golpeo su cara con un gran estruendo y lágrimas empezaron a caer sin cesar en mi rostro .

- Sabes muy bien que no me acosté con Malfoy

- No es lo que se dice

- Eres un idiota Potter

Me fui de la sala común  de Gryffindor, pero esta vez regresé al baile no a mi habitación.
Me acerque a una mesa y me senté en silencio, comiendo aperitivos que se encontraban allí.

Daba por sentado que me veía horrible, mi maquillaje debía estar corrido por el llanto, pero no me importaba.
Mire a mi alrededor en busca de alguien con quien bailar.

Los gemelos se encontraban peor que yo, se veían tan ebrios que no podrían pararse y Cedric estaba bailando con Cho chan, pobre iluso.

Me resigne y comencé a bailar sola, pronto una mano tocó mi hombro, Malfoy.

- No estoy de humor para tus bromas, si vienes a eso vete

- Solo quería preguntarte por qué volviste al baile si hace diez segundos decidiste irte a tu cuarto.

- La gente cambia

Bailando como una loca me acerque al poche ahora con alcohol y me serví una copa, esta me supo muy bien y decidí tomar otras cuantas más.

Al cabo de veinte minutos me sentía peor que Fred y que George,  pero no quería volver a mi sala común. Las puertas del baile ya se cerraban y debía pensar en donde dormir.

Los baños eran una muy mala opción,  la llorona Mirthy estaba obsesionada con Harry por lo tanto me odiaba, las aulas estaban cerradas y el comedor también.

Mis opciones eran limitadas o dormir en el exterior o volver a mi cuarto.
No deseaba ninguna de ambas pero el resfrío no parecía sonar tan mal después de todo.

Entre a mi cuarto solo por lo indispensable, una almohada, una manta y un buzo. Me ubique en la cancha de quidditch y me recoste en el pasto mirando el cielo.

Recordaba los entrenamientos con Harry, y mi corazón se estrujaba. Finalmente después tanto cansancio caí dormida en el suelo de la cancha de quidditch.
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Como lo esperaba, el resultado de dormir afuera fue un severo resfriado.
Me aliste para ir a clases mi nariz aun estaba roja y mis ojos hinchados.

Acaso había algo peor que estar en la misma clase que tú ex novio, su nueva novia, tu ex mejor amiga que te odia y el chico rubio que no deja de hablarte? No lo creo.

- Sangre sucia, donde estuviste anoche

- En la cancha de quidditch

- Pero por que?

- Estaba muy ebria para enfrentar a snape

-Solo eso nada de, cállate Malfoy o que te importa

Hice un gesto de desinterés con mis hombros y continué prestando atención a la clase. Por primera vez no me parecía tan aburrida, más bien hoy lo veía como un escape de mi realidad.

Mis exámenes estaban perfectos,  y mis notas habían subido. También mi rendimiento en vuelo y deportes.

Pero yo no me sentía bien, sentía vacío, desmotivación, tristeza.  Poco me había costado más que superar a Harry, más que nada por que lo veía pasearse con su nueva novia por las instalaciones de Hogwarts a cada hora y minuto de mi día.

Mis días eran eternos y me costaba infinidades dormir, aún así mi cara mostraba lo mejor siempre para que Hermione no se preocupara.

Es más hasta me había felicitado por mi rendimiento académico y por llevar tan bien la ruptura con Potter. Hermione había empezado algo con Ron, me parecía muy extraño ya que eran total mente opuestos pero aún así la felicite.

Mi plan iba a la perfección  mi actuación  había funcionado con todos, y esperaba que en pocas semanas sea más que actuación.

Iba camino a las aulas cuando mi paso fue interrumpido por un grupo de brabucones de mi casa. Intente pasar atravesándolos pero fue inútil.

Me empujaron y comenzaron a decir cosas terribles sobre mi, lo que me preocupaba no era lo que hacían o decían esos chicos si no que yo no hacia nada.

No lloraba, no les tiré ningún hechizo o grite, solo me quedé parada hasta que se cansaron y se fueron. Me dejaron moretones en mi rostro y piernas, pero no le di importancia.

El señor Draco Malfoy como siempre situado a mi lado mascullaba cosas entendibles.

- Que estas haciendo Draco?- mi voz sobresaltó a el mismo y escondió lo que tenía en su mesa

- Veo que es privado

- Mejor humor hoy?

- Como sabes? Todos se lo creyeron

- Todos no, no contestas como antes y tampoco respondes a mis bromas  esa no es la Helena que quiero- pareció instantáneamente arrepentirse de lo que había dicho - que quiero molestar

- Esta bien Malfoy , yo también te quiero.

Lo que Helena no sabia es que Malfoy no solo la quiera como amiga, Malfoy quiera que ella le temiera y lo respetara como cualquier otro en Hogwarts.