CAP 37 DUDAS

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LOANA

Nuestra reconciliación fue buena realmente muy buena, el sexo entre nosotros era perfecto, yo me dejaba hacer y eso complacía a Gabriel. Este hombre es tan viril, tan caliente e insaciable que a veces me asustaba pero lo disfrutaba y mucho.

Le agradecí su sinceridad cuando estuvimos hablando sobre todo lo ocurrido pero me enojo mucho saber que estuvo con esas dos mujeres mientras no estaba conmigo, supongo que Tara se debe sentir triunfadora porque en lo que Gabo me dejó fue corriendo a enterrarse en su vagina ¡Arsg! quería tanto golpear a Gabriel por eso. No me hizo gracia y tampoco estaba muy contenta con eso pero tampoco les daré el gusto a esas putas de verme enojada con mi novio y ya se los demostraría cuando estemos en el club pero detrás de toda esa seguridad en la que quería creer y demostrar estaban mis dudas, no sabía si él me sería fiel o si lo había sido el tiempo que estuvimos juntos, o si él saldría corriendo a coger putas cada vez que tuviésemos un problema ¡diablos! mi cabeza era todo un desastre de puras conjeturas.

El almuerzo fue agradable, todo fue risas y bromas, me senté con mi loca amiga para comer juntas mientras cuchicheábamos.

— ¿Todo bien Loa?

— Si, todo bien Aris.

— Gracias a Dios que mi madre insonorizo las habitaciones porque si no ustedes par de conejos nos hubiesen despertado con sus quejidos.

— ¡Por dios! Aris eso hubiese sido vergonzoso.

— ¿Por qué? Eso es normal, todos cogemos ¿no?—

Mi amiga y yo reímos por sus locas ocurrencias, sentía la mirada de Gabriel siempre tan intensa sobre mí, ese hombre era demasiado posesivo y a veces me hacía sentir inquieta o incómoda. Sabía que estaba molesto porque no me senté a su lado o en sus piernas para comer pero la verdad quería algo de distancia para aclarar mis pensamientos su confesión me tenía molesta, celosa e insegura.

Despedimos la caravana de moteros encabezada por Sabueso y Rina su vieja dama, nosotros nos quedaríamos hasta el martes.

Antes de marcharse vi a Gabo hablando con Sabueso y Rina algo apartados del resto, no pase desapercibido el abrazo que se dieron Gabo y su jefe de armas y mucho menos la cara emocionada de Rina. Desde la distancia ella me guiño un ojo y me regaló una linda sonrisa cargada de emoción. La verdad ella era una mujer dura de carácter todos le tenían un gran respeto en el club pero conmigo siempre había sido amable y cariñosa.

Después que todos se alejaron en sus motos y algunas camionetas del club, entramos todos a la casa a excepción de Gabriel quien se quedó afuera hablando por teléfono. Todos fuimos a la terraza pero yo decidí irme a caminar por el lago, el clima era realmente fresco, transmitía paz, tranquilidad y eso era lo que precisamente yo necesitaba. De momento llegó un pensamiento a mi cabeza que aunque no quisiera me dolía, debía pensar cómo sacarlo de mi mente o como procesarlo para que dejará de doler, es que el hecho de que Gabriel hubiese estado cogiendo con esas putas durante estos cuatro meses no era nada agradable, a Tara ya la conocía pero a la otra no y sentía curiosidad por saber quién era. Sé que fue sincero cuando me dijo que estuvo con ella sin sentir nada pero es que eso realmente no me importa tanto como el simple hecho de que estuvo con ellas. Y aunque ya estemos juntos de nuevo no quiere decir que le he perdonado el estar con esas zorras. Si estuviese en Canadá iría con mi psicóloga para escuchar sus consejos pero en su defecto aquí tenía alguien mejor y esa era mi tía Clara ya le contaría todo para que me dé un buen consejo, si eso haré. La voz de Kellan me sorprendió.

— Estas lejos de casa y el Prez está loco buscándote— la verdad no me había dado cuenta lo mucho que había caminado y lo lejos que ya estaba. Y si Kellan logró encontrarme fue porque me detuve un rato frente al lago y me senté en una roca con los pensamientos a millón, los mismos que me hipnotizaron haciéndome caminar tanto sin percatarme.

Hasta Que Te ViDonde viven las historias. Descúbrelo ahora