[capitulo 6]

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Mi madre no deja de mirarme con el ceño fruncido esperando una explicación de mi parte, algo que no tengo porque no se me ocurre nada para decirle.

Antes de que abra la boca y empiece a balbucear en busca de una respuesta, soy salvada por Lupe.

—¡TN llegaste! — exclama con una sonrisa — Has llegado justo a tiempo, estábamos a punto de comernos todas las galletas — dice con su sonrisa de glotona, ríe bajito y sonrío.

—¿Hicieron galletas? — pregunto con la ceja arqueada. Mamá nunca hace galletas, las raras veces que esta en casa nunca ha hecho galletas, pasteles o algo por el estilo.

—No, mami las compro en el súper — responde Lupe, asiento y alzo las cejas, miro a mi madre pero esta ya ha dejado de mirarme.

—¿A qué hora vendrán mis abuelos? — pregunto caminando hacia mi habitación.

—Lo han pospuesto para la próxima semana, su vuelo se retrasó — contesta mi madre mientras le esconde las galletas a Lupe sin que se dé cuenta para que no se las coma todas.

¿Vine tan rápido para nada?

No para nada, llegaste a tiempo, ya Lupe estaba por comerse todas las galletas — me digo a mi misma.

Suspiro y subo a mi habitación a ducharme y a guardar la ropa que he comprado, pero cuando voy a terminar de subir las escaleras hacia mi cuarto mi madre me detiene.

—TN debo salir ahora mismo, me ha salido una reunión, debo irme —dice apresurada tomando su bolso, volteo a ver a Lupe y esta la mira triste y desilusionada. Lupe creyó que hoy pasaría un día normal con su madre, es un poco injusto y hasta cruel que mi madre aproveche que los abuelos no vendrán y que yo ya haya llegado para que vuelvan a irse a trabajar otra vez, en vez de quedarse a compartir con sus hijas — Nos vemos más tarde, las quiero — dice y sale de la casa, dejándonos con el: ""También te queremos" guindando.

No me sorprende la verdad.

Miro a Lupe y esta mira la puerta por unos largos segundos, luego se dirige a la cocina

—Voy a ducharme y regreso para jugar —digo con una sonrisa intentando reconfortarla, asiente y sonríe. Me encamino a abrir la puerta de la habitación pero vuelvo a ser detenida, está vez por Lupe.

—¿TN has visto las galletas? —pregunta confundida y hasta preocupada, rió y niego con la cabeza.

[...]

Bajo las escaleras rápido persiguiendo a Lupe, nos hemos puesto a jugar a las chapadas y debo admitir que no recordaba la adrenalina y frustración que se siente cuando vas a atrapar a alguien pero no puedes atraparlo porque es muy pequeño y escurridizo.

Corro detrás de ella persiguiéndola, me monto encima del sofá, me caigo, ruedo por el piso y hasta me dan ganas de lanzarle la lámpara para noquearla y así poder atraparla.

Creo que llevo media hora persiguiendo a esa pequeña mocosa y aún no he estado ni cerca de atraparla.

Este juego es muy frustrante y agotador.

—Me rindo — digo soltando un suspiro dejando de correr tras ella.

—Eres muy lenta — me dice con una sonrisa burlona, la fulmino con la mirada y ruedo los ojos — ¿Qué jugaremos ahora? — me pregunta mientras me observa jadear haciéndome ojitos.

—¿Dónde está tu botón de apagado, niña? — pregunto tratando de tranquilizar mi respiración — ¿No ves que me está entrando un paro cardíaco? — agrego llevando mis manos a mi corazón, se ríe y camina hacia la cocina dejándome sola en la sala.

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