Capitulo 10- Cerrar

214 18 3
                                    

ESTE CAPITULO CONTIENE MENCIÓN DE AUTOLESIÓN

Temo se dirige a la biblioteca a buscar a Diego y Mateo, cuando escucha que dicen su nombre detrás de el, se da la vuelta y ve a quien menos quiere ver, Aristóteles, vuelve a voltear y se dispone a seguir su camino cuando el rizado lo alcanza y lo toma del brazo

-Aristóteles suéltame, no quiero hablar contigo- dice tratando de soltarse

-Temo, escúchame por favor- pide mientras el pequeño forcejea por soltarse, lo logra pero queda en evidencia lo que no quería que el rizado viera por ningún motivo

-¿que es eso Temo?- pregunta con la confusión pintando su rostro

-nada- responde tratando de esconderlo pero el rizado no se lo permite y levanta ambas mangas, un jadeo se le escapa

-explícame- pide sin soltarlo

-me corto, empezó cuando mi mamá murió y caí de nuevo cuando comenzamos a tener problemas pero ahora estoy mejor- responde soltándose y bajando la tela

-lo siento tanto, es mi culpa, ¿estas bien?- dice Córcega con preocupación

- no es tu culpa, no soy bueno manejando el dolor y si estoy bien, tengo personas que me están ayudando mucho, ¿Qué querías decirme?- dice con calma

-deberías haber hablado conmigo pero me alegro que haya personas que están haciendo lo que yo no hice y quiero que terminemos nuestra historia bien para que podamos seguir nuestros caminos- explica y Temo asiente, es lo mejor para ambos

-yo siento tanto todo lo que hice en el ultimo tiempo, no quería que te enteraras de esa manera de mi relacion con Carlota, perdóname por haberte herido tanto- añade el rizado con pesar

-descuida no hay nada que perdonar, entiendo que las cosas cambian y el amor se acaba pero no te niego que me dolió mucho que no hayas sido sincero conmigo y me lo hayas dicho desde un principio, habríamos evitado muchas cosas- responde entendiendo que ya no queda nada de ese amor que se tenían y solo hay un profundo cariño después de todo fue la primera relacion de ambos y siempre tendrán un lugar en el corazón del otro

-¿estamos bien entonces?- pregunta temeroso el cantante

-si- responde con una sonrisa

-eso es bueno, por cierto esto te pertenece- dice el oaxaqueño sacando de su bolsillo el anillo que Temo le regalo como algo simbólico, el menor busca en su mochila y le entrega el anillo que estuvo a punto de botar hace un tiempo y que representaba una promesa, ambos se liberan con este acto

-espero de corazón que algún día encuentres a alguien que te valore y ame como te mereces- dice Aris con cariño

-ya encontré a esa persona- responde esbozando una ligera sonrisa al pensar en aquellos ojos claros y aquellas atenciones del chico con el

-¿eres feliz con él?- pregunta el rizado tranquilo

- lo soy, ¿tu eres feliz con Carlota?- pregunta el castaño

- lo soy y quiero darte las gracias por enseñarme a ser valiente Cuauhtémoc López- dice Aristóteles con la voz quebrada por la emoción

- gracias a ti por ser mi compañero de sueños Aristóteles Córcega- dice Temo con ojos cristalizados

-¿puedo abrazarte?- pregunta el rizado, Temo asiente y ambos se funden en un abrazo donde hay tantos sentimientos y donde resaltan la paz y el cariño, se separan tras unos momentos

-siempre puedes contar conmigo si necesitas algo, espero que seas muy feliz de ahora en adelante y suerte en lo que decidas hacer Temo- dice el castaño

-gracias, que seas muy feliz y mucha suerte Aris- contesta, se abrazan un segundo y luego Aristóteles sigue caminado hasta donde se encuentra Carlota, quien le da una sonrisa tímida a la que el menor corresponde, Aris se voltea y se despide del chico, quien los observa alejarse tomados de la mano

Este es el final de aquel capitulo de su vida que inicio con un cambio de casa y un pastel de mil leches oaxaqueño, creció con Aristemo ,Tahi y termino con un gracias, manda un mensaje a Diego y corre hacia el baño donde se encierra en un cubículo, se recarga contra la puerta ¿ porque los finales siempre duelen?

Intenta detener las incontenibles lágrimas que bajan por sus mejillas, se esfuerza por respirar con normalidad y no puede, las lagrimas no cesan y el nudo en su garganta no cede, no sabe como pero termina sentado en el suelo jadeando por aire, busca torpemente en su mochila y saca la hoja de afeitar, la desliza por su piel con dedos temblorosos que con cada corte se vuelven firmes, ya no jadea pero su rostro sigue húmedo por las lágrimas, la presión en su pecho cede un poquito

-¿Temo?- pregunta Diego al otro lado, se pone de pie y abre la puerta aun con la hoja en mano, Diego lo abraza, Mateo le quita el pequeño trozo de acero y lo bota

-¿que paso?- pregunta Diego preocupado, el chico trata de hablar pero no puede, su respiración aun es errática, Mateo toma su mano algo temblorosa y la lleva a su propio pecho

-¿sientes mi respiración tranquila?- pregunta, el chico asiente

-iguala mi ritmo- pide, Temo obedece y tras unos minutos ya es capaz de hablar y les cuenta todo lo que ocurrió con Aristóteles, al final esta envuelto entre los brazos de ambos chicos y por fin se siente tranquilo.

CurarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora